Incongruencias

Cuando no puedes volver a tu país del cual ya te expulsó la crisis anterior decidir entre mascarilla o cerveza al sol es el menor de tus problemas

Un hombre lleva una mascareta dentro del avión | iStock
Un hombre lleva una mascareta dentro del avión | iStock
Valencia
25 de Mayo de 2020

El jueves fue el primer día de uso obligatorio de mascarillas en espacios públicos cuando no se pueda mantener la distancia de seguridad. Aun sabiendo que en mis paseos por el campo con Bowie no es necesaria, porque puedo ir suficientemente aislada, la cogí como un complemento más de mi salida de jueves, junto con el móvil, el agua y las llaves de casa.

Cuando acabamos el paseo y llegamos a zona urbana, todos nos pusimos las mascarillas. Algunos de los compañeros de paseo perruno propusieron ir a tomar una cerveza a una de las terrazas que ya están abiertas en mi zona. Y me animé.

Mientras subíamos la calle, iba pensando en cómo íbamos a tomar la cerveza y mantener la distancia apropiada, porque el espacio de la terraza no da para tanto. Para mi sorpresa, cuando llegamos, todos se quitaron la mascarilla y se sentaron unos junto a otros, como si no estuviéramos en estado de alarma, como si en las terrazas hubiera una burbuja que nos permitiera olvidarnos de todo y volver a vivir como antes del covid.

Por suerte, Bowie ha perdido la costumbre de estar en una terraza y sus ladridos me salvaron de quedarme. Engullí mi cerveza y me fui a casa.

¡Qué incongruente es todo! me decía de vuelta… Unas normas absurdas conviven con otras con bastante sentido resultando un lío tremendo para todos.

Saber si puedo ir con mi perro a la playa o no o si está permitido coger el coche para ir a hacer deporte son dudas que aun nos hacemos cada día pero son cuestiones menores. Saber si vas a poder ir a ver a tu familia a España porque vives en otro país, eso, si me lo permitís, son dudas mayores.

Paco, Clara y sus dos hijas viven en el Reino Unido desde 2015. La crisis económica de la anterior década provocó que Paco tuviera que cerrar su estudio de arquitectura en España y buscara, desesperadamente, una salida para su familia, aunque fuera en otro país. Tonbridge primero y Bristol después han acogido a esta familia valenciana que ha luchado lo indecible para poder rehacer sus vidas y carreras profesionales. Después de pasar por diferentes empresas, han encontrado su estabilidad en una gran compañía de ingeniería que está acometiendo ahora la central nuclear de Bristol. Paco como BIM Manager y Clara en el departamento de compras, han conseguido desarrollar una carrera profesional para la que no tenían hueco en España, y menos, siendo autónomos.

Ahora viven bien y se adaptan cada día un poquito más al clima y carácter ingleses. Sin embargo, su motivación recurrente, más que el trabajo, son los viajes a España para ver a la familia. Vienen cuatro o cinco veces al año, entre Pascua, verano, Navidad y alguna escapada. Hasta que llegó la pandemia y este maldito 2020.

Han tenido que cancelar todos sus viajes programados y ahora están viendo la posibilidad de venir a España para teletrabajar a partir de junio.

La situación de teletrabajo en el Reino Unido y de una multinacional de ingeniera no es mejor que en España. De pronto y repente se han visto trabajando los dos en casa, con los dos niñas y sin posibilidad de que nadie les pueda echar una mano. Porque están solos en Bristol. Contratar una canguro para que se ocupe de las niñas mientras ellos trabajan hasta las 8 de la tarde, supone un sueldo de uno de los dos, o casi. Así que están valorando pedirle a la empresa que les deje teletrabajar desde casa, desde Valencia y poder apoyarse en la familia para que sus hijas no estén todo el día solas.

Pero ¿cómo vienen? ¿Cuándo se podrá? ¿En qué fase? ¿Pueden venir en coche y cruzar países y comunidades autónomas para llegar a Valencia? ¿Tienen que hacer cuarentena cuando lleguen?

Viven a 1.200 kilómometros de su casa. Hace muchos meses que no ven a sus padres, hermanos y amigos. Necesitan cargar pilas para seguir con su vida exiliada en el reino Unido por una puñetera crisis que dejó a tantos autónomos españoles muy cualificados tirados en la cuneta.

Mientras muchos nos preguntamos cómo combinar la mascarilla y la cerveza, otros que viven lejos y no pueden volver a casa se preguntan cuándo acabará todo esto y podrán recuperar los abrazos de sus familias.