El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, informa de las medidas contra el coronavirus | ACN
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, informa de las medidas contra el coronavirus | ACN
València
30 de Abril de 2020

Cinco horas de reunión del consejo de ministros para trazar un plan de desescalada en cuatro fases. Cinco horas para ponerse de acuerdo. Y cuando finalmente Pedro Sánchez comunica los detalles del plan, empieza la avalancha de tuits y comentarios en los medios sociales de miles de ciudadanos y ciudadanas preguntando cuestiones esenciales que todo un equipo de gobierno no ha tenido en cuenta en cinco horas de reunión. Cinco.

 

¿Cuándo podré ver a mi familia, novio, abuelas, hijos, amigas? Esta es LA pregunta. Una vez más, después de que el presidente del gobierno explique las medidas del ahora “Plan para la transición hacia una nueva normalidad", fuentes del ejecutivo han de salir, pocas horas después, para precisar algunas cuestiones prácticas. Pero vamos a ver… ¿Nadie del equipo formado por técnicos, asesores, ministras y presidentes son capaces de pensar en lo más obvio?

Parece ser que las capacidades del gobierno están más centradas en inventar nuevos conceptos, todos ellos rimbombantes, como desescalada total, nueva normalidad, desescalada asimétrica, marcadores estratégicos biosanitarios primarios y secundarios...

 

Pero de cuándo puedo ver a mis seres queridos, nada de nada.

¿Y si los políticos que nos representan fueran sustituidos por ciudadanos elegidos al azar? ¿Y si la diversidad fuera más importante que la supuesta capacidad? Brett Hennig es el cofundador y director de la Sortition Foundation y hace campaña para instituir el uso de la selección aleatoria estratificada en los gobiernos (así es como traducen el término sortition).

¿Cómo deberíamos vivir juntos? ¿Cómo debería un grupo de personas, que viven en una ciudad o en un continente o incluso en todo el mundo, compartir y gestionar los recursos comunes? ¿Cómo deberíamos hacer las reglas que nos gobiernan? Este activista, doctor en astrofísica, tras años descorazonadores en las organizaciones de la sociedad civil y la política, comenzó a investigar las formas de red de la democracia. Además del libro resultante de sus investigaciones, The End of Politicians: Time for a Real Democracy, Hennig hizo una charla TEDx en 2018 en Hungría donde plantea los argumentos de su Sortition Foundation.

Hennig no duda de la democracia sino de su funcionamiento y como es consciente de que no queremos renunciar a ella, lo que propone en su charla TEDx “es arreglar este sistema roto, poner la diversidad de la sociedad en nuestros parlamentos. La idea es muy simple: seleccionamos gente al azar y la ponemos  en el parlamento”.

¿Os imagináis que os eligen, al azar, durante dos años, para representarnos a todas en el senado? Según Hennig, se podría estratificar para “asegurarnos de que coincidiera con el perfil socioeconómico y demográfico del país y que fuera una muestra verdaderamente representativa de la gente. El cincuenta por ciento serían mujeres. Muchos de ellos serían jóvenes, algunos serían viejos, unos pocos serían ricos, pero la mayoría serían gente común como tú y como yo. Esto sería un microcosmos de la sociedad. Y este microcosmos simularía cómo pensaríamos todos, si tuviéramos el tiempo, la información y un buen proceso para llegar al quid de la cuestión moral de las decisiones políticas”, argumenta Hennig. Lo mejor de todo es que aunque no estés en ese grupo, alguien de tu edad, alguien de tu género, alguien de tu ubicación y alguien con tus antecedentes estaría en ese parlamento. ¿Sería perfecto?, se pregunta el orador. La respuesta es no. ¿Sería mejor? La respuesta es sí.

Ayer, antes de la rueda de prensa de Sánchez y su cábala, un grupo de 27 personas debatimos en un TED Circles -organizado por TEDxValència- sobre esta charla de Brett Hennig y las propuestas que hace en su intervención. “Quizás se podía empezar por una segunda cámara en nuestro parlamento, llena de gente elegida al azar... un senado de ciudadanos, si se quiere”.

Ya existen campañas activas para crear un senado de ciudadanos en Francia y otra en Escocia. “Eso sería como un caballo de Troya justo en el corazón del gobierno. Y luego, cuando sea imposible tapar las grietas del sistema actual, debemos dar un paso adelante y sustituir las elecciones por la selección aleatoria”.

Se dice comúnmente que cuatro ojos ven más que dos. Si los que nos gobiernan no son capaces de ver lo obvio con todos sus ojos asesorados -que son bastantes más de cuatro- quizás deberíamos plantearnos que la diversidad, aunque sea al azar, posiblemente sea más garante de nuestras necesidades, inquietudes y demandas como ciudadanos.

Suena tan descabellado como que una pandemia paralice el mundo en pleno siglo XXI, ¿verdad?