09
de Septiembre
de
2015
Act.
09
de Septiembre
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2015
Al universo empresarial hay un amplio consenso sobre la importancia de la innovación para mantener la competitividad. No obstante, en los últimos años se ha dualitzat la manera de llevarla a cabo, hasta el punto que se han creado dos ecosistemas independientes, que juegan con normas muy diferentes.
Por un lado, hay las start-ups, empresas jóvenes que se arriesgan y acostumbran a morir a la cabeza de poco tiempo, pero que cuando salen adelante aportan cambios radicales. Por otro lado, hay los departamentos internos de las organizaciones consolidadas, que se suelen dedicar a la innovación incremental: cambios sobre seguro en base a la actividad propia de la empresa.
Muy a menudo entre estos dos móns surge un gap que tiene como origen la desconfianza: las empresas pequeñas recelen de trabajar con las empresas grandes por miedo a ser canibalitzades, y las grandes no acaban de ver claro las normas con las que se rigen los emprendedores. Para solucionar este vacío, ya hace tiempo que algunas compañías en el ámbito anglosajón apostaron para crear una unidad propia dedicada a la relación entre la matriz y las start-up. Es el que se conoce como corporate venturing.
Cualquier empresa de medida mediana puede crear su aceleradora corporativa, pero los referentes mundiales en este ámbito son grandes corporaciones. El ejemplo más paradigmático es Google, con Google Venturas, u Hotusa, con Hotusa Venturas, y al ámbito español destaca Wayra, de Telefónica.
En Cataluña, esta práctica todavía es bastante desconocida, pero algunas empresas ya han empezado a avanzar ninguno esta dirección. Es el caso de Fluidra, que desde hace un año y medio cuenta con Fluidra Acelera, una aceleradora de empresas propia, que trabaja de forma independiente, para buscar start-ups que innoven en el sector del agua.
La multinacional es una pionera, pero pronto se le añadirán otras empresas, puesto que el Departamento de empresa y Ocupación de la Generalitat pone en marcha un paquete de ayudas a través de la agencia para la competitividad de la empresa, ACCIÓN, para asesorar a empresas medianas y grandes que quieran implementar este modelo. La convocatoria estará abierta hasta el 30 de octubre y las aceleradoras se materializarán a lo largo del 2016.
El objetivo es conseguir más casos de éxito que, junto con Fluidra, sirvan de referente porque otras empresas catalanas se decanten por este modelo de innovación. "A la compañía siempre nos había llegado gente con ideas, pero lo tratábamos de forma desorganizada. Además, vimos que incluir este proyecto dentro de la estructura de innovación propia de Fluidra era condenarlas a muerte, puesto que las start-ups necesitan procesos más ágiles", explica Xavier Tintoré, director general corporativo de Fluidra.
Cómo funciona Fluidra Acelera?
El primero que hacen los responsables de la aceleradora es filtrar las iniciativas que los llegan a partir de los llamamientos, los callos, o de ferias relacionadas con el sector. Entre los proyectos que los llegan, aseguran, hay de todo: desde ideas hasta empresas que ya cuentan con productos piloto. Tintoré destaca que Fluidra Acelera no ofrece financiación a estas start-ups, sino servicios que las ayuden a crecer. "Ponemos a su disposición el conocimiento de todos nuestros departamentos, de forma práctica y ágil durante un periodo de entre tres y seis meses", detalla el director.
Durante este tiempo, la empresa acelerada tiene que definir un plan de negocio y "llevar la empresa a un punto a partir del cuando pueda empezar a generar ingresos". Tintoré indica que es en este momento cuando se organiza la primera ronda de financiación, en la que Fluidra puede invertir con participaciones minoritarias.
Un ejemplo de los seis proyectos que ha incorporado Fluidra Acelera desde que nació es una start-up que ha ideado un sistema de "tecnoturbines" , que permitirían generar electricidad aprovechando el exceso de presión de agua que circula por las cañerías.
Por un lado, hay las start-ups, empresas jóvenes que se arriesgan y acostumbran a morir a la cabeza de poco tiempo, pero que cuando salen adelante aportan cambios radicales. Por otro lado, hay los departamentos internos de las organizaciones consolidadas, que se suelen dedicar a la innovación incremental: cambios sobre seguro en base a la actividad propia de la empresa.
Muy a menudo entre estos dos móns surge un gap que tiene como origen la desconfianza: las empresas pequeñas recelen de trabajar con las empresas grandes por miedo a ser canibalitzades, y las grandes no acaban de ver claro las normas con las que se rigen los emprendedores. Para solucionar este vacío, ya hace tiempo que algunas compañías en el ámbito anglosajón apostaron para crear una unidad propia dedicada a la relación entre la matriz y las start-up. Es el que se conoce como corporate venturing.
Cualquier empresa de medida mediana puede crear su aceleradora corporativa, pero los referentes mundiales en este ámbito son grandes corporaciones. El ejemplo más paradigmático es Google, con Google Venturas, u Hotusa, con Hotusa Venturas, y al ámbito español destaca Wayra, de Telefónica.
En Cataluña, esta práctica todavía es bastante desconocida, pero algunas empresas ya han empezado a avanzar ninguno esta dirección. Es el caso de Fluidra, que desde hace un año y medio cuenta con Fluidra Acelera, una aceleradora de empresas propia, que trabaja de forma independiente, para buscar start-ups que innoven en el sector del agua.
IWorld Expo Low Carbon, proyecto de Fluidra de una piscina en un hotel de la China. Cedida |
La multinacional es una pionera, pero pronto se le añadirán otras empresas, puesto que el Departamento de empresa y Ocupación de la Generalitat pone en marcha un paquete de ayudas a través de la agencia para la competitividad de la empresa, ACCIÓN, para asesorar a empresas medianas y grandes que quieran implementar este modelo. La convocatoria estará abierta hasta el 30 de octubre y las aceleradoras se materializarán a lo largo del 2016.
El objetivo es conseguir más casos de éxito que, junto con Fluidra, sirvan de referente porque otras empresas catalanas se decanten por este modelo de innovación. "A la compañía siempre nos había llegado gente con ideas, pero lo tratábamos de forma desorganizada. Además, vimos que incluir este proyecto dentro de la estructura de innovación propia de Fluidra era condenarlas a muerte, puesto que las start-ups necesitan procesos más ágiles", explica Xavier Tintoré, director general corporativo de Fluidra.
Cómo funciona Fluidra Acelera?
El primero que hacen los responsables de la aceleradora es filtrar las iniciativas que los llegan a partir de los llamamientos, los callos, o de ferias relacionadas con el sector. Entre los proyectos que los llegan, aseguran, hay de todo: desde ideas hasta empresas que ya cuentan con productos piloto. Tintoré destaca que Fluidra Acelera no ofrece financiación a estas start-ups, sino servicios que las ayuden a crecer. "Ponemos a su disposición el conocimiento de todos nuestros departamentos, de forma práctica y ágil durante un periodo de entre tres y seis meses", detalla el director.
Durante este tiempo, la empresa acelerada tiene que definir un plan de negocio y "llevar la empresa a un punto a partir del cuando pueda empezar a generar ingresos". Tintoré indica que es en este momento cuando se organiza la primera ronda de financiación, en la que Fluidra puede invertir con participaciones minoritarias.
Un ejemplo de los seis proyectos que ha incorporado Fluidra Acelera desde que nació es una start-up que ha ideado un sistema de "tecnoturbines" , que permitirían generar electricidad aprovechando el exceso de presión de agua que circula por las cañerías.