El aeropuerto de Lleida-Alguaire cerrará el año multiplicando por cinco el número de operaciones, pasando de las 6.000 del año pasado a las 30.000 de este 2019. Este aumento se justifica por la estrategia de apostar por la escuela de vuelo y el mantenimiento de aviones, tal como ha explicado el delegado del Govern en Lleida, Ramon Farré, en el encuentro navideño con los medios.
Farré ha explicado que esta estrategia permite tener a entre 30 y 35 personas trabajando cada día en el aeropuerto, entre pilotos, ingenieros y personal de mantenimiento. Lo celebra porque el objetivo del aeropuerto "no es sólo ser una plataforma porque lleguen esquiadores y marchen sino que hace falta que genere actividad de alto nivel a las Terres de Lleida". A pesar del aumento de operaciones, Farré ha asegurado que no hay colapso aéreo. Eso sí, ha dicho que "estamos colapsando indirectamente el aeropuerto del Prat porque dependemos de su control aéreo".
Farré ha asegurado que la ausencia de los vuelos de Thomas Cook, a pesar de que hace cinco años habría sido un problema, ahora "no es ningún drama" para Lleida puesto que aportaba unas 50 operaciones anuales. Además, ha anunciado que la estrategia del mantenimiento de aviones seguirá de cara al año que viene, con la construcción de dos nuevos hangares.
El año 2019 "ha supuesto que el aeropuerto de Alguaire despegue de manera definitiva" y ha añadido que han pasado unos 60.000 pasajeros entre aviación general y aviación comercial. En cuanto al balance económico, Farré ha reconocido que el aeropuerto seguirá teniendo pérdidas, "pero menos". Hace cinco años cerraba con seis millones de pérdidas anuales y este año bajará a tres. "Tenemos que pensar que los aeropuertos tienen un proceso de maduración muy largo", ha recordado.