El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, ha anunciado este miércoles que las obras de ampliación de los aeropuertos del Prat y de Barajas se podrían atrasar "más allá del 2022" por los efectos causados por la crisis del coronavirus. Según ha detallado en el transcurso de la Comisión de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana al Senado, el ente gestor de infraestructuras aéreas continúa "considerando estos grandes proyectos de ampliación", previstos en el DORA 2022-2026, porque "seguirán siendo necesarios" pero la situación generada por la pandemia podría hacer que el inicio de su aplicación se "dilate". El ministro ha recordado que las previsiones apuntan que no se recuperarán las cifras de viajeros del 2019 hasta el 2022 o 2023.
Actualmente, Aena tiene en marcha el Documento de Regulación Aeroportuaria Y (DORA Y), en el que hay las actuaciones previstas para entre 2017 y 2021 y que incluyen, entre otros, las obras del dique sur o una nueva zona para los pasaportes o en el caso de Girona los trabajos ya finalizados de la adecuación el pavimento para el estacionamiento de los aviones. En su intervención en el Senado, Ábalos también ha dicho que Aena reactivará las inversiones paralizadas por el estado de alarma y que "puede haber atrasos de inversiones previstas para el 2020 que pasarán a 2021".
Según han explicado fuentes de Aena, a partir del 2022, tiene que entrar en vigor el DORA II -con vigencia hasta el 2026 y que incluye la construcción de la nueva terminal que tiene que servir para impulsar Barcelona como 'hub' internacional y la posible ampliación de la pista mar para aumentar la operatividad- pero su inicio puede sufrir alguna demora.
La futura terminal satélite tendría que estar acabada, tendrá forma de 'boomerang' e irá acompañada de cambios en las conexiones con la T1 y la T2, además de ser la "más moderna y medioambientalmente sostenible del mundo", según explicó a finales de febrero el presidente de Aena, Mauricio Lucena, en una conferencia al Círculo de Economía donde dio a conocer cómo sería el nuevo edificio.
Respete la posible ampliación de la pista mar, la opción es que se haga 500 metros hacia el este pero supondría invadir una zona protegida por la Red Natura 2000. De hecho, todavía no hay una decisión tomada ni tampoco consensuada con el territorio. Esta pista es más corta e impide a los aviones de gran fuselaje –cada día más necesarios para acontecer 'hub'- utilizarla para hacer los despegues y hace que tengan que usar la del costado tierra, más larga y destinada a los aterrizajes. Justo quince días antes de la aplicación del estado de alarma, el Aeropuerto contaba con más de 212 destinos, de las que 166 eran europeas y 33 intercontinentales.
En el caso del aeropuerto del Prat, después de la activación del estado de alarma, llegó a perder el 99,4% de los pasajeros habitual en abril. El año pasado, las instalaciones cerraron con más de 52 millones de viajeros, una cifra que no podrá repetir este año, después de años de incrementos que ya se acercaban al límite de la plena capacidad de la T-1.