Internet transforma usos, costumbres y ahora también modelos de negocio. El fenómeno del consumo colaborativo ha llegado con fuerza al Estado español en sectores como el de la movilidad, con el ejemplo de Blablacar y Uber, y el del alojamiento, con Airbnb; tres plataformas de éxito que este jueves celebran el Día Internacional de la Colaboración (#iCollDay).
No obstante, como todo modelodisruptiu ha generado polémica. Las últimas semanas, decenas de taxistas han salido a las calles de Barcelona , y otras ciudades españolas, para manifestarse en contra de Uber, una aplicación de móvil que, según defienden, los hace competencia desleal.
En paralelo, los hoteleros catalanes han conseguido que el gobierno de la Generalitat imponga una multa en el portal Airbnb por el alquiler de apartamentos turísticos ilegales. Desde los sectores críticos afirman que tanto Uber como Airbnb, operan en la llamada economía sumergida: no pagan impuestos y cuentan con menos obligaciones que ellos, a pesar de ofrecer un mismo servicio.
Uber y el enutjament de los taxistas
Hace unos días, convocados por la asociación Elite Taxi Barcelona (@Elite_TaxiBcn) los conductores han recorrido el centro de la ciudad condal para mostrar su disconformidad. En declaraciones a la agencia EFE, su portavoz, Juan Cesmas, asegura que la voz del taxi "está llegando donde no había llegado nunca". Su amenaza es la de continuar con las movilizaciones para exigir en el Gobierno español que no conceda la autorización a Uber , quien hace de alternativa a los taxis tradicionales, para seguir con su actividad.
Por el contrario, el responsable de Uber en la región norte y oeste de Europa, Pierre-Dimitri Gore-Coty, afirma que Uber quiere hacer "más fácil la vida de la gente que vive en Barcelona" y aportar más alternativas "en un mercado que no ha sido revolucionado durante años". Aun así, el directivo de Uber ha añadido que las ciudades inteligentes tienen que estar abiertas al uso de la tecnología y aceptar el cambio que comportan los nuevos tiempos, una reflexión con la cual coincide el profesor de marketing de Esade, Josep Maria Galí (@JMGalizard). "Esta es una reconversión donde muchas cosas salen fuera del mercado y las tecnologías sustituyen otras que se han quedado anticuadas. Es una revolución positiva", apunta Galí.
Las reflexiones de Galí van más allá: "Gracias a la revolución tecnológica están emergiendo necesidades que tiene la gente con maneras innovadoras, que suponen mucho menos coste y que, además, la sitúan en una óptica de diferenciación entre proveedor de servicio y usuario . Esto es una auténtica revolución industrial. Irá pasando en todos los sectores en el momento quehaya alguno que tenga la imaginación de aplicar las nuevas tecnologías buscando una solución diferente", añade.
La multa a Airbnb
El caso de Airbnb y el gremio de hoteleros, donde también entra en juego la Administración catalana con la multa económica a la plataforma, es otro ejemplo de la convivencia de estos dos modelos y modas de hacer negocio. La diferencia entre ambos está en el modo de utilizar, y aplicar, la tecnología .
Según ha explicado el Gobierno, la multa impuesta a Airbnb por el Gobierno catalán es porque se ha detectado que las viviendas que se intercambian en el web no están inscritos en el Registro de Turismo de Cataluña. El Gobierno catalán considera que su actividad supone "una competencia desleal" con el resto del sector y por eso los ha impuesto la sanción máxima: 30.000 euros. Una medida que ha sido celebrada desde el Gremio de Hoteles de Barcelona. Su presidente, Jordi Clos, ha apuntado en una rueda de prensa que los apartamentos ofertats a través del web "son un peligro, generan competencia desleal y no contribuyen con la tasa turística".
Regular el consumo colaborativo
Como replica a las críticas que han hecho llegar algunos usuarios al Gobierno, el consejero de empresa y Ocupación, FelipPuig, ha asegurado este miércoles que la Generalitat "no quiere frenar" proyectos como Airbnb o Uber, pero ha reclamado que estos negocios se tienen que adaptar a "las reglasde juego establecidas por todo el mundo". Según Puig, "no se pueden promover alojamientos turísticos sin la calidad, la seguridad o el registro que se exige al resto. Una economíaordenada permite el desarrollo de la economíacolaborativa, pero basándose en una oferta de calidad".
"La Administración lo tendría que intentar regular, mirando la cadena de valor e intentando reintegrar este negocio dentro de la economía regular, pero ahora no lo puede hacer porque este no es un tema ni siquiera español, es un tema global", apunta el profesor de Esade.
El que es cierto es que la globalización , de la mano de la revolución tecnológica, está modificando el comportamiento de los usuarios, de los compradores y de los consumidores. Airbnb nace en los EE.UU. y opera, además de Barcelona, en ciudades como Nueva York, París y Londres, con más de 600.000 alojamientos en todo el mundo. Ejemplos como este se unen al carsharing, otro caso que también ha generado polémica últimamente. Donde esté la tecnología , estará también, por supuesto, el progreso. Y con él, el cambio.
Taxistas y hoteleros en pie de guerra
La polémica con la app Uber y la plataforma Airbnb es un ejemplo de la confrontación de dos modelos económicos sacudidos por la incidencia de las nuevas tecnologías
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