La situación que vivieron nuestros abuelos o bisabuelos, hace exactamente 100 años tiene una fuerte similitud con la actualidad. A estas alturas del siglo XX, la sociedad sufría las consecuencias de la Primera Guerra Mundial -donde España adquirió una posición neutra, pero no se liberó de las secuelas económicas, políticas y sociales-. Y vivía una pandemia, también mundial: la gripe española, que, de hecho, fue mucho más grave que la de la covid-19 tanto en número de muertos como de impacto económico global. "Pero sobre todo tuvo un impacto muy fuerte en la psicología de la gente: nosotros enseguida desciframos el código genético del virus, pero en el caso de la gripe española, mucha gente no sabía ni que aquello era un virus, no entendían nada sobre la gripe. Y esto provoca una devastación psicológica", explica el economista Xavier Sala-i-Martín. Lo hace en el ciclo de ponencias de la Euncet Business School, en Terrassa, y utiliza este salto en el tiempo para hablar de los siete factores que determinarán la economía en las próximas décadas.
¿Pero que pasó poco después? Los Felices años 20, una década de crecimiento económico que empezó en EE.UU. y se extendió por la Europa capitalista. Y a pesar de que a continuación viniera el Crack del 29, fueron unos años de revolución donde se consiguieron hitos que marcaron el resto de la década. "Fue la primera época dorada del cine, del jazz, fue el inicio del movimiento de la liberación de la mujer y fue la década que marcó las grandes tecnologías del siglo XXI". Del mismo modo, para Sala-i-Martín, esta época, la actual, marcada por la "pandemia, la guerra y la desglobalización", también tendrá un papel muy importante en el transcurso del siglo XXI "y la clave de todo esto está en la tecnología", indica. "Estamos viviendo una época gloriosa y una revolución tecnológica que marcará el resto del siglo".
El virus no se ha acabado
La pandemia de la covid-19 no se ha acabado. En Catalunya apenas acabamos de vivir la sexta ola, pero los países que no están muy vacunados todavía están viviendo olas. "Ahora mismo el virus está en Hong Kong, por ejemplo, y esto tiene implicaciones en todo el mundo", indica Sala-i-Martín. Y se debe a la globalización: si para fabricar un coche se necesitan entre 70.000 y 90.000 piezas y la mayoría de estas se compran en el extranjero, "es importante que ningún país tenga pandemia, porque nos afecta a todos".
Sala-i-Martín: "Hemos abandonado a los países pobres y ahora estamos pagando las consecuencias"
Es importante, por lo tanto, que la covid-19 se acabe en todo el mundo. Y en Europa "hemos sido muy rápidos y egoístas a la hora de vacunarnos a nosotros mismos, pero hemos abandonado a los países pobres y ahora estamos pagando las consecuencias", explica Sala-i-Martín poniendo como ejemplo la variante omicrón, proveniente de Sudáfrica, país con una tasa muy reducida de vacunación: solo el 30% de la población tiene la pauta de vacunación completa. "Donde no haya mucha gente vacunada, el virus continuará mutando y nos volverá, a nosotros o a China, y, por lo tanto, nos quedaremos sin productos". El economista hace hincapié en China debido a su estricta política covid cero: cuando hay casos de covid-19, a pesar de que sean muy reducidos, tienden a confinar a toda la población y a cerrar las fábricas y negocios, "y esto afecta directamente en nuestras fábricas". El virus, por lo tanto, continuará marcando nuestro futuro, a pesar de que no lo tengamos en casa.
El descubrimiento de la guerra: la sorpresa de Putin
Hace tan solo dos meses, el conflicto entre Ucrania y Rusia no habría estado en el radar, pero ahora forma parte de uno de los factores que preocupa a la economía mundial. A pesar de todo, Sala-i-Martín aporta otro punto de vista: el descubrimiento de la guerra. "Me ha abierto los ojos y quizás no como le gustaría a Putin -explica-. Hace unos meses pensaba que Rusia era una superpotencia. Pero la economía rusa es más o menos del tamaño de España, el PIB ruso es como el de España, pero tiene que alimentar a un país con tres veces más gente y, encima, financiar guerras". La de Chechenia, la de Georgia, la de Ucrania, la de Siria... "Se han metido en todos los pollos que han podido y todo esto cuesta dinero". La economía rusa no se puede permitir que la guerra continúe mucho más tiempo y, además, teniendo en cuenta que ahora se ha encontrado con un boicot mundial.
Pero además de la crisis humanitaria, la guerra rusa a nosotros nos afecta en el precio de la energía y agrava "un problema que ya teníamos con la covid-19, la inflación", indica. La rusa es una economía muy orientada a los minerales, que produce, sobre todo gas y petróleo y se ha convertido en un proveedor mundial que, ahora, tiene la sartén por el mango y que ha causado un descontrol mundial de los precios de la energía.
El pez de la inflación
Para Sala-i-Martín la inflación es nuestro gran problema económico. En Catalunya las subidas de los precios son de casi el 10%, un incremento que no se registraba desde la década de 1970.
Con la covid-19, los gobiernos apostaron "por imprimir dinero", y esta es una de las principales causas de la inflación: imprimir dinero por encima de la capacidad de producción de la población devalúa la moneda. Otra causa que ha provocado la subida de precios es que la demanda ha sido muy superior a la oferta. "Los gobiernos han gastado mucho, no han puesto impuestos para financiar este gasto y, por lo tanto, se han endeudado mucho", explica el economista aclarando que "en aquel momento era lo correcto, era el momento de ayudar la gente y las empresas". La covid-19, además, provocó una reducción de la oferta: las fábricas tenían que cerrar porque faltaban productos, y no podíamos producir tanto, hecho que también provoca una subida de los precios.
