A Richard Branson se lo conoce por haber fundado la discográfica Virgin Music, pero definirlo únicamente como empresario del mundo de la música es quedarse mucho, pero que muy corto. Branson juega a la liga de los Zuckerberg o Musk, pero con una generación de ventaja. Del mismo modo que en 70 fue capaz de crear uno de los gigantes más importantes de la industria del espectáculo -con súper ventas en catálogo como Sex Pistols, The Rolling Stones o las Spice Girls-, a los '80 se enfocó al sector aeronáutico con Virgin Atlantic Airways y al 2004 dio un paso más allá para entrar en la cursa del turismo espacial con Virgin Galactic.
En la actualidad, la industria del turismo espacial está monopolizada por la Agencia Espacial Rusa, que ofrece vivir la experiencia de un astronauta durante una semana por el módico precio de 60 millones de euros. En los últimos años, empresas como la catalana Cero 2 Infinity y emprendedores como los propios Elon Musk y Richard Branson han acelerado para romper el reinado único de los rusos y ofrecer una alternativa mucho más económica para ampliar la base de clientes que puedan ver la tierra desde la estratosfera.
La propuesta de Virgin es una nave de fibra de carbono de unos 20 metros con capacidad para subir hasta 95 kilómetros por encima de la tierra. Un vehículo con espacio para seis pasajeros, que pagarían 250.000 dólares por cabeza para hacer un viaje de casi tres horas. No es ningún chollo, pero mejora notablemente la oferta existente hasta ahora.
Los timings, pero, de momento no se están cumpliendo. A los inicios del proyecto, Branson anunció que podría hacer los primeros vuelos en 2010. Aquello quedó finalmente por el 2015, pero ya vamos por el 2017 con la prometida de ver los primeros viajes de la Virgin Galactic el año que viene.
Más allá del complicado desarrollo técnico de la nave, parte del atraso del proyecto se explica por los fracasos que está viviendo la empresa en sus test. El más sonado, el accidente del 31 de octubre de 2014 cuando uno de los prototipos de Virgin Galactic sufrió un accidente que acabó con la muerte de un piloto y con un trabajador de la compañía herido. El motor del aparato se incendió luego que empezaba el vuelo, provocando la catástrofe.
Todo y los inicios accidentados, Branson cuenta con el apoyo de más de 600 millonarios interesados a vivir la experiencia de ver la Tierra desde el exterior. Entre ellos, como no, celebrities de primer orden como Aston Kutcher, Justin Bieber o Stephen Hawking.
Branson ambiciona avanzarse al resto de competidores en la cursa para ser el primer operador no ruso del turismo espacial. Si esta vez cumple con los plazos, podría conseguirlo. Se claro que podría tardar sólo unos días más que el Bloon de Cero 2 Infinity...