La economía es un avión con cuatro motores: inversión, consumo, exportación y gasto público. Esta es la teoría del experto en transformación y estrategia digital Marc Vidal, autor del best-seller La era de la humanidad, quien cree que, en el caso de la economía española, "solo está funcionando el cuarto motor y además el avión va sin piloto". Nos encontramos en medio de varias crisis: la covid-19, Rusia, inflación, transformación tecnológica, transición energética, modelo económico deficitario... Y entre tanta incertidumbre, Vidal señala el camino: tecnología. Sumarse al cambio.
Para ilustrar la salida de la crisis de la covid-19 se habló de muchas letras. Algunos decían que saldríamos en forma de U, otros en forma de V. Para Vidal la letra es la K. "Desde que hay tecnologías avanzadas automatizables, la salida de las crisis se hace en forma de K: la dirección superior representa a aquellos que desarrollan modelos eficientes, donde se incorpora tecnología para mejorar la producción, y en la otra dirección está el inmovilismo, el modelo cíclico". Así lo ha explicado Vidal a los asistentes de la última charla organizada por Euncet Business School, en Terrassa, bajo el título ¿Llegas a tiempo al futuro?
Según ha compartido el divulgador económico, la modernidad o la incorporación de la tecnología no tendría que ser percibirse como una amenaza. Ni siquiera los robots. De hecho, Corea del Sur tiene la tasa de robot per cápita más elevada del mundo y, en cambio, no tiene paro. En Europa quién tiene la mayor tasa de robots por persona es Alemania, país que también está muy cerca de la ocupación llena.
Vidal: "Los robots no generan desocupación. La tecnología genera eficiencia, y ésta genera productividad, y ésta crea puestos de trabajo"
España, por poco no ocupa la última posición. Lo hace Grecia, quien, paralelamente, es el país con más paro de Europa. Por lo tanto, "los robots no generan desocupación. La tecnología genera eficiencia, y ésta genera productividad, y ésta crea puestos de trabajo, eso sí, puestos que requieren una formación diferente", indica Vidal. Y por eso, se necesita una estrategia. O muchas.
No sabemos todavía la respuesta a muchas preguntas sobre escenarios futuros: ¿Cómo afectará la tecnología blockchain a mi empresa? ¿Qué habilidades necesitaré para trabajar de la mano de un robot? ¿Qué tareas de mi trabajo se automatizarán? Y, de hecho, no hay que saber la respuesta porque, probablemente, cambie con el tiempo. La clave es, según Vidal, "estar cerca de la tecnología, querer aprender, gestionar la incertidumbre, estar dispuesto a innovar... y hacerlo rápido".
Transformarse, más allá de incorporar tecnología
Para Vidal "transformarse es mucho más que incorporar tecnología. Si no solo sería digitalizar". Es transformación cuando genera nuevos modelos, nuevos procesos, nuevas perspectivas.
Es transformación, por ejemplo, cuando se coloca al cliente en el centro de la cadena de valor. Y para hacerlo, aconseja diferenciar el cliente del usuario y darle sentido a los datos. Los datos, tanto del mismo cliente como externos, pueden convertirse en información si se les da un sentido.
También es transformación cuando se automatizan procesos. "Todos tenemos un proceso de poco interés, pero con una relevancia absoluta en el foco final de la empresa", apunta Vidal quién anima a hacer "arquitectura de procesos" para ver bien qué procesos hay y determinar en cuáles utilizar la tecnología.
Una vez se conoce mejor al cliente y se automatizan procesos, se generan nuevos modelos de negocio. Y esto es clave en la transformación tecnológica. Es un ejemplo la compra de solares en el metaverso. Hay quién pueda pensar que es absurdo, que no es tangible. Pero tampoco lo es un dominio y, en cambio, el dominio seguros.com fue vendido por 24 millones de dólares.
Vidal: "Ahora que se ha inventado una máquina que es más inteligente (que nosotros), no nos gusta tanto"
Y la cuarta clave que señala Vidal son las nuevas metodologías humanas, que tienen que ir orientadas hacia aquellas habilidades que la máquina no pueda hacer. "¿Qué cosas no se podrán automatizar? ¿En qué habilidades no me podrá sustituir un robot o un algoritmo?", cuestiona. Y añade: "Cuando se inventó el coche, que era más rápido que nosotros, nos pareció genial. Ahora que se ha inventado una máquina que es más inteligente, no nos gusta tanto".
El camino: habilidades para potenciar
Hay habilidades que un ser humano puede desarrollar, pero un robot solo puede imitar. Como desaprendrer. Las personas pueden dejar de hacer un proceso pero recordarlo. La máquina, en cambio, lo borra del todo.
El ser humano tiene pensamiento crítico, que va mucho más allá del pensamiento racional. También sabe hacer preguntas. "Las máquinas son buenas dando respuestas, pero no haciendo preguntas", afirma Vidal. Y, por lo tanto, la diferencia entre dos empresas que compren la misma tecnología estará en el equipo de personas que las forman y las preguntas que hagan en la tecnología. Es importante, por lo tanto, según indica, "conocer bien qué es capaz de hacer aquella tecnología, para hacerle las mejores preguntas".
Vidal: "La tecnología siempre será el 'cómo' de las cosas y nosotros el 'porqué'"
Tres habilidades más que una máquina no podrá tener, inteligencia emocional, tendencia a socializar y creatividad tecnológica. Tres habilidades muy conectadas con la emoción que pueden, de hecho, ser el motor que dé sentido al uso de la tecnología porque, Vidal ya lo ha dicho bien, "la tecnología siempre será el cómo de las cosas y nosotros el porqué".