Sala-i-Martín: "La única solución para frenar esta inflación es subir los tipos de interés"
Viendo que las causas se encuentran en la covid-19 y en la guerra de Ucrania, podríamos pensar que una vez pase todo, la inflación se acabará. "Pero esto no pasará -advierte el economista-: uno de los graves riesgos de la inflación es que se enquiste en los mercados laborales". Si los precios de todo suben un 10%, los trabajadores pueden acabar pidiendo aumentos del sueldo del 10% y provocar una inflación cíclica. Es un pez que se muerde la cola: al año siguiente, el empresario, al ver que ha asumido un coste más elevado para producir el mismo producto o servicio, también subirá los precios, y nos volveremos a encontrar en la misma situación. A pesar de que las causas iniciales sean temporales, la inflación se puede acabar perpetuando.
"El problema es que la única solución para frenar esta inflación es subir los tipos de interés. Que los bancos centrales que han sido imprimiendo dinero, los saquen de la economía", indica. Pero el problema de subir los tipos de interés es que provoca una recesión. "Pero es la única manera de hacerlo", indica Sala-i-Martín. De hecho, los tipos de interés ya han empezado a aumentar.
El economista critica, por lo tanto, la actuación del Gobierno español de subsidiar la gasolina. ¿Cómo paga el Gobierno los 20 céntimos de descuento que ofrece por cada litro de gasolina? "No ha dicho que subirá impuestos ni hará recortes, así que solo hay una manera: con deuda", critica Sala-i-Martín. La medida tiene un coste de 6.000 millones de euros por cada tres meses, cifra que va directa a ampliar el déficit. "Y esta es una de las principales causas de la inflación: "Si tú solucionas la inflación con más déficit, no la solucionas: lo empeoras".
Desglobalización y relocalización
El sistema de globalización con el que hemos funcionado desde la caída del muro de Berlín se está desintegrando. "Que todos dependamos de todos tiene demasiados riesgos" y esto se empezó a ver con la crisis económica del 2008. Al ver que había economías en crisis, algunos países decidieron empezar a ser más autosuficientes. "Nunca hemos vuelto a tener el mismo volumen de exportaciones que en el 2008", indica Sala-i-Martín, como reflejo de esta desglobalizació que estamos viviendo.
Sala-i-Martín, sobre la relocalizació: "Tendrá un coste para los consumidores, pero supondrá una oportunidad para las empresas"
Estamos viviendo un proceso de relocalizació. Las industrias están volviendo al territorio. "Y esto tendrá un coste para los consumidores, pero supondrá una oportunidad para las empresas".
La burbuja china
La economía china tiene un problema de sobrecalentamiento y sufre una burbuja -no solo inmobiliaria, sino en muchos sectores manufactureros- con mucha fragilidad financiera. Además, tal y como pasó con la burbuja inmobiliaria española, el problema se ha traspasado a los bancos. "Nadie duda de la economía china va hacia abajo y las consecuencias de esta crisis serán mundiales", augura.
Las dos protagonistas de la revolución industrial
Según el economista catalán, "la cuarta revolución industrial es la madre de todas las revoluciones". La primera la protagonizó la máquina de vapor; la segunda la electricidad y el automóvil; la tercera es la asociada con la informática; pero en la cuarta revolución industrial convergen muchas tecnologías disruptivas y cada una de ellas podría implicar una revolución industrial por sí misma. Son la inteligencia industrial, la biotecnología, la robótica, las impresoras 3D, la automatización, la nanotecnología, el Internet de las Cosas (IoT), la ciberseguridad y el blockchain. "No son tecnologías de futuro, sino de presente, y afectarán al resto del siglo que estamos viviendo", indica.
"¿Qué pasará cuando los ricos quieran tener hijos más guapos o más inteligentes o más rápidos? ¿Cómo saben que no lo están haciendo ya?"
Sala-i-Martín destaca dos: la bioingeniería y la inteligencia artificial. La primera tecnología ya ha sido capaz de crear animales y, a pesar de que esté prohibido, también personas. A partir de la manipulación del ADN, un científico chino creó dos niñas. Dijo que lo hizo "por razones médicas" y a pesar de que fue encarcelado abre la puerta a una nueva especie. "¿Qué pasará cuando los ricos quieran tener hijos más guapos o más inteligentes o más rápidos? ¿Cómo saben que no lo están haciendo ya? ¿Cómo sabemos que el ejército chino no ha creado ya una raza de superhumanos?".
En el caso de la inteligencia artificial, que Sala-i-Martín la define como "la capacidad que tienen las máquinas para entender los datos", el economista ve muchos beneficios, pero destaca un grave riesgo en el futuro: "¿Qué pasará cuando las máquinas hagan mejor que nosotros los trabajos intelectuales?" La cuarta revolución industrial creará nuevos puestos de trabajo "que todavía no sabemos muy bien ni cómo serán."
Retener el talento de Catalunya: generar riqueza y tecnología
Este panorama económico presenta riesgos y oportunidades para Catalunya. Mientras que el déficit y la inflación presentan un gran peligro por la economía catalana, la relocalización es una gran oportunidad. En este sentido, Sala-i-Martín cree que es muy importante que los gobiernos hagan políticas para retener el talento y la tecnología de aquí. En este sentido, el economista lanza una pregunta al público: "si Jeff Bezos hubiera nacido en Olot, ¿tendríamos Amazon?" Y sigue: "¿Habría tenido la idea? Si la hubiera tenido, ¿lo habría tenido más fácil en el extranjero? ¿Qué barreras se encontraría para crear Amazon aquí? ¿O qué impedimentos se pueden encontrar las empresas que se quieran ubicar aquí?"