Baleària, la naviera que conecta las Baleares

La empresa factura 452 millones de euros, es líder en conexiones entre las islas Baleares y la península y es pionera en el uso de gas natural en navegación

Adolfo Utor, presidente de Baleària | Cedida
Adolfo Utor, presidente de Baleària | Cedida
València
21 de Septiembre de 2020
Act. 22 de Septiembre de 2020

El Grupo Baleària es todo un ejemplo de reflotar el barco, nunca mejor dicho. Nacida en Dénia en 1998 de un proyecto empresarial fallido, hoy es la naviera líder en el transporte de pasaje y carga en las conexiones con las Islas Baleares. Es una empresa pionera a escala mundial en el uso de gas natural en navegación y en 2019 su flota de 30 barcos recorrió más de 1,6 millones de millas (en 36.000 viajes), transportó más de 4,4 millones de personas y 6,1 millones de metros lineales de carga.

 

Opera en cinco países un total de 23 rutas. El grupo cuenta con 24 delegaciones, más de 1.800 trabajadores en plantilla y el año pasado facturaron 452 millones de euros. Explicamos la historia de cómo han conseguido surcar los mares del Mediterráneo y del más allá y que divisan al horizonte.

Resurgimiento a raíz del fracaso de Flebasa e Isnasa

Lo haremos desde el muelle, desde los orígenes. El presidente Adolfo Utor recuerda que Baleària nace "sobre los restos de una pequeña naviera llamada Flebasa Lines que atendía fundamentalmente el triángulo de líneas entre Dénia, Ibiza y Formentera". Allá el actual timonel de la empresa hizo de todo: desde auxiliar administrativo, hasta taquillero, amarrador y comercial. No fue una época fácil, puesto que todavía no se había liberalizado el sector del transporte marítimo y las autorizaciones de las nuevas líneas marítimas "eran discrecionales" y favorecían "abiertamente" a la empresa estatal, Transmediterránea, según consta en el libro El modelo Baleària, de Vicente Safón y María Iborra, editado por la Universitat de València.

 

En 1996, seis años después de que Utor asumiera la dirección general, la matriz Isleña de Navegación (Isnasa) presentó una suspensión de pagos que acabó en quiebra. "Después de verse obligada a cerrar por su inviabilidad provocada por la empresa matriz, quién os habla y un grupo de directivos, capitanes y jefes de máquinas, decidimos constituir una nueva sociedad, Baleària, y emprender un nuevo proyecto", explica.

Utor suspira que, entonces, la nueva empresa se hizo fundar de las cenizas del anterior, "con un capital exiguo" -una parte procedía de la hipoteca de sus propios bienes- y "una deuda enorme": "Hereda la actividad de Flebasa, sus activos y pasivos, que adquiere mediante una dación en pago por deudas laborales y un importante pago aplazado, el capital inicial procedente de sus socios fundadores, a través del pago único por desocupación y la capitalización de deudas".

Retos y obstáculos: el 'low cost' de las aerolíneas, crisis económicas y crisis climática

Desde entonces, son muchas las mareas a las cuales se ha tenido que enfrentar Baleària durante su historia. Una de ellas, la aparición de las aerolíneas de bajo coste, un transporte del cual Utor admite que es una "dura competencia": "El low cost aéreo socializó el transporte y lo convirtió en masivo, de la mano de la globalización. El transporte marítimo obtuvo sus réditos de este boom y aprovechó la inercia para multiplicar sus rutas y sus volúmenes de forma considerable". En la actualidad, el pasaje supone el 55% de la facturación de Baleària, y la carga, el 41%.

La sucesión de crisis económicas en una década también ha sido una fuerte traba. La primera, la financiera de 2008, afectó Baleària "como quien más", pero consiguieron "salir adelante con más fuerza". "Entonces nos encontrábamos en un proceso expansivo, de compras y nuevas construcciones, con un fuerte endeudamiento, que nos expuso de forma crítica en la crisis financiera y de falta de liquidez", rememora el presidente de la naviera. Ahora, la del coronavirus genera incertidumbre, sobre todo en un sector con un fuerte vínculo con el turismo: "Esta crisis ha afectado seriamente a las empresas turísticas y de movilidad, los tránsitos norteños de África y los EE.UU., la caída de casi el 100% de los pasajeros, se prolongará hasta la llegada de la vacuna y no sabemos como se recuperará". Saca pecho porque en esta ocasión la empresa ha llegado "saneada y fuerte a la crisis", por lo cual han podido "defender" los tránsitos de Baleares y Canarias durante el verano. "Dejaremos plumas por el camino, pero con la ayuda de los equipos saldremos adelante con fuerza", afirma, convencido.

