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La Palma de Bellafila, resilientes del buen gusto

Jordi Parramón asesora el local que han abierto los empresarios Albert Rial, Judith Giménez y Alain Salamano, con una cocina de nivel en el corazón del Barri Gòtic

El pichón a la sangre con acitunas, de La Palma de Bellafila | Cedida
El pichón a la sangre con acitunas, de La Palma de Bellafila | Cedida
Lourdes López | VIA Empresa
Periodista experta en gastronomía
Barcelona
28 de Diciembre de 2024

Siempre es una buena noticia que abra un restaurante en el Barri Gòtic de Barcelona. Un restaurante, restaurante, queremos decir. La de La Palma de Bellafila es una propuesta a contracorriente justo detrás del ayuntamiento de la ciudad, una cocina de nivel en las estrechas calles de la parte vieja, casi vendidas al turismo. Tan a contracorriente como el cocinero que lo asesora culinariamente: Jordi Parramón.

 

Exestrella Michelin por decisión propia y discípulo de Jean-Luc Figueras, Parramón decidió en un momento de su vida apearse de la fama de las guías, apartarse de los fogones y dedicar todo lo que había aprendido a la salud y la alimentación. Ahora vuelve (en cierto modo) a la cocina para asesorar este restaurante. Eso también es una buena nueva.

El camino de La Palma de Bellafila solo suma siete meses, pero ya apunta que otra cocina en esta parte de la ciudad es posible

La andadura de La Palma de Bellafila lleva suma siete meses, pero ya apunta a que otra cocina en esta parte de la ciudad es posible. Sus artífices son los empresarios Albert Rial y Judith Giménez, la pareja dueña de la vecina bodega La Palma (más de veinte años de servicio en estas calles). Comparte con la emblemática bodega algunos platos porque la cocina de La Palma de Bellafila es una supercocina. “Me gusta hacer las coses ordenadas, así que producimos, por ejemplo, las croquetas aquí, y nos las compramos para tener los números al día”, detalla Giménez. 

 

“Teníamos la ilusión de un proyecto así: Cocina muy local, buen Servicio y buen vino; un sitio para disfrutar”, remarca. Y tener un restaurante de mejor nivel en la misma calle da muchas posibilidades. En asociación con el sumiller Alain Salamano, el plantel de vinos (también a copas) para acompañar la comida tampoco va a la zaga. "La selección es eminentemente local y siempre de pequeños productores que conocemos personalmente. Tenemos poco porcentaje de vinos internacionales", explica Albert. 

Calamar relleno en La Palma de Bellafila | Cedida
Calamar relleno, en La Palma de Bellafila | Cedida

La Palma de Bellafila se ubica donde antes estuvo otro restaurante, el restaurante Pla. Una gran Puerta de vidrio, mesitas de mármol a modo de bodega centenaria, techos de volta catalana en blanco de la que cuelgan unes tenues lámparas. La parte de arriba es un altillo surtido con mesas más discretas. 

La carta se inspira claramente en la tradición local, aunque rehúye de explicitar que es “cocina catalana actualizada”. Fuera de exotismos viajados, así que no encontraréis el aguacate por ningún sitio. 

Arrancamos con unas sardinas “de verema”, filetes de sardina enrolladlos y marinados en uvas. “Es uno de los entrantes que no se pueden obviar”, señala Salamano. Seguimos, con la suave anguila ahumada con manzanas escalivadas y con unos huevos revueltos con acelgas y trufa. El morro de bacalao confitado y el calamar relleno serían otros de los platos marineros que no hay que perderse en una primera visita.

Giménez: "Teníamos la ilusión de un proyecto así: cocina muy local, buen servicio y buen vino; un lugar para disfrutar"

La apuesta culinaria se complementa con algunas carnes a la brasa y platos de mar y muntanya. El pichón de sangre con aceitunas es uno de esos platos difíciles de encontrar en la Barcelona de hoy, vendida al turismo –gracias a Jordi Vilà por hacernos disfrutarlo también en Alkimia-. Es esa cocina catalana de espíritu moderno y urbano, marca de la casa, claramente de inspiración local.

El postre sigue siendo el postre y, en un lugar como La Palma de Bellafila que habla de territorialidad, no podía apostarse por otro plato que no fuera el pijama. De hecho, es un postre que se inventó a pocos metros del restaurante, en el mítico 7 Portes: flan muy cremoso, melocotón natural, barquillo, guinda, mousse de piña, y helado de nata. La joven pastelera que los hace ha pasado por L’ Atelier de Éric Otuño y eso se nota.

La Palma de Bellafila

Dirección: Carrer de Bellafila, 5 (Barcelona).

Tel.: 934 126 552

Precio medio: 40 euros