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En las empresas catalanas hay muchos jefes, desde autoritarios, inspiradores, carismáticos, accidentales y también tóxicos. Un "veneno en la oficina", expresión utilizada con la Gran Renuncia, en la que miles de trabajadores han dejado sus empleos después de la pandemia y con un factor común: la relación con su superior. "Un jefe con comportamientos tóxicos es aquel al que le falta empatía y no comprende las necesidades de los trabajadores", señalan los expertos en el artículo de VIA Empresa de esta semana sobre cómo detectar a un jefe con conductas tóxicas en 10 segundos.
Otras características de los malos liderazgos tienen que ver con la forma de comunicarse, que suele ser ineficaz y poco clara. "Son perfiles directos, sin pelos en la lengua y no proporcionan críticas constructivas", continúan los expertos. Además, "destacan por optar por el microcontrol y culpar a los demás miembros del equipo en lugar de buscar soluciones".
Toni Galmés ilustra con humor las entrevistas de trabajo y las red flags a tener en cuenta para descubrir un jefe tóxico. Y un consejo: alerta con frases como "no tenemos hora de salida", aludiendo a la disponibilidad total durante las 24 horas del día.