Las empresas valencianas se sitúan por debajo del nivel medio de competitividad en España, puesto que sólo el 23,4% de ellas se encuentra entre las más competitivas, 1,6 puntos por debajo de la media nacional. "No se observa una tendencia favorable en el periodo 2014-2017 que permita reducir la diferencia con las empresas españolas", apunta el Informe 4, del Observatorio sobre Gobierno, Estrategia y Competitividad de las Empresas (GECE), impulsado por Bankia y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), en colaboración con la Cátedra de empresa Familiar de la Universitat de València (CEFUV). El texto recomienda "alinear acciones de todos los actores involucrados a fomentar el crecimiento empresarial, fomentar la orientación hacia la tecnología y el conocimiento, así como la adopción de sistemas de gobierno que promuevan la transparencia y la rendición de cuentas".
Uno de los motivos que parece lastrar la competitividad de las compañías valencianas es su "escasa orientación hacia la realización de actividades intensivas en tecnología y conocimiento". Mientras en el País Valencià el valor añadido de las empresas que operan en sectores industriales de alta tecnología no supera el 1% (y decrece una décima entre 2014 y 2017), el peso de las empresas de este tipo en España se sitúa en el 6,4% (crece dos décimas en el mismo periodo).
El informe apunta que persiste el problema de la escasa dimensión de las empresas valencianas
Las empresas de reciente creación no están contribuyendo a reducir esta diferencia, puesto que sólo el 29,5% del valor añadido generado por las empresas valencianas de menos de cinco años se asocia a sectores intensivos en tecnología, frente al 33,5% del observado a escala nacional. Además de la especialización sectorial valenciana como limitador de la capacidad competitiva, persiste en la región el problema de la escasa dimensión de las empresas.
Las empresas valencianas tenían en 2017 un tamaño mediano de 20,1 trabajadores, frente a los 25,7 empleados de las empresas españolas.
Empresas de un único accionista
Por otro lado, las empresas valencianas concentran cada vez más sus estructuras de capital en un único accionista, mientras que se observa un peso decreciente de los consejos de administración. En 2017, el porcentaje de empresas con un accionista único se sitúa en el 57,1%, cuatro puntos por encima del mismo dato en España.
Respecto a las empresas familiares, aunque mejoran levemente su competitividad, puesto que del 23,6% que se situaban en el grupo de las más competitivas -en 2014 se ha pasado al 25,4% en 2017-, muestran los mismos problemas comentados para el conjunto de empresas.
La especialización sectorial poco intensiva en tecnología y conocimiento se acentúa en el caso de las familiares y el peso de estos sectores en la contribución al valor añadido generado por el conjunto de las empresas familiares se ha ido reduciendo en este periodo. Si en 2014, el 46,2% del valor añadido lo generaban emprendidas familiares de media-alta y alta intensidad tecnológica o de conocimiento, en 2017 este porcentaje cae a la mitad hasta el 23,2%. Una de las causas de esta escasa intensidad tecnológica y en conocimiento de las empresas familiares valencianas se encuentra en el elevado peso que tiene el sector del comercio y reparación (poco intensivo en tecnología), que concentra el 49,1% del valor añadido generado por el total de las familiares.