Cada vez son más las personas que se trasladan de la ciudad al campo en Catalunya. Según un estudio del Instituto Metrópoli, en 2021 se produjeron 16.300 migraciones al entorno rural, solo 805 menos que el 2020 en el contexto de la pandemia, pero aun así 4.000 más que el 2019 y 6.000 más que el 2015. Después de la covid-19, el flujo urbano-rural llegó al 10,3% y está previsto que antes de cinco años la cifra alcance alrededor de 70.000 personas. La cifra representa el 30% del total que tiene previsto cambiar de municipio residencia en el próximo lustro.
Pese a la tendencia, las cifras del 2021 no suponen ningún récord en el territorio. Además de los datos del 2020, que lograron un excepcional 12,3%, también en 2007 se superó el porcentaje del 2021. Aquel año se anotó un 11,2% debido al boom inmobiliario, pero desde la crisis del 2008 las cifras casi nunca se han movido del 8% o 9%.
El año 2020 tiene el récord de flujo urbano-rural, con un 12,3 %; seguido del 2007 (11,2 %) y del 2021 (10,3 %)
Curiosamente, la región metropolitana de Barcelona es el punto de Catalunya donde hay menos cambios residenciales en áreas rurales o semidensas, con un 2,4%. El 2021 hubo 2.659, solo 256 más que el 2019, a pesar de que el aumento es más significativo si miramos los datos del 2015, cuando se registraron 1.802 traslados al campo. Según la investigación, el 88,5% de la población que marcha de la ciudad al mundo rural es autóctona y con una edad media de 36 años.
Precisamente el estudio también identifica qué perfiles poblacionales son quienes están protagonizando estos cambios de residencia. La mayoría son familias jóvenes que buscan mejorar la vivienda y el entorno residencial (47,3%), a pesar de que éste no es el único motivo. Un 35,4% lo hace para formar un hogar u otros motivos familiares y, de manera menos frecuente, un 8,1% por motivos laborales y un 7,5% por motivos económicos o forzados relacionados con la vivienda.
Las migraciones desde el mundo rural son más equilibradas
Los tránsitos no son proporcionales a la inversa. La gente que vive en el campo y decide cambiar de domicilio lo hace de una manera más equilibrada. Según el estudio, el 32,9% del total de personas que marchan del mundo rural se mueven a grandes ciudades, un 41,7% en ciudades medianas y áreas semidensas, y un 25,4% se queda en el mismo entorno. La cifra de desplazamientos (9.608 en 2021) también es inferior a la de la gente que marcha de la ciudad al campo, pero en este caso se debe al reducido número de personas que viven en un entorno rural.