La reforma fiscal de Donald Trump ha empezado a hacer camino de forma seria esta semana. Los republicanos han presentado su plan maestro que se basa en el consenso interno:
- Reducción de los impuestos del capital (ahorro). Los republicanos creen que una reducción drástica de estos impuestos aumentará significativamente la actividad económica.
- Una drástica reducción impositiva en la clase mediana. Sin este pilar no hay reforma fiscal dado que es uno de los puntos esenciales de su campaña electoral.
- Los republicanos quieren y necesitan que el déficit público no aumente. Lo necesitan porque no tienen suficientes senadores para pasar una reforma permanente (60 senadores y tienen 52) así la ley exige que, para aprobar una reforma temporal - 10 años- por minoría simple, el déficit público no puede aumentar.
"La reforma fiscal pone en peligro el plan de infraestructuras, que es justamente la mejor carta de Trump para conseguir un consenso amplio entre demócratas y republicanos"
Y qué problema tienen estas tres condiciones básicas? Que no se pueden cumplir a la vez. El plan original de Trump era utilizar la reforma sanitaria para bajar impuestos y recortar gasto público. Con la imposibilidad de reformar el sistema sanitario, el gasto público sanitario hace imposible bajar impuestos sanitarios así que tanto 1 como 2 sólo se pueden llevar a cabo aumentando el déficit público, pero los republicanos no tienen mayoría (60 senadores necesarios).
Además, la reforma fiscal pone en peligro el plan de infraestructuras, que es justamente la mejor carta del Presidente Trump para conseguir un consenso amplio entre demócratas y republicanos. El Presidente está arriesgando mucho con este tema justamente cuando sólo falta un año para las midterms de 2018, puesto que un fracaso podría desmotivar a su electorado y perder sillas al Congreso y en el Senado. Está claro que porque esto pase hay de haber rivales que te puedan ganar.
La crisis humanitaria en Puerto Rico sigue empeorando. Tres semanas después del paso del Huracán María, sólo el 37% de los puertorriqueños tienen agua y electricidad. La asistencia financiera que el Presidente Trump autorizó mediante Jones Act se ha transformado en un crédito en Puerto Rico, el que ha levantado bastante indignación a buena parte de los Estados Unidos. El CEO de Tesla, Elon Musk, se ofreció al gobernador Rossello para instalar placas solares a la illa y algunas fuentes insinúan que hay una negociación. El cierto es que el estado de la isla es crítico y la ayuda humanitaria es inaplazable.
"La salida de la UNESCO ha dejado claro es que Israel es el país que, de largo, tiene más poder de influencia sobre los Estados Unidos"
Dos temas importantes más. La primera, Corea del Norte, que sigue escalando discretamente. Esta semana hemos sabido que Pyongyang contrató servicios informáticos para hacerse con los planes defensivos de Seúl. La segunda, que los EE.UU. e Israel han abandonado la UNESCO debido a su tendencia anti-Israel. Ronald Reagan ya abandonó la UNESCO en 1994, pero volvió más tarde. Barack Obama cortó los fondos en 2011 cuando la Unesco aceptó Palestina como miembro. La embajadora de los Estados Unidos Niki Halley ha explicado que el nivel de politización logrado a la organización no es aceptable y que si la UNESCO tiene que tomar partido contra Israel de forma reiterada quizás es mejor que lo pague otro. Ciertamente, es una posición natural, pero habrá que ver qué esconde realmente esta maniobra. El que sí ha dejado claro es que Israel es el país que, de largo, tiene más poder de influencia sobre los Estados Unidos.
Esta decisión coincide con el anuncio hacer por Fatah, la Autoridad Palestina, que ha llegado a un acuerdo con Hamas para tomar el control de Gaça. El acuerdo no incluye ninguna cláusula de desarme y por lo tanto no es descartable que el abandono de la Unesco por parte de Israel y EE.UU. tenga relación con este acuerdo. Estamos atentos, por qué la tensión geopolítica mundial escalera peligrosamente. Y hay que vigilar el conflixte entre Iraq y el Curdistán.