Unos calcetines para prevenir lesiones: no es magia, es ingeniería. "Normalmente centramos nuestra atención sólo en el calzado", explica Jordi Martí, inventor de este producto y fundador de la marca ARCh MAX. Después de participar en diversas cursas de alto nivel en todo el mundo, Martí seadornó que la mayoría de corredores traían zapatillas deportivas muy caras, pero calcetines de compresión, como los de los postoperatoris, o, simplemente, de coloraines. Así constató que existía un nicho de mercado y se va capficar a crear un calcetín verdaderamente útil: capaz de atenuar las posibles molestias provocadas a raíz de la práctica deportiva.
Con todo, y a pesar de que lo pueda parecer, Martí no es médico ni traumatólogo, sino ingeniero. Para crear ARCh MAX se tuvo que formar de manera autodidacta, empleando las horas libres que le dejaba su trabajo como director de la ingeniería de una fábrica para transformadores, una posición que encara ocupa. Tampoco le faltó la complicidad de expertos, en especial los del servicio de traumatología del Hospital de Santo Pau de Barcelona, que lo guiaron en este proceso. "Mi idea era crear un producto que amorteciera el golpe del pie al correr y así evitar que las articulaciones seresintieran tanto", explica.
ARCh FIT, es el resultado de este proceso de aprendizaje. Un sistema patentado y íntegramente diseñado por Martí, gracias a una inversión inicial de 12.000 euros. "Obviamente, costó llegar al diseño definitivo. Los primeros calcetines que hice eran muy medicinales y, incluso, estrechaban demasiado!", recuerda. Aplicando presión a diferentes puntos del pie, el método ARCh FIT aporta estabilidad a la planta y los talones, de forma que se reduce el cansancio y se mejora el rendimiento durante el ejercicio.
Un proceso acelerado
Primer paso, el diseño, completado. Pero, y la fabricación? "Al principio, cuando explicaba el proyecto, los propietarios de las empresas mitjoneres me tomaban por loco" dice Martí. Conseguir un taller que aceptara llevar a cabo una producción pequeña, de sólo unos cuántos miles de unidades no fue sencillo. "De fábricas hay muchas, pero necesitaba alguien que creyera en el proyecto. Yo no quería hacer una gran querencia, sino probar como funcionaba al mercado. Después de meses contacté con el amo de una fábrica al norte de España, joven como yo, que se decidió a intentarlo".
"Fue una travesía por el desierto, corta, pero difícil". Corta, sin duda, porque el proceso de crear sus calcetines hasta traerlos al mercado sólo tomó tres meses: de octubre a diciembre de 2015. En este periodo Martí va al tenerlo todo terminado y se decidió a ir a una de las ferias deportivas más importantes de los Estados Unidos, donde consiguió la aprobación de uno de los grandes gurús de la podología del país. "Marché con pedidos que no estaba preparado para alcanzar, pero me sirvió para estar seguro que el proyecto tenía futuro" recuerda.
Martí: "Desde el principio quería una marca 360º, que te pudiera equipar de pies a cabeza"
Paralelamente, los calcetines ARCh MAX se ganaron el sello de aprobación de BiOPiEx, un importante grupo de podología establecido en Extremadura. "Leyeron un artículo sobre ellos, todavía no sé como, y me los pidieron para hacer unas pruebas. A la cabeza de un mes y medio me trucaron para decirme que estaban teniendo muy buenos resultados entre las personas que sufrían de fascitis plantar".
Proyección internacional
Desde aquel periodo de frenesí de 2015, ARCh MAX se ha consolidado y no ha dejado de crecer. La startup, ahora establecida en el Barcelona Tech City, ya ofrece chalecos y cinturones hidratants. Con todo, Martí tiene claro que pronto incorporarán más productos en el catálogo y el próximo paso podría ser el calzado deportivo. "Desde el principio quería una marca 360º, que te pudiera equipar de pies a cabeza", dice. De momento, ARCh MAX ha sido muy presente a algunas de las principales citas deportivas a escala mundial como el Ultra-Trail de Mont Blanco, el último mundial de balonmano o la gira americana del Barça. Incluso han hecho una pequeña incursión en el cine gracias a la película Cien metros, protagonizada por Dani Rovira y Karra Elejalde, de la cual fueron equipació oficial.
Todo esto con un calcetín creado y fabricado en Cataluña. "Después de las primeras querencias, al ver que tenía éxito, compré máquinas para montar mi propio taller", explica Martí, quien añade que "daba trabajo a 11 personas, que es fuerza para un proyecto que ha nacido como un hobby". Al ver la magnitud que cogía la marca, el empresario decidió ceder la maquinaria sin coste a dos empleadas, las cuales ahora traen la fabricación.
Producir aquí no sólo asegura un control de la calidad excelente, sino también facilita la personalización del material, uno de los principales puntos fuertes de ARCh Max. De hecho, han sido el equipamiento oficial de la selección oficial de trail española, brasileña y chilena. "Somos capaces de dar una respuesta al cliente en dos semanas. Si fabricáramos en la China, tardaríamos meses", dice Martí.
Ahora mismo, ARCh Max ya es presente en 14 países y prevé cerrar 2018 con una facturación de 600.000 euros. "Estamos creciendo a un ritmo superior al 30% anual", asegura Martí, que quiere aumentar las cifras por el próximo año incorporando, por primera vez, inversores. La marca, que es rentable desde el primer momento, quiere dedicar el 2019 a fortalecer sus ventas y abrir nuevos mercados. "Estamos trabajando para crear un almacén en Hong Kong que alcance toda Asia e implantarnos en los Estados Unidos", concluye el empresario.