Una lechuga tanta puede nacer de una torratxa con arena como de una pecera y sólo con agua. Este segundo sistema es el que utilizan los emprendedores de Aquapioneers, una startup que ha desarrollado un kit de aquoponia donde cualquier semilla puede nacer a partir de los excrementos de los pescados. Así, ellos fertilizan la cosecha y las plantas se encargan de ir limpiando el agua y todo queda dentro de un ciclo cerrado.
Se trata de un sistema que permite reducir un 90% el consumo de agua, es 100% orgánico y hace que las plantas puedan crecer el doble de rápido. Además, permite el cultivo vertical, el que es básico para los creadores del proyecto, Guillaume Teyssié y Loic LeGoueff , en ciudades como Barcelona donde existen iniciativas diversas para promover la agricultura urbana.
Ahora bien, las plantas que salen del sistema de cultivo que ellos proponen no estarán nunca tan contaminadas como las que crecen sobre arena. "La gente no seda cuenta, pero está todo muy contaminado. Si miraras el que hay a la verdura que cosechas, no te la comerías", afirma Teyssié. Con Aquapioneers, cambiar el agua de la pecera es mucho más fácil que cambiar la tierra, el que permite contrarrestar la polución.
A pesar de que la startup ha empezado creando estos kits pensados para los hogares y las oficinas, su objetivo es traer huertos más grandes a las azoteas, escuelas y restaurantes de Barcelona. Para conseguirlo, tienen en marcha una campaña de crowdfunding a Ulule con la cual prevén obtener 15.000 euros para traer su diseño en código abierto a todos aquellos Fab Labs que lo quieran y poder traer su sistema a otras ciudades. La cifra ya está más que lograda, pero ahora tienen sólo cuatro días más para lograr los 30.000 euros necesarios para hacer el mismo con los huertos.
Pequeños, pero con grandes aspiraciones
Su propuesta es situar sus peceras, de 30 centímetros de ancho por 80 de alto, en casas y oficinas. En algunos casos, la idea principal es que las personas tengan sus huertos; en otros como las empresas, que los trabajadores tengan un aliciente más para ir al trabajo y puedan impregnarse de la aura positiva que a Teyssié afirma que genera el contacto con la naturaleza. En el segmento corporativo ya han puesto a prueba un piloto con Schneider Electrics.
Han construit un invernadero a Valldaura que quieren mejorar para hacerlo 100% autosuficiente
En este recipiente inicial recomiendan plantar hierbas aromáticas, fresas o lechugas, mientras que en los huertos se pueden plantar berenjenas, carabassons o melones como ya han hecho ellos enelespacio de 25 m² que tienen a Green Fab Lab del Instituto de Arquitectura Avanzada de Valldaura. Aquí es donde hay el grueso de su proyecto, el huerto en forma de invernadero que aspiran traer algún día a las escuelas. "El aquoponia es muy poderosa para enseñar otras disciplinas como biología, matemáticas, agricultura... y en Barcelona hay muchas escuelas que van en la dirección de sistemas libres, creemos que podemos conectar bien con ellos", concreta.
De hecho, este son los tres pilares del negocio: las familias, a quienes venden loskits básicos por 850 euros; las empresas, especialmente las compañías de más de 500 empleados que desarrollan programas de bienestar para sus trabajadores; y los centros y otros actores privados que quieran tener huertos.
Si recaudan los 30.000 euros que se han marcado con la campaña de micromecenatge, también quieren demostrar que este invernadero puede ser 100% autosuficiente. Tal como detalla Teyssié, ahora necesitan energía para conectar las bombas de agua y de aire, como también alimentar los pescados. "Con este dinero, queremos implementar un sistema de placas solares con baterías y dejar de comprar comer industrial por los pescados, los cuales no dejan de ser como las gallinas que, alimentadas con comer orgánico, generan más calidad", detalla. A la vez, también prevén recolectar el agua de la lluvia para ser totalmente independientes del exterior.
Código abierto, el laboratorio de innovación
El hecho de haber desarrollado los diseños con la maquinaria y tecnología de los Fab Labs los permite exportar el proyecto con facilidad. Esto los trae a ver estos espacios de fabricación como "un centro de innovación", según el cofundador, que explica que al primer lugar donde se replicó la idea, el pasado mes de noviembre en Montevideo (Uruguay), ya se aplicaron algunas mejoras. "La innovación siempre viene de la mezcla de diferentes culturas y maneras de pensar. Un Fab Lab en la India puede mejorar una cosa y uno de Uruguay, otra", defiende.
"La innovación siempre viene de la mezcla de diferentes culturas y maneras de pensar"
Mientras que ven la venta a particulares y empresas como la vía por monetitzar, esta otra cara de Aquapioneers se tiene que entender como el medio para evolucionar el producto y adaptarlo a las necesidades de cada mercado.
Todo esto también está en la línea de mantenerse como una startup de producción local. "No queremos que nuestros kits se echen de Barcelona, por eso trabajamos con profesionales del que se conoce como carpintería digital y que tienen las mismas máquinas que a los Fab Labs", explica Teyssié. Eso sí, siempre que la petición de compra venga de un cliente de la ciudad condal. En el caso de tener un pedido de fuera, envían el diseño al Fab Lab más cercano para evitar enviar materiales y hacerle llegar sólo información, de forma que sea él quien se construya su propio kit. "Nuestra idea es reducir costes de envío y revitalizar la economía local", remarca.
Hace poco más de un año que el proyecto está en marcha y, hasta ahora, se ha financiado siempre con fondos propios. "Con los ahorros de los dos fundadores", concreta el cocreador, el que destaca que los ha permitido tener libertad para escoger como avanzar.