El año 2025 se presenta con un panorama económico lleno de desafíos. A pesar de los riesgos geopolíticos, las previsiones macroeconómicas de referencia (FMI, OCDE, Banco Central Europeo, Cámara de Comercio, entre otros) apuntan a un crecimiento global del 3,2%. Los datos por regiones son variados: Estados Unidos podría aumentar un 2,5%, la zona euro un 1,1%, y Asia liderará con una China moderada al 4,7%, mientras que India y el sudeste asiático marcan ritmos más acelerados. Catalunya, con un crecimiento previsto del 2,4%, se encuentra por encima de la media europea. No obstante, más allá de los datos macro, es esencial comprender las perspectivas y prioridades de las empresas. El Observatorio de la PIME de Catalunya (PIMEC) ha analizado estas perspectivas a través de una encuesta reciente a empresas de todas las dimensiones que identifica tendencias clave para el 2025. Las resumimos a continuación:
Nivel de incertidumbre: comenzamos destacando que las empresas catalanas perciben un nivel de incertidumbre económica y geopolítica elevado, valorado con una media de 3,48 sobre 5. Más del 50% considera que este entorno presenta un riesgo alto o muy alto, condicionado por las tensiones globales. Esta incertidumbre afecta especialmente a mercados de exportación como Alemania y Francia, donde el 42,8% de las empresas están preocupadas por la inestabilidad política de los dos principales motores de Europa.
Incremento de ventas: a pesar de las incertidumbres, para 2025 las empresas prevén un crecimiento de las ventas del 9,1%. Este crecimiento se reparte de manera desigual, ya que el 25% de las empresas que más crecerán tendrán un aumento del 14,5%. Entre los sectores con más potencial de crecimiento en 2025 tenemos la industria tecnológica y la digitalización, la economía verde y las energías renovables, la industria agroalimentaria, el turismo, la logística y el comercio internacional, la salud y la biotecnología, y la economía azul. En cambio, el 25% de las empresas que crecerán menos, lo harán en un 3%.
Precios de venta y costos: los precios de venta aumentarán en un 6,6% en promedio, aunque un 32,8% de las empresas no variarán los precios por la elevada competencia que sufren. Las que sí aumentarán precios de venta, que son la mayoría, lo harán por la necesidad de compensar los costos acumulados durante los años de presión inflacionaria, que erosionaron los márgenes de beneficio. Por otra parte, las empresas prevén que los proveedores aumentarán los precios de costo de materias primas, servicios y suministros en un 6%. Esto puede presionar los márgenes de beneficio, especialmente en sectores altamente competitivos o con capacidad limitada para repercutir estos costos en los precios finales. En cambio, se espera que los costos financieros sigan bajando. Por todo esto, la gestión eficiente de los costos y el ajuste de los precios serán determinantes para mantener la rentabilidad.
Solo el 34,4% de las empresas prevén realizar inversiones en 2025, una cifra que refleja la prudencia derivada del actual contexto de incertidumbre
Inversiones: solo el 34,4% de las empresas prevén realizar inversiones en 2025, una cifra que refleja la prudencia derivada del actual contexto de incertidumbre. Entre las que tienen planes de inversión, el 60% destinarán recursos a maquinaria y equipamiento, y el 54,7% lo harán en digitalización, evidenciando una clara apuesta por la mejora de la productividad y la adaptación tecnológica. Un aspecto destacable es que solo el 18,9% de las empresas con intenciones de invertir lo harán en sostenibilidad y eficiencia energética. Esto indica que, a pesar de la relevancia creciente de estos temas, aún no ocupan una posición prioritaria en la estrategia inversora de muchas empresas. Esta situación podría limitar su capacidad de adaptarse a los crecientes requisitos ambientales y aprovechar las oportunidades de la economía verde.
Ocupación: la creación de puestos de trabajo para 2025 se presenta moderada, con solo un 32,7% de empresas que prevén ampliar la plantilla. Esta prudencia se explica por la presión de los costos laborales y, de nuevo, las incertidumbres. La priorización de la digitalización podría estar sustituyendo las nuevas contrataciones como principal herramienta de crecimiento.
Retos: los principales retos que anticipan las empresas para 2025 incluyen la presión sobre los márgenes de beneficio (56,8% de las empresas), el incremento de los costos laborales (48,0%) y la burocracia en los trámites administrativos (41,8%), seguidos por las dificultades para encontrar el talento que necesitan (37,4%) y los cambios en la legislación empresarial (28,2%).
La creación de puestos de trabajo para 2025 se presenta moderada, con solo un 32,7% de empresas que prevén ampliar la plantilla
Estrategias ganadoras: teniendo en cuenta las previsiones anteriores, hay varias estrategias que pueden dar buenos resultados. Por ejemplo, gestionar la incertidumbre mediante la monitorización constante del entorno geopolítico y económico, adoptando herramientas de análisis de riesgo para anticipar escenarios. Diversificar mercados reduciendo la dependencia de mercados con inestabilidad elevada y explorando oportunidades en Asia y otras regiones emergentes. Apostar por la digitalización acelerando procesos de transformación digital para mejorar la productividad y la competitividad. Invertir en sostenibilidad adoptando estrategias verdes para cumplir con las regulaciones y aprovechar las oportunidades de la economía verde. Fomentar la innovación reforzando las capacidades internas para desarrollar nuevos productos y servicios que respondan a las necesidades cambiantes de los clientes.
En resumen, 2025 se presenta con un cierto optimismo, a pesar de un contexto global marcado por incertidumbres. Como hemos superado momentos de incertidumbre mucho peores que el actual, como la crisis financiera global de 2008 o la de la covid de 2020, podemos recordar al escritor estadounidense Simon Sinek que dice que: "En momentos de incertidumbre, el coraje y la innovación son nuestras mejores herramientas". Con buenas estrategias y un apoyo institucional sólido, las empresas tienen la capacidad de reforzar sus ventajas competitivas, aprovechando las oportunidades. Por lo tanto, 2025 también puede ser un buen año para las empresas... si Donald Trump, Vladímir Putin y otros líderes no lo estropean.