Rabbit's Bar, ubicado en la calle Ganduxer (Barcelona), es ya una de las sensaciones de este tórrido verano. Uno de los motivos de asueto del que han disfrutado quienes se han quedado por la ciudad condal este agosto. La cultura del compartir tapeo nos encanta, y es de celebrar que nazcan sitios así, aunque sea en la zona alta de Barcelona. Por fortuna, este bar vintage con alma de dinner tiene poco que ver con otros sofisticados restaurantes que se pueden encontrar por los barrios de les Corts, Sant Gervasi, Sarrià y Pedralbes.
Rabbit's Barcelona: vocación de bar de toda la vida
Sin duda es una apertura inesperada. Al chef Jordi Cunill (también propietario del cercano Café de París) no le ha costado dar en el clavo: un martes por la noche, lleno a rebosar. Tiene el encanto retro de los bares de siempre -con una imponente barra de altos taburetes visible desde la calle-, toda la seriedad que el tapeo de nivel requiere, y, además, la familiaridad del servicio y los clientes que ya se conocen, te hacen sentirte en casa desde el minuto uno. “Bienvenidos, es la primera vez”, pregunta Javier Mercedes, un simpático camarero de República Dominicana mientras nos acompaña a la barra. A lado y lado varias parejas conversan, brindan y se pasan el plato de enseladilla.
Cunill ha pensado en una oferta gastronómica en formato tapeo que se desliza de maravilla sobre la esquina de la barra. Esas ensaladillas rusas, con su guindilla y su roscón bien crujiente, salen como pequeños vagones de locomotora que se amontonan prestos a ser llevados en volandas hasta su afortunada mesa.
Una de rusa, una de gambas al ajillo y un pepito, por favor
Reina el producto fresco servido a diario de diferentes zonas del país y, en ocasiones, acabado delante del cliente. La carta anuncia un tomate azul con ventresca de atún y cebolla tierna, unas piparras del norte o una croqueta Forrest Gump para “empezar a brincar” (entre 6 y 18,50 euros).
El desenfreno de cazuelas, al fondo del bar en una minúscula cocina, tampoco le va a la zaga. De allí salen las gambas al ajillo, las cigalas y platos de su selección de carnes Lyo como el lomo de vaca o las mollejas a la parrilla, además de pequeñas maravillas en forma de montadito (entre 6 y 18,50 euros). Pedid el pepito de ternera o el mollete guarro de chistorra. “Siempre usamos el solomillo también en el steak tartar. Así conseguimos asegurarnos que la calidad de la carne sea melosísima y con el punto de grasa justo”, sostiene Carlos Gustavo mientras filetea un soberbio solomillo tras la barra. En la otra esquina Salvador acaba de cortar a cuchillo un plato de jamón que deposita en el mármol a la espera de que un compañero se lo lleve. “Jamón del bueno”, lanza al aire mientras sonríe.
El apartado de chup-chup es otro de los aciertos de Rabbit’s: Callos, fricandó con setas de temporada y rabo de buey con parmentier (entre los 9,90 y los 14,90 euros). El lado dulce de esta madriguera bien avenida lo coronan ocho creaciones. Destacamos la torrija con helado de chocolate o un cheesecake casero que vemos viajar hasta diversas mesas(de 4 a 9,90 euros).
Viaje retro a las cafeterías americanas de los 60
El rojo desenfreno en lacadas mesas y paredes es el protagonista de este bar con alma de taberna vintage; un interiorismo desenfadado, obra del estudio de Pilar Líbano, que recuerda a esos dinner americanos de las series inspiradas en los años 60. No faltan los taburetes, las sillas con ratán y hasta una repisa colgada de la fachada interior desde la que comer mirando el pasar de la calle. Su horario de cocina ininterrumpida (abre de 13:00 a 24:00) lo hacen el lugar indicado para tapear con sentido a casi cualquier hora.
Rabbit's Bar
Dirección: c/ de Ganduxer, 16
Horario: lunes a domingo cocina ininterrumpida de 13 h a 00.00 h
Teléfono: 931 014 068
Precio medio: 35 euros