Desde este jueves viajar por algún país de la Unión Europea y consumir datos no tendrá ningún coste adicional. Y es que este 15 de junio empieza la segunda fase del plan establecido por el organismo internacional, precedida por una primera etapa iniciada el 30 de abril del 2016 que consistía a regular los precios de las llamadas, los SMS y el uso de Internet al extranjero. Un total de 13 meses y medio porque las compañías de telecomunicaciones se prepararan para el que tenía que llegar: el roam like hombre o itinerancia como casa.
Porque el cierto es que la abolición del roaming es más una ventaja para los consumidores que para las compañías, que son las principales afectadas. De hecho, España fue uno de los cuatro países que votó en contra en la decisión final del Consejo de la UE, argumentando que sus operadoras no serían capaces de hacer frente a los precios máximos establecidos.
Así pues, todo es una buena noticia para el consumidor. Pero tenemos claro como funciona?
Consumir datos sin hacer trampas
Según los datos con las que trabaja la Comisión Europea (CE), provenientes de varias consultoras, un 2% de los españoles cuando viajan fuera nunca utilizan su teléfono, un 15% desconecta los datos y un 28% se conecta siempre a las redes Wi-Fin. Unas cifras que, afirman fuentes de la CE, demuestran que había que poner remedio y lanzar un mensaje contundente: "No apagáis nunca más los datos".
De media, un español consume 500 megabytes al mes y viaja nuevo días por alguno de los países de la UE cada año. Con la regulación que había hasta este jueves, si este ciudadano hubiera empleado su teléfono tal como lo hace en territorio nacional habría tenido un gasto extra de 30 euros durante los nuevo días; y hasta 120 euros, en el caso de ser una familia de cuatro personas.
Unos gastos injustificados, a ojos de la CE, que ha batallado durante años para llegar por fin a dar libertad a los ciudadanos de consumir un servicio (y a los precios establecidos al contrato) por toda la comunidad independientemente del país donde se consuma.
Ahora bien, todo tiene sus limitaciones. La primera que hay que tener en cuenta es que si un cliente excede el límite de su contrato en itinerancia, tendrá que pagar un recargo. Un importe, pero, que no podrá estar por encima del precio al mayor que se ha acordado: 7,7 euros por gigabyte por este 2017, un precio que irá disminuyendo hasta el 2020, cuando se espera que sea de 2,5 euros. La segunda, que la jugada de adquirir una tarjeta SIM en un país con tarifas más baratas no servirá en España. "Los costes de desplegar la red en Europa son diferentes en cada Estado, por eso queremos establecer unas ciertas medidas para evitar estas acciones y que vayan en detrimento de las empresas", señalan fuentes de la Comisión.
Adquirir una tarjeta SIM en un país con tarifas más baratas no servirá en España
El caso de Erasmus o de quienes por motivos diversos tienen que vivir durante un tiempo determinado en el extranjero es diferente. En este contexto, se aplicará el que denominan "vínculos estables" y que consiste a dar a la operadora documentación oficial que demuestre que se está residiendo de manera temporal en otro país de la UE, siempre y cuando este tiempo supere los cuatro meses, el plazo máximo establecido por la CE. También se hará una excepción en el caso de trabajadores que crucen cada día la frontera para ir a trabajar.
Vigilar de cerca la actuación de las operadoras
Los 7,7 euros por gigabyte es el precio máximo al cual un mayorista puede vender su servicio. A partir de aquí, las compañías tienen que poder negociar entre ellas. Si un español viaja a Francia, la empresa que le da el servicio es la francesa, pero esta tiene que pactar un precio con la originaria del turista por haberle permitido conectarse a la red a través de su infraestructura.
Para vigilar que todo se hace de manera legal, cada Estado tiene unos organismos que controlarán las negociaciones y que se asegurarán que las operadoras se adaptan el nuevo marco legal de manera óptima. En el caso de España esta entidad es la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), encargada también de imponer sanciones cuando no se cumplan las normas.
Quién parece que pueden quedar desamparadas en este juego son las operadoras móviles virtuales (OMV), que no tienen el mismo poder de negociación. "Una gran operadora puede negociar a un precio menor porque tiene mucha cuota al mercado. Por eso se han reducido un 85% los precios al mayor, porque las OMV de Europa puedan ofrecer roaming a precios domésticos y consigan los mismos precios que los grandes actores del mercado", explican fuentes de la CE.
"Las operadoras estaban cobrando 9 euros por gigabyte. Creemos que el precio que hemos fijado tiene margen de sobra para hacer negocio sin subir las tarifas"
Y todo esto hace peligrar las tarifas actuales? Veremos un incremento en los precios del mercado para cubrir el nuevo servicio de roaming? "Si miramos los precios antes de la regulación de abril, las operadoras estaban cobrando 9 euros por gigabyte. Creemos que el precio que hemos fijado tiene margen de sobra para hacer negocio sin subir las tarifas", afirman.
El 'no' de España
"Hay que diferenciar el consumidor a coste cero, de ciudadano, y la industria, porque son debates diferentes. España votó que no en la rama industrial, pero no dijo que no a la eliminación del roaming", matizan desde el organismo.
El Estado español justificaba el voto negativo afirmando que el coste de sus operadoras para ofrecer datos estaba por encima de los 7,7 euros por gigabyte establecido como precio máximo por Europa. Los datos presentados por la CNMC señalaban que un gigabyte de roaming en España tenía un coste de 11 euros, una cifra que la CE ve "sobrestimada", puesto que los datos con las que trabajan adquiridas de varias consultoras sitúan en 9 euros el precio que cobran a las compañías extranjeras. "El coste de provisión de un gigabyte de roaming en España el 2017 es de 4,1 euros. Teniendo en cuenta que lo cobran a 9 euros, hay un margen sustancial hasta los 7,7 euros porque se siga haciendo negocio", añaden.
El coste de provisión de un gigabyte de roaming en España el 2017 es de 4,1 euros y las empresas lo cobran a 9 euros para prestar el servicio
Además, estiman que desde el 2014 y hasta finales del 2017, la legislación habrá permitido incrementar un 919% el consumo de datos. Una cifra que, consideran, demuestra que la nueva legislación generará más ingresos.
En todo caso, la CE ha puesto una salvaguarda. Si un regulador puede demostrar que, debido a su bajo coste, dar roaming reportaría cosas negativas, puede autorizar al operador aplicar una pequeña tasa a la tarifa del usuario. Una situación pensada, sobre todo, para los países nórdicos, donde los precios son muy bajos.