El TDAH, también conocido como Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad es un tipo de trastorno del comportamiento que se observa principalmente en niños. Este trastorno se caracteriza por inquietud, falta de atención, dificultad para concentrarse, altos niveles de energía dispersa y comportamiento impulsivo. Se considera que el trastorno está presente cuando estas conductas tienen mayor frecuencia e intensidad del que es habitual según la edad y el desarrollo de la persona, y estas manifestaciones interfieren de forma significativa en el rendimiento escolar o laboral, y en sus actividades cotidianas.
El diagnóstico se suele realizar durante el comienzo de la educación primaria, cuando aparecen problemas en el rendimiento escolar (deberes incompletos, poco organizados y con errores), el niño se distrae fácilmente, habla impulsivamente, responde antes de acabar la pregunta, y se observa disfunción social (conducta desadaptada en el aula, dificultades para aceptar las normas, agresividad, interrumpe y se mete en todo, etc.).
El curso del trastorno es crónico y requiere tratamiento a largo plazo, con el correspondiente coste social
El curso del trastorno es crónico y requiere tratamiento a largo plazo, con el correspondiente coste social. El impacto de la enfermedad a la salud pública y su carga para el sistema sanitario son considerables. Se ha estimado que los costes sanitarios de los niños con TDAH son casi el doble que los de los niños sin este trastorno.
Diseñar una estrategia de apoyo
Para poder diseñar una buena estrategia de apoyo y control válida ante un problema tan complejo, tenemos que profundizar en sus bases: conocer los posibles factores causales. Entre los factores implicados en su origen nos encontraremos con múltiplos variables tanto genéticos como no genéticos, la interacción explicaría esta gran variabilidad de expresión clínica y de respuestas al tratamiento que comúnmente se observa en los casos con TDAH.
Entre los factores no genéticos que interactuarían con los genéticos de predisposición se han señalado la prematuridad, un parto difícil con sufrimiento fetal (hipoxia / anoxia) y el bajo peso en el nacimiento.
Hay otros factores muy dependientes de los hábitos de la madre como el consumo de tabaco y alcohol durante la gestación
También hay otros factores muy dependientes de los hábitos de la madre como el consumo de tabaco y alcohol durante la gestación, la exposición a ciertos tóxicos o toxinas ambientales, muy importante si además no le funcionan bien los mecanismos defensivos innatos, particularidades metabólicas que determinan que no le funcionan adecuadamente las vitaminas que se le administran en el embarazo (p. ej. Ácido fólico) e incluso el efecto de algunos agentes infecciosos.
Aunque una dieta adecuada no puede curar el TDAH, está demostrado que muchos casos que siguen las pautas nutricionales específicas, según su potencial metabólico de respuesta, pueden beneficiarse de estas recomendaciones nutricionales.
La individualidad clínica
En algunos casos en que haya un defecto genético en ciertos mecanismos defensivos innatos en frente de varios tóxicos, aquellos alimentos que los contengan (p.ej. sulfitos) pueden empeorar mucho los síntomas. Lo mismo pasa frente a sustancias que tengan la tendencia de acumularse en determinadas zonas del cerebro a causa de que no funcionan de forma adecuada las diferentes vías metabólicas encargadas de conservar su equilibrio. Estos elementos estarían genéticamente determinados, lo que hace que ante factores no genéticos (como elementos procedentes de la dieta, el ambiente o el propio metabolismo interno) se puedan generar diferentes manifestaciones o síntomas observados en estos casos.
Hay que atender las particularidades que distinguen cada caso dentro de un mismo diagnóstico
Por otro lado está la respuesta diferencial a los medicamentos, en gran medida determinada por combinaciones genéticas (farmacogenètica). Si no lo tenemos en cuenta, estamos suponiendo que un fármaco tendrá el mismo efecto en todos los individuos de la población a una dosis única. Sin embargo, el TDAH es tan heterogéneo en sus bases que esta suposición entraría de pleno en contradicción con su naturaleza.
Con el estudio y análisis genético dentro del protocolo llamado NeuroProgram, abordamos precisamente el origen de estas diferencias para ayudar a enfocar cada estrategia de intervención, ya sea nutricional o farmacológica, atendiendo las particularidades que distinguen cada caso dentro de un mismo diagnóstico: atendiendo la individualidad clínica.