Cuando hace siete años entré a trabajar a VIA Empresa, los viernes hacíamos unas reuniones de Redacción presenciales, obviamente, en las que todos dábamos nuestra opinión. Después fuimos instaurando el WhatsApp web, y pasamos de mandarnos 50 correos para confirmar un "¡recibido!" a enviarnos un "OK" en nuestro chat de grupo. También probamos a tener grupo de Slack, incluso nuestra directora intentó que entráramos en Telegram, pero lo que se confirmó que nos funcionaba mejor era, sin duda, el acceso para todos a los archivos de Google Drive y que trabajamos con un gestor de contenidos en linea que siempre controla el bueno de Àlvar Ríos, nuestro informático.
Algunas personas me han dicho estos días que todo esto a nosotros no nos sorprende porque somos "pioneros". Seguramente, a nuestro modo, un poquito. Pero no vengo aquí a hacer pedagogía de los éxitos propios, nada más lejos del objetivo. Mientras os escribo estas líneas, más cortas de lo que querría, mi hija que tiene tres años acabados de cumplir ha venido una media de 3 veces por minuto. A saludarme, a que la peine, a que la ayude a disfrazarse de Frozen... Y ella es feliz. Y es lo más importante.
Teletrebajar no es una moda. Nunca lo hemos vivido así en una Redacción como la nuestra, en la que sí, siendo un diario digital hay una parte muy grande de trabajo online. Pero somos humanos. Y esto, por suerte, todavía nos identifica. Salimos a ruedas de prensa, a presentaciones, a hacer entrevistas presenciales donde tocamos y saludamos a los entrevistados, les fotografiamos... No hacemos periodismo de trinchera pero qué lejana resulta ahora la guerra cuando se lucha contra un enemigo que no se ve.
Hay numerosos estudios sobre la robotización del periodismo, pero a estas alturas los lectores buscan el relato, la narración, el corazón en las informaciones que ponen gente como Lorenzo Milà, reportero de Televisión Española y corresponsal en Roma, que lleva días haciendo crónicas sobre el virus desde Italia con más o menos acierto. Todos nos equivocamos.
Mientras remato las palabras de este tipo de confesión online, mis hijos duermen, con disfraz de Frozen incluido. Y yo siento que mi productividad ha aumentado un 200% en este rato en el que ellos descansan. Cuando despierten, pintaremos murales del Arco iris, es el trending topic de los padres en este primer lunes laborable de pandemia. Lo colgaremos en el ventanal paara que todos vean que en mi casa también hay niños y, por lo tanto, hay futuro. Lo que no sabrán los vecinos es que desde hace tiempo también hay una teletrebajadora, pero estoy segura de que a partir de ahora más de uno empezará a entenderme mejor. "¿Que estás trabajando todavía"?.