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Seguramente el reto más importante que tiene delante Baleària, como todas las empresas, es la de adaptarse a un contexto de emergencia climática. En este sentido, Utor defiende que el barco "es el medio de transporte más sostenible de todos": "Es el que garantiza desde hace milenios un transporte de mercancías y pasajeros con gastos económicos y medioambientales más óptimas. Por razones físicas: gracias a Arquímedes y al medio fluido en el que los barcos avanzan".

Pionera en el uso de gas natural licuado y proyecto de terminal 

Baleària, además, asegura que da pasos adelante en esta dirección: "A esta realidad objetiva se añade nuestra determinación innovadora de avanzar en eco-eficiencia, mediante la energía, la autopropulsión y la hidrodinámica". De hecho, la naviera de la Marina Alta es pionera en uso de gas natural licuado y es su "apuesta estratégica de sostenibilidad" con una flota de nuevos barcos prevista para 2021 con una inversión de 380 millones de euros. Además, Baleària aspira, junto con Global Puertos Holdings, a gestionar la nueva terminal pública de pasajeros del puerto de València, que se autoproveiría en un 100% de electricidad generada por energías renovables (fotovoltaica, eólica, hidrógeno renovable y biocombustible) y que reciclaría el total de residuos generados.

Precisamente, cuando se le pregunta sobre el gran acierto de la empresa, Adolfo Utor no duda al señalar "el éxito de transportar a través del mar mercancías, personas, conocimiento y cultura con cero emisiones contaminantes". Sobre un error confesable, apunta al "crecimiento del año 2007 por la adquisición de COMANAV en joint venture con la francesa CMA-CGM y de Buquebus España", que junto con la crisis del 2008, los provocó " una sería indigestión" y se vieron "obligados a disolver la joint venture".

La estrategia de la flota: de aumentar la velocidad a los 'smart ships'

El presidente de Baleària explica que los usuarios son cada día "más exigentes" y buscan "puntualidad, fiabilidad y excelentes servicios a bordo que garanticen una travesía agradable y entretenida", además de la "gran ventaja de poder traer tu vehículo sin límite de equipaje". "Los barcos de hoy tienen la obligación de ofrecer todas las opciones, descansar, tomar el solo, leer, disfrutar de una buena oferta gastronómica, de la brisa, de la navegación. Además, tienen que ser más sostenibles, fiables y garantizar una travesía confortable y experiencial", añade. En este sentido, desde la empresa señalan cómo ha ido virant la estrategia de la flota: si de 2001 a 2008 prevalecía los tiempos de travesía y la navegación a alta velocidad, de 2009 a 2017 apostaron por la idea de "viaje experiencial", con comodidad, ocio y servicios a bordo; fue a partir de 2019 cuando se lanzaron los primeros 'smart ships' duales a gas en las Canarias y el Mediterráneo por las exigencias medioambientales.

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No es momento, en plena crisis sanitaria, de hablar de planes. A pesar de que Utor asegura que en Baleària mantienen las inversiones planificadas para los próximos años: "Terminar el retrofit a gas natural licuado (GNL) de tres de nuestros férreas, acabar la nueva construcción del primero y más grande 'fasto férreo' del mundo propulsat por motores duales de GNL e iniciar las estaciones marítimas de Valencia y Barcelona". "En cuanto a nuevos tránsitos, no es el momento de crecer, es más bien el momento de consolidar y recuperarnos del Covid", sostiene.

Aunque Baleària es conocida, como su nombre indica, por las conexiones entre la península y las islas Baleares, también dan servicio en enlaces con Ceuta, Melilla y las Canarias. Desde 2003 operan en el ámbito internacional, cuando empezaron con una ruta Tánger-Algeciras. Después llegaron Argelia y el Caribe (entre los Estados Unidos y Las Bahamas). Hoy el negocio internacional supone un 22% frente al 78% estatal.

Con la incertidumbre actual, Utor confiesa que "el plan de crecimiento" de la internacionalización de Baleària "se retardará". "Cuando nos sobrevino la crisis del Covid, estábamos en el mejor momento y empezábamos a recuperarnos del último huracán, el Dorian, que azotó las islas Bahamas. La situación ahora es crítica y todos esperamos que en 2021 empiece a recuperarse", ruega.