Lejos queda aquella época megalómana en que València era el terreno de ensayo de los grandes acontecimientos. Bien cerca están, en cambio, sus consecuencias. Doce años después de que se constituyera la entidad Consorci València 2007 -gestora de La Marina de València e integrada por el gobierno central, autonómico y municipal-, todavía arrastra una deuda de la gestión y de las obras relacionadas con la Copa América que le impide levantar el vuelo. Ahora el compromiso del ejecutivo español de PedroSánchez de condonar la deuda es manifiesta, pero de momento no hay fecha para hacerlo efectivo y el tiempo ahoga, mes tras mes, las cuentas y el crecimiento de La Marina valenciana. El director general del Consorci, Vicent Llorens, nos lo explica.
Tres partes de deuda
Primeramente diferenciaremos los tres tipos de deuda que soportan las arcas del Consorci València 2007. El más importante viene de una línea de crédito que concedió el ICO para ejecutar las obras relacionadas con la Copa América, del que hoy quedan para pagar 375 millones de euros. Esta deuda fue avalada en su día por el Tesoro Público y la devolución estaba supeditada a la obtención de ingresos de la explotación de las infraestructuras. Como no generan el retorno necesario, el parlamento valenciano aprobó en 2017 pedir la condonación.
Segunda parte. Con este crédito del ICO había una obligación contractual de una cobertura collar, que se tramitó con Banco Santander y no se pagó. La deuda la compró el fondo de inversión Taconic Capital Advisors (TCA) "para limpiar los activos tóxicos del banco". Además, la entidad financiera le dio al Consorci un préstamo de 7 millones de euros para pagar los intereses del collar, que se convirtieron en 11 por el impago, y por el cual inició acciones judiciales. En total, esta parte de la deuda asciende a 67 millones.
Tercera pata. El Consorci también arrastra 18 millones de euros de deuda con la Autoridad Portuaria en concepto de tasas de ocupación, que pagará la gestora con ingresos propios. El compromiso del gobierno español de Pedro Sánchez, ya en la última legislatura, fue asumir la parte de la deuda correspondiente al ICO (375 millones), mientras que la correspondiente al Banco Santander y TCA se pagarían entre las tres administraciones con la proporción 40% estado (26 millones de euros), 40% Generalitat Valenciana (26 millones de euros) y 20% Ayuntamiento (13 millones de euros). Es decir, el Estado asumirá un total de 401 millones de euros.
Llorens: "Cuando se dio la línea de crédito del ICO, estaba claro que el Consorci no lo podría pagar"
Los Presupuestos Generales del Estado no salieron adelante, por lo cual el ejecutivo decidió aprobar la condonación por Decreto Ley. La Abogacía del Estado consideró que esta "no era la vía adecuada porque no se considera de urgencia", explica el director general del Consorci València 2007, Vicent Llorens.
"Cuando se dio la línea de crédito del ICO, estaba claro que el Consorci no lo podría pagar. había directrices cruzadas entre el Consorci y el Gobierno de España de aquella época donde decía que lo asumiría el Estado. Se pensó que, más pronto que tarde, lo haría como lo hizo con otros grandes acontecimientos como las Olimpiadas de Barcelona o la Expo de Sevilla", explica. Hasta el día de hoy, lamenta que han coincidido gobiernos del mismo partido (PP) a las tres instituciones que integran el Consorci pero "no lo han arreglado porque no había voluntad". "Querían dejar pasar el tiempo", añade.
Cómo afecta la operatividad de Marina?
El Consorci que gestiona La Marina de València tiene un embargo mensual de 85.000 euros relacionados con el préstamo de los 7 millones de euros. Esto supone más de un millón de euros anuales para una entidad que cuenta con un presupuesto de 9 millones de euros. "Es una parte importante que dejamos de poder utilizar", subraya Llorens.
Además, dice que "afecta la operativa diaria" porque mientras la deuda "no esté resuelta", "las cuotas impagadas las pasa la ICO a la Agencia Tributaria" y esta "intenta ejecutarla" al Consorci, que tiene que estar recorriéndolas. "Están todos muy felices porque está claro que en la ley de presupuestos se condonará la deuda a Marina, pero de momento los embargos de la Agencia Tributaria no paran", sostiene Llorens.
"Están todos muy felices porque está claro que en la ley de presupuestos se condonará la deuda a Marina, pero de momento los embargos de la Agencia Tributaria no paran"
Por otro lado, están inmersos en un contencioso en el Tribunal Supremo que amenaza la salud financiera del Consorci si no llega pronto la condonación. "Como cualquier pleito judicial, comporta unos gastos añadidos en abogados, procuradores, etc. Los plazos continúan corriendo y quizás llegamos tarde", advierte.
Una tercera cuestión afecta a las arcas de La Marina "de manera importante": al ser deudores de la Administración, no pueden recibir subvenciones para participar en programas de innovación, movilidad, cultura, náutica... "Buena parte de las cosas que hacemos podrían recibir financiación exterior de la Generalitat Valenciana, Gobierno español o de la Unión Europea", asegura Llorens, quien calcula que estarían dejando de ingresar en este concepto unos 1,5 o 2 millones de euros anuales.
El 2017 cerró por primera vez con beneficios operativos
El Consorci València 2007 siempre ha sido deficitario hasta el año 2017, cuando por primera vez obtuvo beneficios operativos. Las principales fuentes de ingresos de la entidad son: la explotación de las marinas náuticas que pagan los amarraments (3,4 millones de euros en 2018); las diferentes concesiones que acoge, desde restaurantes, servicios relacionados con la náutica, hasta los viveros de empresas, EDEM, Lanzadera, Innsomnia de Bankia Fintech, Fosbury & Sueños, y próximamente BioHub, que supusieron 2,8 millones de euros; la explotación del parking del Veles e Vents (423.000 euros); y las autorizaciones para acontecimientos como por ejemplo conciertos, festivales de música o rodaje de spots publicitarios, por lo que se ingresó en 2018 un total de 380.000 euros.
Cifras positivas, por lo tanto, para el futuro de La Marina de València. Ahora necesita quitarse de encima la losa de la deuda, como dice el director general, "más pronto que tarde".