
90 días, 13 semanas o tres meses. Independientemente de cómo se mida, este es el plazo que ha concedido Donald Trump a todos los países del mundo para encontrar una nueva relación comercial con Estados Unidos. La tregua arancelaria (a excepción de China) expirará el próximo 9 de julio en caso de que las ofertas no satisfagan las altísimas expectativas del presidente estadounidense. Él lo dijo más explícitamente: "Me están besando el culo. Se mueren por llegar a un acuerdo", espetó durante un acto oficial. Acto seguido, detuvo la tan anticipada guerra arancelaria -pese a mantener la tasa universal del 10%- y se sentó a negociar. Esta será su postura hasta el verano.
Una relajación repentina que tranquilizó a las bolsas: mientras que S&P500 repuntó un 9,5%, el índice industrial Dow Jones lo hizo un 7,87%. El mejor día de los últimos 17 y cinco años, respectivamente. En el Nasdaq, la fiesta aún fue mayor y cerró con un crecimiento del 12%. Es la segunda mejor jornada de la historia de este mercado. Más allá de EE.UU, en el Estado, el Ibex-35 también abrió este jueves con un 8%. Vuelve el verde y las bolsas respiran, pero, ¿qué nos espera durante los próximos 90 días?
No hay duda de que Trump ha provocado el terremoto más grande de la historia reciente de la bolsa. No existen precedentes de cambios de tendencia tan pronunciados en el 100% de los mercados del planeta. Durante unos días, todos los valores bursátiles se tiñeron de rojo y, de hecho, aquellas empresas que sólo caían por debajo del 3% de su valor, como Iberdrola, Enagás, Reneia y Colonial (o Danone y Ahold, en la plana internacional), se consideraban las más favorecidas de la tormenta. El presidente de Estados Unidos, además, continuó calentando el ambiente con el anuncio de un "importante" arancel a las farmacéuticas, o bien declarándole la guerra comercial a China con una tasa del 145% a todos sus productos, por el 125% que le ha impuesto el país asiático al estadounidense.
De hecho, algunos analistas creen que este conflicto con China ha sido lo que verdaderamente ha perseguido Trump con todo este sobresalto. El CEO y CIO de GVC Gaesco Gestión, Jaume Puig, ya lo avanzaba este lunes en VIA Empresa: Trump es un presidente que más vale interpretar que creerse. Desde su punto de vista, los inversores sólo se lo "medio creyeron": "Hay que comprender los verdaderos objetivos de Trump: quiere detener a China, que Europa se haga cargo de su defensa y que le compre gas a EE.UU, que Vietnam no sea más utilizado como una puerta de salida encubierta de bienes chinos o que México controle sus fronteras". Dicho y hecho, una vez ha quedado patente la voluntad de negociar por parte de los socios comerciales, los aranceles estadounidenses han desaparecido. Y, tal como concluía el mismo Puig este miércoles en el 3/24, las bolsas mundiales "ya se han dado cuenta de que todo esto ha sido una estrategia".
¿Calma tensa o inyección de optimismo?
Con los mal llamados "aranceles recíprocos" fuera de juego, era previsible la reacción al alza que han experimentado las bolsas de todo el mundo. El verdadero interrogante, sin embargo, se encuentra en qué pasará después. Durante los próximos 90 días se negociará una nueva realidad comercial que romperá definitivamente con el multilateralismo que ha imperado desde la Segunda Guerra Mundial.

"El repunte que se está viendo ahora no tiene garantías de sostenibilidad si no se confirma una vía diplomática real hacia la estabilidad comercial", explica a VIA EmpresaXavier Fàbregas, director de finanzas de la firma de asesoramiento ALS Value. Fàbregas cree que el boom de este jueves tiene más que ver con un "rebote técnico" que con una "tendencia sostenida en el tiempo" y recuerda que el panorama actual presenta una "volatilidad contenida". En este sentido, su análisis coincide con el de Puig: el economista ve "escepticismo" en las bolsas, las cuales ya descuentan las acciones de Trump como "movimientos tácticos".
Por su parte, Pablo Larraga, profesor del máster en Finanzas y Banca de la Universidad Pompeu Fabra-Barcelona School of Management (UPF-BSM), coincide en el pronóstico. "Durante este período, viviremos una situación muy volátil; cualquier noticia que salga puede hacer subir y bajar los mercados con fuerza", repasa. El experto recomienda "no entrar ni en broma" en la bolsa a todos aquellos inversores que sean adversos al riesgo. Y pone un ejemplo: "Quien acabe de vender un piso y tenga liquidez, estaría arriesgando mucho si pusiera ese dinero en el mercado actual". Un caso diferente serían aquellas personas que ya hayan efectuado grandes inversiones. Pese a la alta volatilidad, Larraga recomienda "no hacer nada" y esperar a que los valores se acaben corrigiendo con el tiempo.
Pablo Larraga, profesor de la UPF-BSM: "Quien acabe de vender un piso y tenga liquidez, estaría arriesgando mucho si pusiera ese dinero en el mercado actual"
En este escenario de gran incertidumbre, es difícil calcular cómo compensará o castigará la bolsa cualquier novedad que surja. Hay que recordar que Trump quiere llegar a acuerdos bilaterales, es decir, cerrar un pacto ad hoc con cada socio comercial. Noticias habrá muchas, hecho que sacudirá constantemente los mercados. Sin embargo, Alfonso Fernández, profesor universitario de EAE Business School y miembro de la Comisión de Economía Financiera del Col·legi d'Economistes de Catalunya, prevé una "perspectiva alcista" que permita recuperar "gran parte de las pérdidas" de la última semana, aunque no todas, precisamente a causa de estos interrogantes. "A estas alturas no sabemos si habrá acuerdo o no", recuerda.
