"Vive rápidamente, muere joven y deja un bonito cadáver". John Derek abría con esta frase la película Knock donde año door. Una línea de guion que se ha convertido en un lema vital que muchos artistas se han tomado demasiado al pie de la letra. La interpretación literal de la sentencia ha hecho de Kurt Cobain, Janis Joplin y Heath Ledger, entre otros muchos, auténticas leyendas de sus artes. Pero, a veces, no hay que seguir con tanta precisión las instrucciones para ser idolatrado. El ejemplo más claro es de Dennis Hongo, más conocido como Thresh.
Saahil UNiVeRsE, Lee Faker o Gabril FALLAN son algunos de los jugadores de deportes electrónicos más conocidos del mundo. Los tres suman millones de dólares en ganancias al año gracias a su dominio de videojuegos como League of Legends, Riot o Counter Strike, pero ninguno de ellos ha llegado a los niveles de respeto y adoración que despierta Thresh, reconocido por el Libro Guinness como el primer jugador profesional de la historia.
Dennis Hongo no era más que uno de los millones de preadolescents que se pasaban las tardes después de la escuela disparando a todo el que se movía a los videojuegos Doom y Quake . O esto se pensaba él, hasta que el 1993, con 16 años, descubrió las partidas multe jugadores que se organizaban en los Estados Unidos.
El nivel de las consolas se le había quedado corto y pronto descubrió que el del resto de mortales también. Luego que apareció en las partidas, el nombre de Thresh se convirtió en sinónimo de derrota para el resto. Tanto era si se enfrentaba a 5, 10, 20 o 40 jugadores a la vez. Dennis Hongo sabía perfectamente donde se escondían cada uno de sus enemigos para acabar con ellos.
El primer triunfo, con Microsoft
El 1995 llegó su primera gran victoria, cuando se cargó los 24 mejores jugadores de Doom de los Estados Unidos y el Reino Unido en un acontecimiento organizado por Microsoft. Aquella victoria llamó la atención de los primeros patrocinadores y, a la cabeza de poco tiempo, llegaron los premios en metálico, que le proporcionaron ganancias de hasta 100.000 dólares el año.
El agosto de 1996, Thresh aparecía a la portada del Wall Street Journal. "En los últimos años nadie ha sido capaz de ganarlo, ni en partidas amistosas ni en torneos oficiales", exclamaba el diario, dibujando así el relato de su inmortalidad.
Pero la competición que hizo de Thresh un mito fue la Red Annihilation Quake, celebrada en Atlanta, una de las primeras competiciones nacionales del videojuego. En principio, el ganador del torneo recibía como premio un cheque por valor de 5.000 dólares. Un buen premio que quedó en nada cuando John Carmack, el creador de Quake , anunció que regalaría su Ferrari 328 GTS al vencedor.
Según ha explicado Hongo en varias ocasiones, no fue consciente quehabía un Ferrari en juego hasta que lo vio reflejado a la pantalla donde se jugaba la final. Quizás aquello fue una motivación extra, porque humilló Tom Entropy Kimzey con un marcador de 40 a -1 puntos.
La fotografía de aquel adolescente subido a un extravagante Ferrari hizo la vuelta en el mundo y, para muchos, supuso el inicio de la era de los deportes profesionales. Thresh, pero, yatenía bastante. Aquel mismo 1997, y con sólo 20 años, anunció su retirada como jugador profesional.
Como legado dejó los fundamentos de una industria que, por el 2020, promete facturar 2.400 millones de dólares. Un sector en qué él no coge los mandos, pero del queparticipa. En la actualidad Dennis Hongo es un emprendedor de éxito. Entre sus negociosencontramos Plays.tv, la principal plataforma de grabación de partidas de videojuegos, la red social sobre videojuegos Raptr, con más de 90 millones de usuarios, o Xfire, un servicio de mensajería para jugadores que vendió a la MTV por más de 100 millones de dólares.
Thresh vivió rápidamente, se retiró joven, pero prefirió dejar un mito antes de que un cadáver.