Seis terrazas urbanas de Barcelona para exprimir la ciudad en vacaciones

El turismo ha vuelto a Barcelona. Y con él, los hoteles han vuelto con fuerza, en el ya bautizado como verano de la recuperación de (por lo menos) el ocio, a ofertarse como la mejor opción para vivir el verano en la ciudad. Muchos han dado una vuelta a sus terrazas para hacerlas más atractivas y accesibles, también para la clientela local. Nuevos planteamientos gastronómicos, música en directo, cocteles y muchas, muchas ganas de estirar el verano (y la cartera) hasta donde se pueda. Como de vez en cuando hay que darse algún homenaje, el terraceo urbano de hotel sale al rescate; aquí, algunas de las mejores terrazas según presupuesto.

Marina Coastal Club, por todo lo alto

Casi rozando el Mediterráneo, Marina Coastal Club es la apuesta del Hotel Arts Barcelona, único resort urbano cinco estrellas de la ciudad condal, para esta temporada estival. Se trata de un novedoso e irresistible programa que comprende diferentes espacios en un área de 2.500 metros cuadrados para disfrutar todo el día. Si vamos de relax, si necesitamos buena gastronomía, música y o una gran barra de cocteles para exprimir la sensación de vacaciones sin dejar de pisar asfalto. La acción se activa a las 17.00 y dura hasta las 01.00 horas. ¿Qué encontraréis? Dj’s que garantizan un buen ambiente de tardeo, una decoración tropical preciosa y platos acabados en la propia mesa. Probad los pescados de ración individual o para dos (la lubina a la sal acabada a la llama) o el steak tartar montado en directo al gusto. En su Marina Infinity Pool, abierto todo el día para huéspedes, puede disfrutarse cada noche como foráneo, para los que siempre se quedan con ganas de más la brisa mediterránea con un cóctel en la mano y en un enclave único y exclusivo hasta la madrugada ¿Qué más puede pedirse?

Terrat, Cocina peruana en Passeig de Gràcia

“Durante largo tiempo, la cocina peruana fue un tesoro oculto que hoy finalmente ha sido revelado, convirtiéndose en pocos años en una de las cocinas más reconocidas del mundo”. Lo dice Astón Acurio, embajador de esta culinaria en todo el mundo. Podemos encontrar su cocina en la ciudad si subimos hasta la bellísima azotea del Hotel Mandarin Oriental Barcelona. Entre plataneras y preparando el móvil parfa ver la puesta de sol por la derecha, probad bocados como la navaja gallega aderezada con picada cebichera de tomate, jengibre y maíz o, entre las tapas calientes, el tequeño criollo de lomo salteado (rollito crujiente relleno a base de ternera salteada y verduras, acompañado de cogollo de lechuga y salsa tarí, 8 euros). En carta encontraréis cuatro tipos de ceviche —recomendable el de pescado del día, leche de tigre clásica, boniatos, choclo y maíz chancha— y dos tiraditos —anotad el de láminas de vieira curada, huevas de arenque, crema cebichera de tupinambur y vieiras con aceite de cilantro—. La carta de cocteles mira a Europa, pero podéis dejaros tentar (obviamente) por el pisco sour canónico de la casa o por la versión con Campari.

Buenas Tardes Pulitzer

El Hotel Pulitzer ha inaugurado por fin su terraza un año más, esta vez con un look completamente renovado de la mano de Lázaro-Violán que ha refrescado el ambiente con mucha tropicalidad. Con ella, vuelven también sus míticas sesiones #BuenasTardesPulitzer. Es la cita imprescindible de cualquier verano e que busquemos bailar con una copa en la mano. Es uno de los platos fuertes, el que ha hecho que este espacio tenga una personalidad apabullante en el tardeo barcelonés. La cuidada apuesta musical en directo se puede disfrutar cada miércoles, con sesiones de DJs todos los jueves, viernes, sábados,  este año, también los domingos. No os preocupéis que también se come. La oferta gastronómica es interesante y se inspira en el street food (hamburguesas, tabla de ibéricos, croquetas…) a cargo del chef Marc Pérez (ex Fonda Gaig, Sant Pau de Carme Ruscalleda y Joël Robuchon en Montecarlo). Y es que, en pleno auge de azoteas de hoteles en la ciudad condal, la pionera de la calle Bergara sigue siendo una de las favoritas de locales y huéspedes, que disfrutan en ella de una mezcla única en su público que la hace inigualable. Quien diría que estamos a dos minutos de La Rambla.

Terraza del hotel Pulitzer durante una sesión de Pulitzer Tardes | Cedida

Sobreático Contraban

La terraza del Wittmore Hotel acaba de abrir puertas por primera vez al público con una carta elaborada por el chef Alain Guiard, cócteles y mocktails de autor, así como una programación de DJs para ver el atardecer, la montaña de Montjuïc y el mar desde lo alto cada jueves. Su ubicación, en el corazón del Barrio Gótico, posibilita la vista de una amalgama de tejados y terrazas difíciles de otear desde otro punto de la ciudad. Entre los platillos que Guiard ha preparado para comer, una pizza de brioche con ricota y speck, un carpaccio de tomate crudo y confitado con vinagreta de cabernet, o unos fingers de pollo al limón con salsa de chile dulce, al margen de otras tapas obligadas como las croquetas de jamón ibérico de bellota  o la cecina de león con almendras tostadas. De su carta líquida, os recomendamos el Martini Invertido o el Elderflower Mule. El espacio cuenta con la música Disco, Soulful House, Cool Beats, Funk o Groove de DJs como BeGun, Jess Hologram o Irina Flake. Consultad programación.

Terrassa del Wittmore Hotel | Cedida

El Chiringuito, brasa en las alturas

El Chiringuito urbano de Casa Bonay es un espacio tropicalizado y al aire libre que corona este precioso hotel que acaba de soplar las velas de sus 6 años. El edificio ha sido fruto de la colaboración de varios artistas, creativos, paisajistas, diseñadores industriales y, por eso, encontrareis detalles mimados en cada rincón. El menú de su azotea está especializado en robata o “robatiyaki” (de anguila, entraña, pollo, pulpo o quesos, entre otros). Este método japonés de cocción (se traduce literalmente como “cocinar en la chimenea”) impregna todos los platos de un aire “a barbacoa”. La oferta se amplía con tapas diversas y una cuidada oferta de vinos y aperitivos (4 - 12 euros). Un lugar en lo alto para disfrutar de espacio y aire libre aunque estemos en el mismo Eixample.

Mesa servida en el Chiringuito del hotel Casa Bonay | Cedida

Bar Alegría, ahora en el Barrio Gótico

La terraza en la azotea del The Barcelona Edition, el hotel ubicado a los pies del Mercat de Santa Caterina, es un destino en sí mismo, aunque sea únicamente por la vista a la techumbre ondulada y multicolor de Benedetta Tagliabue. Pero hoy hablamos de otra terraza, la que se ha montado de forma efímera en los bajos de su entrada: el pop up del Bar Alegría de Tomas Abellán. El flamante bar de tapas de Sant Antoni se traslada al corazón de La Ribera pero por tiempo limitado. Y ahí están para disfrutarlas la tortilla de patatas, la ensaladilla rusa o el bikini trufado, todos platos memorables que ya son seña de la casa. La mano del heredero de la saga Abellán la encontramos igualmente en Casa Luz y Savia, otros dos de sus locales en Barcelona.