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“¿Y el Palau Blaugrana, para cuándo?”

La falta de recursos también ha hecho que recientemente, en el Palau Blaugrana se vendan entradas a aficionados de los equipos rivales sin muchos miramientos, con el peligro que eso supone

El jugador de baloncesto del Barça, Kevin Punter, en el Palau Blaugrana | EP
El jugador de baloncesto del Barça, Kevin Punter, en el Palau Blaugrana | EP
Albert Roura | VIA Empresa
Consultor de comunicación
Barcelona
22 de Marzo de 2025

El sábado 23 de octubre de 2021, la Asamblea de Socios Compromisarios del FC Barcelona autorizó a la Junta Directiva para poder endeudarse hasta 1.500 millones de euros con el objetivo de construir el Espai Barça. El proyecto englobaba la remodelación del Camp Nou, la construcción de un nuevo Palau Blaugrana, la elevación del Estadio Johan Cruyff, la construcción de un hotel, unas nuevas oficinas del club y una estación de autobuses. 

 

La previsión era que 900 millones fueran para construir el nuevo Camp Nou, con una capacidad para hasta 105.000 espectadores, 420 millones debían ser para hacer el nuevo Palau Blaugrana, donde se deberían poder celebrar eventos de toda índole como conciertos, espectáculos o convenciones, y también se preveía una partida de 100 millones de euros para los costos de urbanización y 60 millones de euros más en inversiones metropolitanas.   

El financiamiento sería a 35 años, y los cinco primeros años serían de carencia para construcción. Los directivos del presidente Laporta explicaban en aquel momento que la inversión se financiaría con los ingresos adicionales que generaran las nuevas instalaciones (el hospitality, el museo, los patrocinios o la restauración del club, por ejemplo). Serían unos 200 millones brutos anuales.  

 

El Barça está destinando casi 100 millones al año a pagar deudas cuando su presupuesto para esta temporada 2024-2025 es de 893 millones

Este nuevo crédito de hasta 1.500 millones de euros se sumaba al préstamo que recibió la entidad después de la entrada a la presidencia de Joan Laporta, el 7 de marzo de 2021, cifrado en 595 millones de euros para hacer frente a la caída de ingresos a causa de la pandemia de la covid-19. El crédito sirvió para salvar el primer ejercicio que cerraba Laporta, antes de las palancas, presentando como aval los derechos de televisión, de los que posteriormente vendió una parte.  

En aquel momento que se acordaba todo este endeudamiento, el FC Barcelona preveía acabar las obras de todo el Espai Barça en 2028. 

¿Dónde estamos ahora? 

En 2023 se solicitaron 1.450 millones de euros. Una parte fue un crédito con Goldman Sachs (491 millones), mientras que la otra fue en forma de bonos con hasta 20 inversores (994 millones, aprobados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores). En ambos casos, y aunque la entidad anunció un interés que rondaba el 5,5%, la realidad es que acabó siendo del 7%, según informó en su momento la Bolsa de Viena. 

El financiamiento de la deuda, tanto del crédito como de los bonos, se dividió en tres fases. Firmada en 2023, la primera finaliza en 2028 por valor de 583 millones. La segunda, de 477, estaba comprendida entre siete y nueve años. La tercera y última, de 390 millones, es a mucho más largo plazo (entre 20 y 24 años). El Barça está destinando casi 100 millones al año a pagar estas deudas cuando su presupuesto para esta temporada 2024-2025 es de 893 millones. 

Según ha publicado recientemente la web de noticias económicas de la agencia Bloomberg, el FC Barcelona ya ha iniciado los contactos con Goldman Sachs para renegociar la deuda de 583 millones que vence en 2028, una cantidad que le es del todo imposible de pagar ahora mismo tal como está la economía de la entidad blaugrana. El objetivo es poder renegociar con la empresa norteamericana para suavizar las condiciones y así reducir el interés y al mismo tiempo ampliar los años del crédito.  

No volver al Camp Nou cuesta dinero 

Interior del Spotify Camp Nou a principios de marzo de 2025| EP
Interior del Spotify Camp Nou a principios de marzo de 2025 | EP

El retraso a la hora de volver al Camp Nou juega totalmente en contra del Club porque se hipotecan una serie de ingresos que deberían servir, entre otras cosas, para pagar la deuda tal como estaba acordado desde el primer momento. Después de presentar unas pérdidas de 91 millones de euros en el último ejercicio a causa de Barça Studios, un caso que un día abordaremos, el FC Barcelona debe resolver con urgencia este crédito con Goldman Sachs que ahora se revisará. 

