La frase "vivimos una crisis de la vivienda" es tan cierta ahora como en el año 2008. A pesar de que el principal foco ahora es el precio de los alquileres en lugar de las hipotecas, las consecuencias son muy similares: muchas personas no pueden acceder a una vivienda digna. En este contexto, la cooperativa Celobert presenta una solución mágica a este problema crónico, buscando alternativas más sostenibles y al margen de las lógicas tradicionales del mercado inmobiliario. Celobert es una empresa de arquitectura, ingeniería y urbanismo que participa en el Barcelona Mentoring Programme impulsado por Barcelona Activa.
Celobert nació en el marco de la crisis de inmobiliaria de 2008. Cuatro arquitectos y un ingeniero veían que el estado en el que se encontraba el mercado de la vivienda y encontrar trabajo se convertía en una misión casi imposible, de forma que se decidieron a crear su propia empresa. Viendo los errores del mercado de inmobiliario más vivos que nunca, se decidieron a montar una cooperativa que encarara la arquitectura y el urbanismo desde una perspectiva social y se enmarcara dentro de la economía social y solidaria. Una década más tarde la cooperativa la conforman 9 socios y 3 trabajadores.
Martí: "Creamos y rehabilitamos edificios generando la menor impronta ecológica posible"
Dos líneas de actuación
Actualmente la cooperativa centra su trabajo en dos líneas de trabajo. Por un lado encontramos la rama de la arquitectura sostenible. En este ámbito, Celobert se dedica a la rehabilitación y construcción de edificios. "Creamos y rehabilitamos edificios generando la menor impronta ecológica posible, recurriendo a materiales sostenibles y a diseños que minimizan el consumo energético", aclara Paula Martí, arquitecta, urbanista y socia de Celobert.
Por otro lado, la cooperativa realiza asesoramiento en políticas de vivienda y urbanismo. Martí ejemplifica esta área de trabajo con el proyecto de masoveria urbana que Celobert está desarrollando con el Consejo Comarcal de Osona, con el apoyo de la Diputación de Barcelona. En este caso la cooperativa asesora sobre la implementación de este modelo, el cual "permite reactivar vivienda vacía y es más asequible que muchos alquileres o hipotecas", remarca Martí.
Cirerers: un proyecto de vivienda colectiva
Uno de los proyectos que mejor ilustra la tarea de Celobert es la vivienda cooperativa en sesión de uso que la empresa está desarrollando en el barrio de Roquetes, en Nou Barris. La Plaza de las Mujeres de Nou Barris acogerá el edificio de madera más alto del Estado con 8 plantas y 32 viviendas. El proyecto, que es una iniciativa de la cooperativa Sostre Cívic, está bautizado como Cirerers.
El modelo de la vivienda cooperativa en sesión de uso se basa en la propiedad colectiva. "Las personas que viven no tienen un piso en propiedad ni tampoco alquileres. Todos son propietarios y entre todos pagan los gastos", explica Martí. De este modo los inquilinos tienen más estabilidad y no se encuentran con sorpresivas subidas del alquiler o la hipoteca. En este modelo no sólo se comparten los gastos sino que los edificios incorporan muchos espacios comunitarios, puesto que la vida colectiva forma parte del ADN de la vivienda colectiva.
Martí asegura que el modelo de viviendas cooperativo en sesión de uso tiende a incentivar la creación de edificios sostenibles y eficientes. "Como es la gente que vivirá quién promueve la construcción de estos edificios les interesa que sean eficientes energéticamente", expone la arquitecta.
La socia de la firma asegura que "el coronavirus nos ha hecho replantear las viviendas donde vivimos"
Un futuro marcado por el coronavirus
Ha sido imposible no plantearnos cómo son las casas y los pisos donde vivimos después de pasarnos cuatro meses cerrados en ellos. "El coronavirus nos ha hecho replantear las viviendas donde vivimos", asegura Martí. Este replanteamiento del tipo de casas que habitamos afecta directamente a Patio de luces y sus propuestas de alternativas.
Pero no sólo los edificios de viviendas han sido al foco durante esta pandemia, los edificios de servicios como residencias o ambulatorios también han estado en el centro del escrutinio. Es ninguno esta área que la cooperativa quiere encarar su futuro: "Queremos influir en el diseño de estos espacios, incorporar la mira de las usuarias, porque al final son ellas quienes viven estos espacios", concluye Paula Martí.