A veces, las apariencias engañan. El rockero Alice Cooper ha creado una carrera de más de 50 años de trayectoria fundamentada en espectáculos tètrics, con escenificaciones de rituales satánicos, ejecuciones y un bombardeo de imágenes sangrientas. Pero cuando Cooper baja de los escenarios se convierte en Vincent Damon, un hijo de pastor evangélico que desde bien joven abrazó el cristianismo que se transmitía en casa y que siempre ha aspirado a ser un ciudadano y un padre de familia ejemplar. En el ámbito empresarial, esta doble vida es parecida a la que dee Peugeot. La marca francesa sobresale entre las luces y el ruido que rodea a la industria del automóvil, pero lejos de esta brillante y conocida realidad mantiene el pequeño y provechoso negocio con qué empezó a andar: la fabricación de enseres de cocina.
Más molinillos que coches
La historia de Peugeot empieza el 1810, cuando Jean-Jacques Peugeot se instala con su familia en la ciudad francesa de Doubs, donde crea un negocio dedicado a la fabricación de molinillos de café. En pocos años el producto acontece un éxito y replica la misma fórmula para crear molinillos también para el corte de la pimienta y sal, convirtiéndose así en una marca de referencia a las cocinas domésticas y profesionales de la zona.
Serán los hijos de Jean-Jacques quienes hagan de Peugeot un imperio, cuando convirtieron la pequeña empresa en una fundición industrial para la fabricación de sierras y herramientas domésticas.
En estos tiempos prediluvians de la empresa encontramos el origen del arxiconegut león que luce como logotipo la marca francesa. Su dedicación en el mundo del motor podría hacer pensar que se utiliza al animal como símbolo de velocidad, agilidad y dominio, pero en realidad los Peugeot querían reflejar la resistencia, la flexibilidad y la rapidez de sus sierras.
Peugeot ha vestido los soldados de Napoleón, ha fabricado paraguas, vasos y bicicletas
Los molinillos de café, pimienta y sal y las sierras no han sido los únicos negocios explorados por Peugeot. Antes de presentar el Type 1 el 1886, que es considerado el primer coche de la marca, la empresa vistió los soldados de Napoleón, fabricó piezas de paraguas, vasos y se inició en la movilidad con el diseño de sus primeras bicicletas.
Dejando de banda los vehículos, la única área de negocio que sobrevivió en el siglo XIX y que todavía se mantiene dentro de Peugeot es la fabricación de enseres de cocina, bajo la marca Peugeot Saveurs. Esta rama de la empresa, situada al este de Francia, cuenta hoy con 130 trabajadores y exporta sus productos a 80 países, con unas ventas a internacionales que suponen el 70% de su facturación.
La misma marca se preocupa de mantener viva la leyenda que en sus dos siglos de historia ha vendido más molinillos de sal y pimienta que de vehículos. A Peugeot, cuando los motores se apagan siguen cocinando.