Los socios y socias, que harían bien en continuar reflexionando sobre si creen que continúan siendo propietarios del Club, sí que ya pueden tener clara una cuestión: los 1.450 millones de euros de deuda que autorizaron para construir el Espai Barça, apenas llegarán para pagar el nuevo Camp Nou. La construcción de un nuevo Palau Blaugrana, la construcción de un hotel, las nuevas oficinas del club y una estación de autobuses, de momento, ni se hacen ni se harán por mucho que la vicepresidenta Maria Elena Fort y el director de Operaciones del Espai Barça, Joan Sentelles, se esfuercen en asegurar públicamente que el inicio de las obras es inminente.  

Los 1.450 millones de euros de deuda que autorizaron para construir el Espai Barça, apenas llegarán para pagar el nuevo Camp Nou

Más allá de las palabras, las promesas y las intenciones se echa de menos una explicación clara y detallada de la economía de todo el proyecto del Espai Barça para saber el punto exacto en el que estamos. Triunfen ustedes mismos la respuesta del porqué no lo hacen. 

Las secciones se desinflan  

Quizás es por este motivo o es casualidad que se observa cómo poco a poco se van desinflando las diferentes secciones del Club más polideportivo del mundo, hasta ahora. La sección de hockey sobre hielo, por ejemplo, ya se da por desaparecida, igual que la sección de baloncesto femenino.  

De la sección de balonmano marcharán del Club al final de esta temporada los porteros Gonzalo Pérez de Vargas y Emil Nielsen, dos de sus pilares. El equipo de hockey patines, histórico ganador de todas las competiciones, este año va líder en la liga, pero ya está eliminado de la Champions y no tuvo ninguna opción de ganar la Copa disputada recientemente. El fútbol sala no pasa por el mejor momento de su exitosa historia, precisamente.  

La sección de hockey sobre hielo, por ejemplo, ya se da por desaparecida, igual que la sección de baloncesto femenino

La guinda del pastel, sin embargo, la pone el primer equipo de baloncesto que no está ni entre los tres primeros en la clasificación de la liga ACB, quedó eliminado, en la primera, de la Copa disputada en febrero, en Las Palmas, y genera muy pocas esperanzas de éxito en la Euroliga. Lo peor, sin embargo, es que más allá de los resultados deportivos, los socios y socias del Club han tenido que pasar vergüenza esta temporada cuando, para sustituir el fallido fichaje de Raúl Neto en el puesto de base, los directivos de la sección, con Josep Cubells al frente, se atrevieron a intentar recuperar Thomas Heurtel para el equipo, ante la falta de recursos económicos para aspirar a algo mejor.  

A finales de 2024, todo estaba acordado y casi cerrado para que el jugador formara parte de la plantilla del Barça hasta final de temporada. Tanto él como su familia ya estaban en la ciudad, procedentes de China, donde Heurtel había estado jugando los últimos meses, y ya hablaba públicamente como blaugrana sobre su segunda etapa en el Club. La primera había terminado desastrosamente por su fulminante despido al haber negociado su pase al Real Madrid a espaldas del Barça, aprovechando un desplazamiento del equipo blaugrana a Estambul. Jasikevicius, entrenador del primer equipo en aquel momento, no lo dejó ni subir al avión de regreso del equipo. 

Las protestas de los aficionados, que no entendían nada y censuraban la poca dignidad que estaba exhibiendo el Club en este caso, acabaron desmontando el despropósito que estaba dispuesto a ejecutar Josep Cubells, el principal directivo de la sección.  

Entradas para las aficiones rivales 

La falta de recursos también ha hecho que recientemente, en el Palau Blaugrana se vendan entradas a aficionados de los equipos rivales sin muchos miramientos, con el peligro que esto supone cuando se mezclan en la misma zona aficionados del Barça con los del equipo rival.  Ocurrió, por ejemplo, el viernes 14 de marzo, cuando aficionados serbios del Partizan de Belgrado, provocaron momentos de mucha tensión con seguidores del FC Barcelona durante diferentes momentos del partido de Euroliga que disputaron. A Kevin Punter lo llegaron a insultar unos aficionados serbios que estaban sentados en sillas situadas a pie de pista y reservadas para invitados. 

Quizás por todo esto, Joan Laporta tuvo recientemente la brillante idea de que la plantilla del primer equipo de baloncesto fuera a visitar las obras del nuevo Spotify Camp Nou el miércoles 12 de marzo. No ha ido nunca con tanta solemnidad la plantilla de fútbol, que es la que jugará allí, pero ya ha ido la de baloncesto, que aparte de no jugar allí le cae la casa a trozos. Una nueva escena para el surrealismo al que cada vez nos tiene más acostumbrados el presidente Laporta.  

Nos reencontramos el 5 de abril, si ustedes lo desean.