El 7 de enero no es festivo, pero sigue representando un día muy importante en la economía catalana. Además de ser la fecha en la que los trabajadores regresan al trabajo, marca el inicio del primer período de rebajas del año. Después de los regalos de Reyes, es la primera oportunidad para medir el ritmo de consumo de los catalanes. Este 2025, los comercios del territorio han recibido con buena perspectiva la campaña, después de una Navidad muy provechosa. Por ejemplo, el centro comercial Espai Gironès de Salt ha cerrado las fiestas con un 7% más de visitantes que el año pasado. En general, algunos comercios recibirán a sus clientes con descuentos del 50% en sus productos, pero bajar los precios ya no es una estrategia tan popular como antes. Las tendencias de consumo han cambiado, y hay quienes piensan que estamos asistiendo al inicio del fin de las campañas de rebajas.
Pero, ¿qué amenaza estas temporadas? Primero de todo, hay que entender el concepto. Las rebajas se inventaron como una forma de dar salida al stock acumulado, aplicando una reducción del precio para hacer los productos más atractivos. Por ello se concentraron en dos grandes épocas: el verano y Navidad, dos estaciones radicalmente opuestas en cuanto a nuestros hábitos de vida y necesidades. Hoy, sin embargo, las campañas se han descentralizado y cada marca y sector alarga o crea nuevos períodos de descuentos según sus necesidades.
Todo esto reduce el stock acumulado. Por ejemplo, este año los comercios de todo el Estado han visto incrementadas sus ventas navideñas en un 6,3% de media interanual, según un estudio de Mastercard. Unas cifras que se explican por diversos factores: la bajada de la inflación, el hecho de que el Black Friday coincidiera con los últimos días de noviembre o el buen tiempo que ha acompañado la temporada navideña. Todo suma y da como resultado un stock menor y, por lo tanto, una menor necesidad de aplicar descuentos.
Valls: "Los descuentos no hacen más que enmascarar el concepto de precio y valor y calidad de aquello que se compra"
"El desmadre de los precios y la venta de las políticas de descuentos a lo largo de todo el año devalúan tanto este primer período tradicional de rebajas que lo han reducido prácticamente a la inexistencia en muy pocos años", analiza en VIA Empresa el profesor y periodista Josep-Francesc Valls. A pesar de esto, considera que la campaña de este año será "relativamente buena" para el pequeño comercio, ya que tiene "más stock del previsto" para sacar.
A pesar de este hecho puntual, insiste en que "estamos ante los últimos años de las rebajas" debido a la generalización de los descuentos. "En cualquier momento del año, circunstancia y tienda, nos encontramos que la incitación al consumo viene, en la mayoría de los casos, porque se hacen descuentos. Y eso no hace más que enmascarar el concepto de precio y valor y calidad de aquello que se compra", apunta Valls, quien también invita a "reflexionar" sobre las estrategias de fijación de precios y evitar la "confusión" que ha llevado a la actual dinámica del bajo coste.
Antoni Torres (Pimec Comerç) no cree que las rebajas desaparezcan porque son "conceptos culturales transversales a todas las generaciones"
Este, sin embargo, no es un pensamiento unánime en el tejido empresarial catalán. Gabriel Jené, presidente de Barcelona Oberta, considera que no todos los negocios están desplazando las fechas de las rebajas y que "una flor no hace verano". "Hoy, las rebajas continúan comenzando el 7 de enero", comenta a VIA Empresa. Un pensamiento similar tiene Antoni Torres, presidente de Pimec Comerç, quien se define como un "optimista moderado", ya que cree en "conceptos culturales" como las rebajas, porque son "transversales a todas las generaciones".
Ahora bien, Torres sí reconoce que la dinámica actual no es la mejor. "Cuando se desregula y no se pone ninguna fecha, se confunde al consumidor. En algún momento nos tendremos que plantear hasta qué punto jugamos", asegura a este diario. Para el dirigente, es una dualidad similar a la del periodismo con las noticias de calidad y los titulares pescaclicks.
Las tendencias de consumo, a debate
A pesar de la tendencia, las rebajas de momento se mantienen, pero no con la misma intensidad de otras temporadas. "Años atrás, en diciembre todavía estábamos con manga corta y había muchos stocks de invierno sin vender", aclara Torres, al tiempo que admite que el hecho de que este año sea un año "normal" provoca que "no haya descuentos tan grandes". Jené coincide, y agrega que habrá "promociones importantes" en mercados como "el calzado, los equipamientos para la persona y productos del hogar".
Pero este no es el único detalle que importa, sino también la tendencia de consumo. Y es que las tiendas físicas ya no solo compiten con las versiones en línea de otras marcas del sector (la venta por Internet creció un 21,5% interanual en diciembre, según Comertia), sino que ahora lo hacen con gigantes del bajo coste como Shein o, más recientemente, Temu. De hecho, el 52% de consumidores de entre 15 y 42 años realizó una compra a través de esta última aplicación durante los últimos seis meses, de acuerdo con un informe de eMarketer.
En este contexto de globalización total, hay quienes se refugian en el comercio de proximidad. Una tendencia que Torres pronostica que irá al alza y que apunta que se basa en la "compra de confianza o emotiva", ya que se identifica al vendedor como una persona normal. Y pone un ejemplo: los roscones de Reyes, que han presentado las mejores ventas en muchos años. "El mercado crece, pero ¿quién lo ha hecho más? El negocio artesanal. Y ha sucedido porque la gente se ha dado cuenta de que la diferencia con el producto industrial es notable", explica el presidente de Pimec Comerç.
Pero no todo crecerá a partir de la proximidad. Por su parte, Jené considera que "una cosa son las rebajas y otra son los roscones" y que las compras de los productos responden a diferentes criterios en ambos casos. "La proximidad atiende la demanda más puntual y de necesidad, mientras que la centralidad es una demanda más aspiracional", explica el presidente de Barcelona Oberta. Así, no le sorprende el aumento de las ventas de roscones artesanales, ya que son "demandas que el barrio cubre", pero no es una variable aplicable a todos los segmentos del mercado.
A la espera de conocer si los pronósticos de Torres se cumplirán, la realidad es que el 2025 está proyectado como un año de crecimiento del consumo. La bajada de los tipos de interés y de la inflación, a priori, serán dos incentivos que reforzarán el músculo financiero de las familias. El empresario concede que "si no pasa nada, el consumo evolucionará razonablemente bien", pero no se atreve a hablar de cifras, ya que el panorama le resulta "absolutamente inabarcable" debido al ritmo "tan alto" de noticias con que avanza el mundo. Un planeta en constante cambio y que podría estar agotando la cultura de las rebajas.