Ahora que hace una década del veto ruso a los productos agroalimentarios de la Unión Europea (UE), que afectó a las exportaciones de las variedades de fruta de hueso, como el melocotón y la nectarina, comercializadas por los productores leridanos, la familia Seró de Albatàrrec (Segrià) inició un camino basado en los técnicas avanzadas de venta, sobre todo al exterior, sustentándose en la selección de la calidad y la eficiencia de los procesos de elaboración. De allá surgió la marca Abella Fruits, inicialmente dedicada a la venta de peras, y que después se ha extendido a otras especies de fruta de hueso. Salidos del mundo cooperativo, los hermanos Xavier y Marcel Seró optaron para crear una empresa y una marca concreta para comercializar sus productos. "Detectamos una oportunidad de negocio para mover volúmenes de fruta a través de las exportaciones, los nuevos riegos, las ventajas del canal Segarra-Garrigues y la demanda de melocotones y nectarinas del centro de Europa", señala Xavier Seró, administrador y propietario de la compañía. Este trayecto tiene la última parada en una nueva maquinaria de última generación, la inversión de la cual ha sido financiada por el Instituto Catalán de Finanzas (ICF). El organismo perteneciente a la Generalitat de Catalunya ha facilitado la puesta en marcha de una tecnología que permite separar la fruta por calibres y calidades.
A través del bagaje y los mercados ya consolidados, como el alemán, en el sector de la pera, Abella Fruits posicionó su marca en las variedades de fruta de hueso. En los dos casos, "lo hemos hecho con un crecimiento sostenido de la producción y negociando directamente con las cadenas de distribución, sin intermediarios". Para Seró, el aumento de la producción y las ventas se ha hecho a partit de la demanda de los consumidores y las cadenas de supermercados. Así, pone como ejemplo de resistencia, las ventas logradas en periodos de crisis de consumo. Abella Fruit realiza todo el proceso integral, plantando las variedades de fruta, recogiéndolas, conservándolas en frío, envasando y encargándose del transporte.
Músculo exportador
Abella Fruits, que empezó con una producción de 600 toneladas, ha conseguido multiplicarla por 10 en solo una década ante la constatación de la saturación del mercado interior y el hecho de la alta valoración de su fruta en el exterior. Un 97% de la cosecha se comercializa en el extranjero a países como Suiza, Francia, el Reino Unido, Brasil, los Emiratos Árabes o Alemania. Este último supone un 70% de las exportaciones.
La compañía ha posicionado su fruta en los mercados europeos, especialmente el alemán, donde exporta un 75% del total
Después de haber pasado por cuatro almacenes diferentes y con el objetivo de consolidar su clientela, en 2019, Abella Fruits emprendió el proceso de la búsqueda de financiación para construir un nuevo espacio, en el cual pudiera desarrollar las últimas innovaciones en los ámbitos de la robotización y la automatización. Aquí es donde entra en juego la financiación otorgada por el ICF, que con un crédito de 1,4 millones de euros propició la implantación de una maquinaria de última tecnología, con la cual mejoran la eficiencia y pueden crecer en el número de kilogramos gestionados. La iniciativa se enmarca en los proyectos de apoyo al sector primario y a la transición verde, en el que la tecnología ayuda a reducir el consumo eléctrico.
Xavier Seró recuerda que la maquinaria que ha financiado el ICF facilita la separación de entre 15 y 30 toneladas de albaricoque y melocotón en solo una hora. "En vivo, podemos modificar las calidades y hemos diseñado y reservado un espacio en cada pieza de fruta en función de sus características". Además, esta tecnología también ha propiciado la automatización en las tareas de encestar la fruta, un trabajo que requiere mucha mano de obra.
Xavier Seró: "El ICF ha sido capaz de entender la problemática de nuestro sector, a la vez que confiaron en nuestro futuro"
Para Abella Fruits, una de las ventajas de haber trabajado con el ICF es que "han sido capaces de entender la problemática de nuestro sector, a la vez que confiaron en nuestro futuro". En relación con las condiciones financieras, Xavier Seró destaca los plazos cómodos de amortización y una carencia larga. El objetivo de la firma fructícola es que las instalaciones y la tecnología estén al servicio de la eficiencia y la agilidad para obtener una fruta de calidad.
Aunque Abella Fruits no trata directamente con la gran distribución, sino a través de intermediarios, la relación es siempre de confianza en su gestión. De hecho, Seró expresa que es un compromiso que se va renovando anualmente. La empresa cosecha, empaqueta y comercializa su propia producción y la de terceros. Disponen de 150 hectáreas fértiles y de una gran planta de tratamiento y comercialización de fruta dulce en Albatàrrec (Lleida).
Mirando al futuro inmediato, la compañía trabaja en la automatización del proceso de colocar las piezas de fruta en las cajas. Ahora, esta tarea, de carácter manual, impacta en la rentabilidad del negocio de Abella Fruits. Con la puesta en marcha de la nueva maquinaria, Xavier Seró reconoce que es el momento de incorporar perfiles profesionales de alta calificación, como es el caso de los ingenieros de mantenimiento. Todo el esfuerzo por poner la tecnología al servicio de la calidad de la fruta, dando respuesta también a las demandas de seguridad alimentaria que exigen los consumidores.