A pesar de que la moda foodie ha hecho que cada vezhaya más manos a la cocina, es muy cierto que ponerse ante los fogones no está hecho para todos. Otros prefieren el postureig healthy de la foto a Instagram y hacer queixalada al plato sin pisar la cocina. Y cómo que esto sale caro, la startup Fotawa lo pone fácil con un servicio de comer sano a domicilio.
Su CEO es Ivan Cayuela, ingeniero industrial que se juntó con la Virginia Tortosa, con conocimientos en marketing, y en Javier Macias, chef, para poner ojos y cara a su idea. "Nacimos en Valencia, donde vimos quehabía una necesidad muy grande de platos equilibrados, a buen precio y rápidos a la oficina", explica. Después de hacer una prueba piloto, se trasladaron a Barcelona, donde asegura que hay "más facilidades para emprender".
El repartidor, la pieza clave
Desde hace ya un año, la startup ofrece cada día tres recetas: carne, pescado y vegetariano. El precio es de 6,95 euros y vigilan cosas como que no se superen los 500 gramos o las 650 kcal. Cuando lo tienen hecho, se ponen en contenedores isotérmicos y hacia la furgoneta para repartirlo.
La clave de su éxito no es tanto el modelo de alimentación saludable para el día a día, sino la logística. "Posicionamos el producto en puntos estratégicos de las ciudades. Decimos que nuestra comida está en movimiento, que son platos flotantes porque están esperando en un lugar determinado que los reclame un cliente. Nosotros sólo nos acercamos a la demanda", detalla. Porque su estrategia es traer los repartidores con su vehículo a puntos donde saben que hay movimiento, así no pierden tiempo en desplazamientos.
Por supuesto, antes de embarcarse en la startup indagaron sobre la competencia. Sabían que en los Estados Unidoshabía alguna empresa de reciente creación que facturaba mucho, como también vieron que otras habían tenido que cerrar a la cabeza de poco por una mala organización logística. "No eran rentables", afirma, "la clave es que cada vehículo haga el máximo de repartos posibles en su desplazamiento". Por eso apostaron por las localizaciones clave y un target más de oficina, "donde en un pedido pueden llegar a servirse platos para más de 20 personas".
De hecho, saben que ahora mismo sus gastos logísticos se encuentran un 35% de Glovo o Just Eat. Y todo con un equipo de 40 personas, 19 de los cuales son repartidores.
Cocer la idea a fuego lento
La inversión no ha sido sólo monetaria, también en forma de tiempo. Cayuela calcula que dedicaron los primeros nuevo meses a investigar el mercado con un MVP en Valencia. "Esta fue nuestra inversión en tiempo, más importando que el dinero", insiste.
Posteriormente cerraron una ronda de financiación de 70.000 euros, cuando entraron inversores como Carlos Blanco o Juan Zamora de Signaturit, que complementaron con un crédito Enisa de 50.000 euros. Así se pudieron financiar y sostener a lo largo del primer año y hasta cerrar una segunda ampliación de capital de 300.000 euros a principios de este 2018. La clave, reconoce el CEO, ha sido "rodearse de gente con potencial que puede ayudar a ser rápido y flexible a la hora de crecer".
Fotawa cerró el 2017 con una facturación de 115.000 euros y como startup consolidada en Barcelona. Recientemente han entrado en un programa de aceleración del Grupo Ebro en Madrid, el que quieren aprovechar para lanzar el servicio a la capital española.