Uno de los efectos de la pandemia del coronavirus ha sido que durante un periodo de tiempo el whisky ha sido más caro que el petróleo. La depreciación del crudo ha sido la peor en 29 años y ha hecho caer su precio hasta un 31% en el caso del Brent, el de referencia en Europa. Ni la Operación Tormenta del Desierto de 1991 ni las hipotecas subprime habían hundido tanto el precio del petróleo. Arabia Saudí decidió innundar el mercado de petróleo por la negativa rusa de recortar la producción, haciendo que se hundiera la bolsa, la corona noruega se depreciara y vaticinando una crisis humanitaria en Venezuela. Era más barato ir a llenar el depósito que tomarse un whisky on the rocks.
Una botella de Glenfiddic single malta puede llegar a costar 27.000 dólares. Los whiskys de malta únicos son unos de los espíritus más venerados del mundo. Se producen exclusivamente a partir de cebada, que es un producto relativamente barato. Entonces ¿cómo puede llegar a ser una botella tan cara?
Una botella de Glenfiddic single malta puede llegar a costar 27.000 dólares y una botella de Macallan 1926 se vendió por 1,5 millones de dólares
En los últimos 50 años los whiskys de malta única han acontecido muy populares. Las exportaciones escocesas de este tipo de bebida se incrementaron en un 4,4% en 2019 con un valor de 5.500 millones de euros y 1.300 millones de botellas exportadas a 180 mercados.
Uno de los primeros ingredientes que nos vienen a la cabeza cuando hablamos del whisky, igual que cuando hablamos de la cerveza, es la malta. La malta no es otra cosa que cebada germinada artificialmente y secado. El proceso de convertir la cebada en malta se denomina, según recoge el diccionario normativo, maltatge, sustantivo derivado del verbo maltar, normalizado recientemente por el Consejo Supervisor.
En la elaboración del whisky, pero, intervienen a menudo otros cereales además de la malta. Se conoce con la denominación whisky de malta (en inglés, malta whisky o, en versión norteamericana e irlandesa, malta whiskey) el que se elabora únicamente o mayoritariamente con cebada maltada. El whisky de malta escocés, concretamente, se elabora tan sólo con malta, mientras que el whisky de malta americano puede contener otros cereales, si bien la malta hay de ser presente en un porcentaje mínimo del 51 %.
Cuando el cereal de base del whisky no es la malta sino otro (el trigo, el maíz, el centeno, etc.), el whisky resultante se denomina whisky de gra (grain whisky, en inglés). El whisky de grano escocés también contiene siempre, además del cereal de base, una determinada cantidad de malta.
Además del whisky de malta y el whisky de grano, también se produce el whisky de mezcla (blended whisky, en inglés), que es el que se elabora con una mezcla de diferentes whiskys, ya sean whiskys de malta o whiskys de grano. En el caso del whisky de mescla escocés, la mezcla se hace con uno o más whiskys de malta procedentes de la misma destilería (denominados en inglés single malta whiskies y en castellano, whiskys de malta únicos) y uno o más whiskys de grano procedentes de la misma destilería (en inglés, single grain whiskies y en castellano, whiskys de grano únicos).
Por otro lado, el whisky de malta escocés que se elabora con una mezcla de dos o más whiskys de malta únicos que proceden de diferentes destilerías se denomina whisky de malta de mezcla (en inglés, blended malta whisky o también, tradicionalmente, pure malta whisky o vatted malta whisky) y el que se elabora con una mezcla de dos o más whiskys de grano únicos que proceden de diferentes destilerías se denomina whisky de grano de mezcla (en inglés, blended grain whisky).
Los expertos nos dirán que cuanto más tiempos el alcohol permanece dentro de los barriles, más suave y unctuosa será la bebida y por lo tanto el precio estará justificado. Pero los años en un barril no es suficiente para explicar que el precio de una botella pueda ir de los 10 euros y hasta los 27.000. Uno de los motivos clave es que hacer un single malta comporta un proceso muy complicado.
La cebada se desmenuza y se le añade agua mineral, se calienta hasta 64 grados y se convierte en azúcares y mosto. Este zumo se enfría y se traslada a los barriles. Más tarde se vuelve a calentar en alambiques de cocer por su primera destilada y una segunda vez en alambiques metálicos. El espíritu se prepara para la maduración y se bate en botes con agua mineral. Los barriles pasan años en el almacén madurando en un single malta. El secreto de su calidad es la consistencia. Se tiene que lograr una producción muy muy cuidadosa para que siempre el resultado sea el mismo.
Los whiskies viejos son más caros no sólo porque son viejos, sino porque hay menos cantidad
Pero hay más. Un líquido con una maduración de 30 años puede evaporar entre un 30% y un 40% de su alcohol adentro del barril, un 1% cada año de vida del whisky. Esto es por la evaporación natural hacia la atmósfera. Por lo tanto, los whiskies viejos son más caros no sólo porque son viejos, sino porque hay menos cantidad.
Y finalmente hay otro factor que no hemos analizado: el status. La población joven en general quiere calidad: buenos zapatos, buena ropa, buenos coches, y quieren beber single malta. Además, otro factor que está incrementando el precio de este tipo de whisky es el mercado de los coleccionistas. Una botella de Macallan 1926, una bebida con 60 años de maduración se ha vendido por 1,5 millones de dólares en una subasta, marcando el récord de precio por la venta de una botella.