"Si yo digo: vienen y nos roban el trabajo. Vienen y traen enfermedades que no conocíamos. Sus valores no podrán convivir con los nuestros.... Esto se ha dicho aquí, porque era muy fácil construir este relato en situaciones de crisis económica". La reflexión es de la socióloga Gemma Pinyol-Jiménez y lo ha mencionado en el último debate Diálogos que ha celebrado esta semana la Fundació Ernest Lluch de la mano del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) en València. En el marco del debate En busca de la prosperidad: los desafíos de las migraciones, dialoga Héctor Cebolla, profesor doctor de Sociología en la UNED. Ambos han insistido en la idea que las sociedades son diversas per se y que, por lo tanto, la etiqueta de la diversidad tiene que caer ya del discurso público. "La diversidad no tiene que ser enfrentada como un reto, sino que tiene que ser una característica de las sociedades", matiza el experto.
Pinyol-Jiménez: "Tengo la sensación que estamos cambiando el marco de debate socioeconómico reforzando discursos que fortalecen lo que estamos intentando evitar"
"Desproblematitzar", "desestigmatizar" son verbos que gastan los ponentes para evitar entrar en una espiral xenófoba. "La diversidad es una característica de todas las sociedades avanzadas. La emigración aporta diversidad pero no es la única fuente es una más de las fuentes de diversidad social", apunta Cebolla. "No tendría que pasar que viéramos la diversidad desde la emigración, pero puesto que pasa, podemos mirar más allá. Tengo la sensación que estamos cambiando el marco de debate socioeconómico reforzando discursos que fortalecen lo que estamos intentando evitar", añade la ponente, quién es experta designada para diferentes dictámenes del Comité de las Regiones y del Comité Económico y Social y además ha sido vinculada a diferentes proyectos europeos como la European Task Force On Irregular Migration, la Estrategia anti rumores para prevenir el Racismo o el proyecto TEMPER, en el grupo de trabajo de migración altamente cualificada.
Gemma Pinyol-Jiménez i Héctor Cebolla, en el acto | IVIE
Por su parte, Cebolla, doctor en Sociología por la Universidad de Oxford, ha centrado su investigación en el estudio del desarrollo de los hijos de los inmigrantes desde la edad más temprana y en varias sociedades europeas y, de forma más general en la relación entre migración y educación. Con esta perspectiva insiste que "siempre que no tenemos en cuenta que los emigrantes están en desventaja, estamos haciendo un discurso equivocado. Tenemos que pensar que están en desventaja. Es importante".
El discurso que 'empaqueta'
Cebolla señala que los inmigrantes son personas con menor pulsión al riesgo: "La inmigración nos ha traído personas talentosas, intrépidas, que son más capaces de afrontar el riesgo pero esto lo empaquetamos bien y se lo presentamos a la sociedad como un reto que tenemos que solucionar", explica.
Cebolla: "Siempre que no tenemos en cuenta que los emigrantes están en desventaja, estamos haciendo un discurso equivocado"
Ambos han coincidido a reclamar a las Administraciones el desarrollo de un discurso alejado de aquel que criminaliza. "Si hicimos políticas de integraciones sensatas, tendrían que trabajar en los derechos y garantías, y garantizar la igualdad de oportunidades para poder luchar contra las desigualdades, asumiendo que la sociedad es diversa y que la gestión pública tiene que tener en cuenta esta sociedad. Creo que hay que dejar de hacer políticas ad hoc y pensar como incorporamos estas identidades para integrarlo en estas diferencias. Estas políticas siempre tendrían que ser correctoras de las desigualdades", esgrime Pinyol-Jiménez.
Inmigrantes que traen prosperidad
Cebolla asegura que la diversidad genera prosperidad, "es una evidencia" y apunta que el más interesante es "pensar qué le pasa a las sociedades que no son diversas, puesto que los países gestionan la diversidad que los llega, que es la generación de innovación y de talento".
Otro momento del debate entre los sociólogos | IVIE
Talento, valentía... pero sobre todo erradicació de los estigmas. Porque cómo apunta la ponente, "hay veces hablamos de inmigración cuando hablamos de pobreza y aquí hay que hacer una reflexión porque esto fomenta a los discursos xenófobos: El mercado de trabajo necesita gente aunque tenga trabajadores parados. Puedes tener niveles de paro muy altos entre los autóctonos y necesitar mano de obra que cubren los inmigrantes. Y sí, es muy complicado desmontar estos discursos, es más complicado del que parece", señala Pinyol-Jiménez. En un contexto tan inflamable como el de hoy en día, la palabra toma fuerza.