En búsqueda de sectores refugio
Ya lo dijo Antoni Cañete, presidente de Pimec, durante el último episodio de L'empresa al dia: todas las amenazas conllevan la aparición de oportunidades. Lejos de huir, muchos inversores aprovecharán este período para sacar beneficios de la volatilidad bursátil. En este sentido, los expertos recomiendan estudiar bien el sector al que pertenece cada empresa y, sobre todo, su procedencia y dónde opera. "Las compañías que tengan menos exposición internacional, especialmente en Estados Unidos, serán buenas opciones", apunta Fernández. Hay que hacer una diferenciación, sin embargo, con empresas como Grifols, las cuales operan en EE.UU, pero tienen presencia física a través de filiales. Esta circunstancia las exime de los aranceles y las convierten en títulos igualmente atractivos, según el economista.

En España, Fernández recomienda firmas como Endesa, Naturgy o Iberdrola, tres valores que ya mostraron firmeza durante la tormenta de inicios de semana por dos razones. "Su negocio depende del mercado nacional y su cifra de ingresos es muy estable. Los precios sí están sometidos a grandes volatilidades, pero no la demanda", argumenta.
Pero hay más. Fàbregas sugiere apostar por empresas de minería de tierras raras y minerales críticos en Estados Unidos, como MP Materials o Lynas Rare Earths Limited: "Están recibiendo flujos de inversión y atención mediática como alternativas estratégicas a la dependencia de China", explica. Adicionalmente, ve las compañías de infraestructuras y reciclaje tecnológico como otra gran oportunidad. "Permiten un reaprovechamiento, por ejemplo, de baterías como American Battery Technology Company o Waste Management", asegura.
Subirán las empresas de minería de tierras raras y de infraestructuras o reciclaje tecnológico; bajarán las compañías que exporten a EE.UU. y sean dependientes de China
En cambio, Fàbregas propone evitar todos aquellos títulos relacionados con China, ya sea porque están presentes allí o porque están expuestas a componentes del país asiático. "Empresas fabricantes de automóviles eléctricos, electrónica de consumo o aeroespacial pueden verse afectadas por la incertidumbre y la presión sobre los márgenes", indica el director de finanzas. Hay dos casos que aconseja seguir especialmente: Apple y Tesla. Larraga coincide y advierte vigilar de cerca a la banca, debido al miedo a una recesión y las posibles bajadas de tipos de interés. Son dos preocupaciones que el profesor cree que "se han reducido" a raíz de la tregua, pero que igualmente convierten los títulos de los BBVA, Santander, CaixaBank o Banc Sabadell en valores sensibles a grandes cambios.
China se queda sola ante Trump
Los 90 días que ha otorgado Trump son un truco para "negociar con los ases bajo la manga", según Larraga. El republicano ha despejado el tablero del juego y ha dejado sola a China como única contrincante de Estados Unidos. Hoy ambos países se están disputando la hegemonía sobre el comercio mundial. Por este motivo, Washington no ha dudado a la hora de exprimir los aranceles al 145%, 20 puntos por encima del tope chino a los productos estadounidenses. "Xi Jinping tiene una posición de mayor debilidad porque la balanza comercial es positiva para China y negativa para Estados Unidos", analiza Fernández.
Parece que Trump tiene un punto de partida favorable. "China es un exportador neto a EE.UU. Por lo tanto, pese a que suban la potencia de sus aranceles, siempre se verán más perjudicados", aclara el economista. Ahora bien, esto no quiere decir que el país asiático esté sometido a los deseos estadounidenses. "Pueden ejecutar algún movimiento para devaluar la moneda. De esta manera, harían más atractivas las inversiones", agrega Fernández.
Fàbregas cree que veremos "excepciones temporales" o "acuerdos sectoriales", como por ejemplo en el ámbito de las tierras raras o los circuitos integrados
Todo ello apunta a una guerra arancelaria larga. Hay que recordar que durante su primer mandato, en 2019, Trump cerró verbalmente un acuerdo comercial con Jinping que finalmente se fue al traste con la llegada de la pandemia. Entonces, la Casa Blanca tildó la covid-19 de "virus chino" y acusó a Pekín de instigar la propagación mundial por interés. Tal como recuerda Fàbregas, la rivalidad tecnológica, energética y geoestratégica es "demasiado profunda": "Lo más probable a corto y medio plazo es una escalada táctica parcial, más que una resolución plena", pronostica.
En este sentido, el analista ve recorrido al conflicto arancelario, especialmente en el caso de mercados estratégicos como los semiconductores, las baterías o la IA. Los tres son "sectores críticos" y determinarán el liderazgo de la industria del futuro. La irrupción de la IA china, DeepSeek, fue un buen ejemplo. Ahora bien, no todo está perdido. Fàbregas cree que veremos "excepciones temporales" o "acuerdos sectoriales", como por ejemplo en el ámbito de las tierras raras o los circuitos integrados. En cualquier caso, de momento apuesta por un "desacoplamiento controlado" y una "rivalidad persistente" que se alargará más allá del famoso plazo de 90 días.
Por su parte, Fernández es más optimista. "Las negociaciones nunca están rotas del todo, siempre existe la posibilidad de negociar", reitera. El profesor cree que eventualmente se llegará a un acuerdo, pero "no será fácil". Una predicción muy similar a la que han repetido otras grandes voces autorizadas como Alicia García Herrero, economista experta en el mercado asiático, quien ya apostó en el pasado Beyond Catalonia por la reedición del pacto comercial EE.UU-China de 2019. Hoy las posiciones están muy alejadas, pero tal vez este acabe siendo el punto final de una escalada arancelaria que ha sacudido los mercados como nunca.