Fiscalidad rural... diferenciada?

Un seminario en València pone sobre la mesa si la fiscalidad diferenciada es parte de la solución al problema de la despoblación de las zonas rurales

El Campell, en la Marina Alta | R. Andrés
El Campell, en la Marina Alta | R. Andrés
València
18 de Octubre de 2019
Act. 28 de Octubre de 2019

¿Es la fiscalidad diferenciada parte de la solución al problema de la despoblación de las zonas rurales? Australia, Escocia o Noruega son algunos de los países que han apostado por ella. El caso noruego es llamativo porque aplicó una rebaja de las cotizaciones sociales que no gustó a la Unión Europea, puesto que a pesar de que no es miembro de la UE, sí que pertenece al Espacio Económico Europeo. La Corte Europea los obligó a revertir la medida, pero Noruega recurrió la decisión y ganó el recurso.

Concepto de ultraperiferia geográfica

Este ha sido el asunto más comentado al seminario Afrontando el despoblamiento: ¿fiscalidad diferencial en áreas rurales? Organizado por la Cátedra ADELANTE (de lo Agencia Valenciana Anti despoblamiento) al Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local (IIDL) en València. Y es que el caso noruego abre ahora la puerta a acomodar el ordenamiento jurídico europeo a la discriminación fiscal adaptada en los territorios.

Murla, a la Marina Alta | Raquel Andrés

Murla, en la Marina Alta | Raquel Andrés

Hay que recordar que ya se contemplan excepciones fiscales para los territorios de ultramar franceses, o en la Constitución Española, para las Islas Canarias, Ceuta y Melilla; se basan en el concepto de ultra periferia geográfica, no en ningún criterio demográfico, por lo cual no se consideran ayudas del Estado. Las corrientes actuales que advierten de los efectos del despoblamiento reclaman que también se puedan ajustar ventajas fiscales a empresas arraigadas en pueblos con criterios de ruralitat como los que ya se aplican a los fondos europeos LEADER.

El seminario parte de la base que el despoblamiento de las áreas rurales no es un proceso nuevo. El abandono de actividades tradicionales como la agricultura o la ganadería ya se produjo de forma masiva al éxodo rural de los años 60 y 70 del siglo XX; de hecho, se dice que la situación actual deriva directamente de ese movimiento poblacional. Las administraciones públicas no se pusieron las pilas para tomar conciencia de los problemas que se derivaban de vaciar las zonas rurales hasta los años 80; la entrada del Estado español a la Unión Europea le permitirá acceder, ya en los 90, a la iniciativa piloto LEADER, con enfoque territorial.

A pesar de esto, han pasado tres décadas y las tendencias no se han revertido "de manera significativa, más allá de algunos casos, casi excepcionales". "Algunas de nuestras zonas rurales están ya prácticamente despobladas y, siendo honestos, es muy difícil frenar el proceso. Otros tienen riesgos serios de despoblamiento y, sin actuaciones decididas, será también difícil en el corto plazo evitar que esto ocurra", explican desde la Cátedra valenciana.

Torres: "Algunos piden pagar los mismos impuestos y recibir los mismos servicios. Es el deseable, pero partimos de una situación de desigualdad"

El País Valencià, curiosamente, "no suele identificarse con zonas rurales desfavorecidas ni con bajas densidades demográficas". Sin embargo, la problemática está bien presente en buena parte del territorio, especialmente a las comarcas de interior de Castelló, de Valencia y parte de la montaña alicantina. Fruto de esto se ha constituido recientemente el Foro de la Nueva Ruralidad en Castelló, una plataforma ciudadana que exige a las instituciones igualdad de condiciones para poder establecerse en los pueblos.

El enfoque del mencionat Foro es el siguiente: equiparar la red de servicios públicos que reciben los vecinos a las ciudades y en los pueblos (transporte, escuelas, centros sanitarios, etc.) para lograr una sostenibilidad que permita equilibrar las prestaciones privadas (entidades bancarias, despachos de abogados, comercios, etc.). Si le damos la vuelta al concepto, nos encontramos con reflexiones como la del director general de Desarrollo Rural de la Generalitat Valenciana, David Torres: "Algunos piden pagar los mismos impuestos y recibir los mismos servicios. Es lo deseable, pero partimos de una situación de desigualdad. Y en situaciones de injusticia y desigualdad, la fiscalidad tiene que ser una herramienta para equilibrar la balanza". Y cree que el "conflicto resuelto" en Noruega "abre la puerta" a andar en esa dirección.

El economista José Antonio Hercé, que también ha participado en el seminario, ha destacado que hoy son 1.271 los municipios que hay en el Estado español con menos de 100 habitantes y asegura que todo el que tenga una población inferior a 200 "tiene nula capacidad de desarrollo económico". Ha advertido, además, que las ciudades de entre 50.000 y 150.000 habitantes se están despoblando como novedad en la última década: "Las dos terceras partes de ellas han perdido población, lo cual hace que algunas de sus funciones empiecen a diluirse".

Sáez: "El valor catastral es diferente en ciudades y en pueblos. Y cuánto cuesta mantener un colegio con 20 alumnos o tener un médico sin listas de espera?"

El director de la Cátedra sobre Despoblación y Creatividad de la Universidad de Zaragoza, Luis Antonio Sáez, ha hecho hincapié en el concepto de "desarrollo rural" que no necesariamente tiene que ir ligado a "aumentar la población": "Para conseguir la estructura social de los años 80 las mujeres tendrían que tener 7 hijos. Poner ese objetivo es erróneo. Es incorrecta la idea que más población es bueno, y menos, es malo. Lo positivo es que haya diversidad, ni todo personas mayores ni todos, para poner un ejemplo, de origen paquistaní". Sáez ha echado la vista atrás y ha recordado que el español "nunca fue un estado poblado" y "se desvertebra cuando el éxito de América hizo pasar de una economía productiva a una economía de extracción". "A veces nos comparamos con Francia, pero partimos de una situación distinta", ha observado.

El doctor en Economía ha hecho un llamamiento a darle la vuelta a las situaciones: "La nueva economía permite segmentar la producción y permite deslocalitzar. Si los maestros, bomberos o enfermeros que venden en mi pueblo hacen a veces hasta 300 kilómetros, porque no lo pueden hacer al revés? También pueden vivir allá, en el pueblo, y hacer viajes en la otra dirección".

Sobre la fiscalidad diferenciada ha dado otro punto de vista, puesto que ha asegurado que no se pagan los mismos impuestos en las zonas rurales: "El valor catastral es diferente en ciudades y en pueblos. Y que cuesta mantener un colegio con 20 alumnos o tener un médico sin listas de espera?". Por otro lado, ha querido desmitificar la necesidad de crear impulso económico en las zonas rurales con mejores comunicaciones: "Las autovías hacen crecer el turismo, pero también hacen que los habitantes de los pueblos bajan a la ciudad a comprar y dejan de comprar en los comercios locales".

Por lo tanto, más allá de buscar simplemente un crecimiento demográfico, Sáez ha pedido poner el foco en "otros indicadores": "Que en el pueblo haya dinamismo, envejecimiento activo, que se acogen inmigrantes y se los integre e incluya, que los maestros vivan de forma estable... Tenemos que tener en cuenta las tendencias mundiales demográficas".

Diferentes puntos de vista que, si una cosa hacen patente, es que las zonas rurales tienen un problema urgente que se tiene que abordar. También en el País Valencià.