Santi Vila, 40 años, es el consejero más joven del gobierno de Artur Mas, 57 años. Pero se hizo escuchar por los seniors -y no tan seniors- que almorzamos con él hace unos días en Barcelona. Santi Vila emitió de entrada un mensaje que era a la vez declaración de intenciones, consigna y programa político (dicen de él que va por cabeza de fila de su partido si un día flaquea el liderazgo a Convergència i Unió).
"Nos tenemos que serenar como políticos, como empresarios y como profesionales" – nos dijo con convicción y firmeza. Hacía poco que se había hecho público que los presupuestos generales del Sidoreducían en un 25% la inversión en Cataluña.
Vila -de quien dicen que "va por libre" dentro de su partido y del Gobierno de la Generalitat, y de quien los figuerencsexplican maravillas como alcalde diligente y dialogando- no desfallece, a pesar de que los presupuestos castigan de manera particular a su Departamento, el de Territorio y Sostenibilidad. Es un político que parece que llegue a acuerdos positivos con aquella potente nebulosa de poder quedecimos Madrid.
-"Esta es una semana difícil –dijo-. Ya sabemos que tenemos los peores presupuestos de los últimos dieciséis años". Pero confía todavía sacar algún partido de sus relaciones fluidas, cuando menos, con la ministra de su ramo, Ana Pastor, 56 años. Vilapiensa sacar provecho para desencallar proyectos de obra pública en Cataluña, cómo ha empezado a pasar hace tiempo en algunas de las asignaturas pendientes del gobierno central en este sector de actividad empresarial catalana.
Pasé mi mirada rápida de periodista por una sala muy llena sobre todo de alcaldes, políticos, empresarios, asesores y altos funcionarios. El antecesor de Vila en el Departamento, Lluís Recorder, 55 años, que tan buen recuerdo dejó como alcalde de Sant Cugat del Vallès, lo escuchaba con una atención grave e impávida. El eurodiputado Ramon Tremosa, 48 años, puso unos ojos como naranjas cuando Vila lo mencionó como experto indiscutible al referirse al corredor mediterráneo. "-Es una apuesta radicalmente estratégica" –dijo Santi Vila.
También son estratégicos –señaló Vila- el desdoblamiento de Vandellòs , la B-40, las cercanías ferroviarias, la L9 en Barcelona, la N II y los camiones por la AP 7, la descontaminación del pantano de Foix, los accesos al puerto de Barcelona, y el de Tarragona . Dejó bien claro el consejero que no se conforma al resistir. Quiere regenerar el modelo de gestión en las autopistas. También quiere impulsar una ley de Arquitectura que supere, dijo, "la dictadura de los pliegues de condiciones."
A mi mesahabía opiniones discrepants cuando vino al pelo poner etiqueta ideológica al consejero junior. Uno lo calificó de moderado, el otro sostenía que se había hecho independentista, otro que era la cara socialdemócrata del actual gobierno catalán.
Nadie pudo negar, pero, que Vila hacía hincapié en la parte positiva de la realidad. "Los últimos treinta años han sido los mejores de nuestra historia" –afirmó apenas empezar su intervención-. Más inyecciones de optimismo del consejero más joven en edad y en talante: " En Cataluña hemos ganado la batalla de la modernidad". "Los indicadores son buenos pero no tenemos el Estado español como cómplice o compañero". Cuando fue alcalde de Figueres estas inyecciones optimistas ayudaron al progreso de la ciudad.