Años de recortes en sanidad para combatir el déficit han hecho aflorar las precarias situaciones en que los hospitales luchan estos días contra el Covid-19. Si bien quedarse en casa confinado es el mejor remedio contra el coronavirus, el virus reacciona de maneras muy diferentes. La mayoría de la población lo superará como si fuera un resfriado cualquiera, pero en casos extremos los enfermos tienen que ser ingresados en la UCI y permanecer unos días conectados a los respiradores. Precisamente estas máquinas han acontecido las protagonistas, por su carencia, por su precio, y porque la comunidad maker ha tomado la iniciativa para producirlos con impresoras 3D. Por qué son tan caros los respiradores artificiales?
Antes que nada tenemos que entender por qué se usan. Cuando un paciente llega a ser crítico se tiene que hacer uso de la respiración asistida, es decir, cuando un enfermo no puede respirar por si mismo, se le tiene que conectar a un respirador artificial.
El respirador mantiene en vida al enfermo mientras el cuerpo se recupera o los tratamientos intentan desinflamar los pulmones
En el caso concreto del coronavirus, la inflamación de los pulmones es consecuencia de la infección pulmonar. El organismo reacciona y se inflaman los pulmones, Los alveolos, allí donde el oxígeno pasa a la sangre, se llenan de líquido y no somos capaces de oxigenar la sangre. Esto agota el paciente y puede entrar en parada respiratoria. El respirador permite ventilar mientras el paciente descansa, oxigenando la sangre automáticamente. El respirador mantiene en vida al enfermo mientras el cuerpo se recupera o los tratamientos intentan desinflamar los pulmones.
Con la pandemia de coronavirus los respiradores se han convertido en un bien escaso. Alemania ha optado por vetar su exportación, mientras China ya ha enviado un lote de 40 respiradores a Italia, quien ha pedido al único productor del país, Siare Engineering, que cuadruplique su producción hasta 500 respiradores al mes. Cada ventilador cuesta 17.000 euros.
Historia
Ha llovido mucho desde que los primeros respiradores artificiales fueron patentados el 1907 por Pulmotor y esta tecnología ha evolucionado mucho. En un principio, los conocidos como pulmones de acero eran una cámara que ocupaba todo el cuerpo del paciente creando una atmósfera con menos presión que la natural para que la caja torácica pudiera expandirse. Los iron Lung se usaron sobre todo durante las epidemias de la polio de principios del siglo pasado. Pero este tipo cayó en desuso a favor de los aparatos de presión positiva, mucho menos voluminosos.
En la actualidad estos aparatos insuflan aire al individuo con una presión por encima de la atmosférica, reforzando los pulmones. Estas máquinas usan una turbina que genera un flujo de aire regulable, controlan la presión del aire y se puede regular la mezcla de oxígeno y aire, así como la humedad y pueden monitorizar la respiración del paciente.
Productores
La madrileña Hersill es la única empresa española dedicada a la fabricación de respiradores artificiales. Esta pyme situada en Móstoles ha acontecido uno de los principales proveedores de la sanidad pública en el Estado.
En España están presentes multinacionales como la alemana Dräger, GE Healthcare, Philips o Medtronic, que comercializan respiradores, pero ninguno tiene fábrica en España, de forma que los tienen que importar.
Otros productores son Baxter, CareFusion, Dragerwerk, Hamilton Medical, Medtronic, Terumo, Xenios AG y Temel, según explican fuentes de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin).
La madrileña Hersill es la única empresa española dedicada a la fabricación de respiradores artificiales
Los respiradores son caros y los hospitales normalmente no los tienen en exceso. Un ventilador de la casa Medtronic cuesta entre 25.000 y 50.000 dólares, según su web. Un coste al cual los recortes en sanidad han intentado no hacer frente. Estas máquinas son productos de alta ingeniería con una tecnología muy costosa que comportan años de investigación, inversión, desarrollo y procesos de validación por parte de las autoridades sanitarias. Si bien el rango de precios va desde los pocos miles de euros hasta más de 50.000, ahora la pandemia ha activado la innovación por parte de la comunidad maker.
En este contexto la NASA ha liberado algunas patentes de respiradores automáticos para que la industria acceda y puedan producir. Es probable pues, que cuando salgamos de esta, el precio de los respiradores automáticos baje. Y esto será una cosa buena teniendo en cuenta que Fenin advirtió el mes de diciembre sobre la elevada edad media de los aparatos médicos en los hospitales españoles. Según el informe, el 2018, el 67% de los aparatos de apoyo vital tenía más de 10 años y el 19%, más de cinco. Hay que renovarlos.
Un respirador 3D
La alianza entre el Consorcio de la Zona franca (CZFB), HP y Leitat (Tecnio) junto a CatSalut, a través del Consorcio Sanitario de Terrassa (CST) y el Hospital Parc Taulí de Sabadell (Barcelona), han conseguido desarrollar un respirador de campaña industrialitzable preparado para apoyar a los hospitales y UCI.
El CZFB ha informado que Leitat ha diseñado un respirador de campaña fabricado en 3D, que permite poner a disposición del sistema sanitario de este elemento atendiendo la rápida expansión del coronavirus y de la escasez de material médico.
Este dispositivo es industrialmente escalable, de forma que "se puede llegar a una capacidad de producción de entre 50 y 100 unidades diarias".
El respirador, denominado Leitat 1, cuenta con un diseño y componentes simplificados al máximo, "para poder desarrollar un dispositivo médico robusto, de utilidad y de menor complejidad facilitando su producción y ensamblaje".
El diseño ha sido realizado por el ingeniero sénior de Leitat Magí Galindo, y validado médicamente por el director de Innovación del Hospital Parc Taulí de Sabadell, Lluís Blanch, experto en ventilación mecánica.
Para la producción se cuenta adicionalmente con las empresas Airbus y Navantia que se han unido a la alianza, que también se apoyará a la capacidad de producción de usuarios y comunidades de makers , con el objetivo de conseguir incrementar la capacidad de producción "en pocos días".