En el sector periodístico se conocen como serpientes de verano aquellas noticias que se repiten año tras año por la carencia de contenidos con que llenar los diarios durante el verano. Hablamos del asfixiante calor que hace en Sevilla, de la llegada del mosquito tigre o del último inglés que ha querido desafiar la gravedad en Magaluf. Pero si hay una sección que se llena de noticias recurrentes durante las vacaciones es la de deporte, con uno tema estrella: los fichajes. Trezeget nunca llegó a vestir la camiseta del Barça, a pesar de que fichó por los azulgranas durante cinco veranos seguidos, y este año es el turno de los Griezzmans, De Ligts y Neymars. No obstante, desde hace unos años los diarios deportivos han encontrado un segundo filón con la presentación de las nuevas camisetas de los equipos.
Un proceso que empieza por Navidad, con filtraciones sobre los nuevos diseños, y que se intensifica al final de la temporada, con la presentación oficial, los mensajes de socios incordiados en las redes sociales por la carencia de respecto de las directivas por los símbolos de los clubes y, finalmente, un nuevo récord de ventas gracias a centenares de miles de forofos dispuestos a gastarse cada año 90 euros en el nuevo look de su club.
Fabricación, royalties, beneficios e impuestos justifican el precio desorbitado de una camiseta de fútbol que no es la que traen los jugadores
No es una cifra escogida al azar. En la página de Nike, la nueva camiseta de cuadros del FC Barcelona se vende a 90 euros, que suben a 105 si añadimos el nombre y el número de nuestro jugador preferido. Es un precio razonable por una camiseta deportiva? La mejor forma de saberlo es viendo donde se originan los sobrecostes, tal como ha hecho la web especializada Fútbol Finanzas, que indica cuatro factores que determinan el alto precio de las camisetas de fútbol:
- A los poco menos de 10 euros de coste de fabricación y distribución, a este primer apartado hay que sumar lo que se conoce como el margen del sponsor técnico. Esto es, el dinero que paga Nike para aparecer en la camiseta del Barça y que tiene que recuperar vendiendo sus diseños año a año. En la actualidad, la marca norteamericana paga unos 100 millones de euros al año para vestir a los azulgrana. Y no es la más cara. Adidas invierte cada año unos 110 millones para manchar la impoluta elástica blanca del Real Madrid. Para compensar este coste, las marcas introducen un margen de beneficio que sitúa el precio sobre los 40 euros.
- A este precio de salida hay que sumar un 10%-12% que las marcas pagan a los clubes en concepto de royalties por la utilización de su marca y que estas repercuten en el precio de venta de las camisetas. Un nuevo coste que encarece el producto antes de su llegada a las tiendas.
- Cómo no, los retailers añaden su propio margen sobre el precio de cada una de las camisetas que compran. Según los cálculos de FútbolFinanzas, esta operación encarece 20 euros más la compra, situándola sobre los 70 euros.
- Y, como en toda transacción, hay que sumar el 21% de IVA que redondea el precio de las camisetas de fútbol sobre los 90 euros.
Si llegado el momento, decidimos romper la hucha para vestir los colores de nuestro club, saldremos de la tienda contentos para lucir el mismo modelo con que Messi volverá a silenciar el Santiago Bernabéu esta temporada. Y aquí viene un nuevo giro. Con esta inversión de 90 euros -105 si ponemos nombres- sólo tendremos una réplica de lo que visten los jugadores los días de partido. Si realmente queremos ir con la misma camiseta que se ajusta al cuerpo apolíneo de los atletas tendremos que descontar hasta 140 euros de nuestra próxima nómina.
La diferencia es nominal. En el caso de Nike, las réplicas para el forofo más ahorrativo de cualquier club se venden bajo el nombre de Stadium, mientras que quienes quieran ir exactamente como los jugadores tendrán que buscar las colecciones Vapor. En el caso de Adidas, las premium se conocen como Authentic.
Las diferencias son mínimas, pero decisivas. Resumiendo mucho, las camisetas de los jugadores se fabrican con materiales de más calidad, más ligeros, con soluciones técnicas para facilitar la transpiración en las zonas donde se acumula el sudor y con el mínimo de costuras para evitar rozamientos innecesarios para los jugadores.
El drama de los equipos pequeños
Si los forofos de los grandes equipos se sulfuran por los diseños controvertidos y para tener que gastarse unos 100 euros cada año para estar al día, los seguidores de los clubes más modestos acumulan motivos para quemar las redes. Se repiten los casos en los cuales las marcas aprovechan los diseños de sus modelos deportivos convencionales que se venden en las tiendas por 20 o 30 euros y que, por el simple hecho de incorporar el escudo de un equipo, suben de precio hasta los 90 euros.
El último caso, el de Adidas que ha utilizado su camiseta rosa deportiva de esta temporada –en las tiendas por 38 euros- para diseñar la tercera camiseta del Leicester y venderla a 85. El fútbol, como la muerte, tenía un precio.