Agosto en la Bolsa: del lunes negro a la recuperación

Es probable que la volatilidad continúe siendo una constante, pero con un sesgo positivo si las políticas monetarias se mantienen favorables

El 30 de julio, el Ibex se encontraba en los 11.202 puntos y el 5 de agosto, el índice ya había sufrido una caída del 7,2% | iStock El 30 de julio, el Ibex se encontraba en los 11.202 puntos y el 5 de agosto, el índice ya había sufrido una caída del 7,2% | iStock

Este mes de agosto ha estado marcado por un sacudón inesperado en las bolsas. El 30 de julio, el IBEX se encontraba en los 11.202 puntos y de repente, el lunes 5 de agosto, el índice ya había sufrido una caída del 7,2%, haciendo saltar las alarmas. Se temía un hundimiento de los mercados. A pesar de ello, con toda la prudencia, sugerimos mantener la calma, pensando que la caída podría ser una corrección temporal y que no había indicios claros para una alarma generalizada. Este tuit que compartí intentaba expresarlo: “El agosto bursátil ha comenzado con caídas... aun así, las previsiones económicas son buenas así que, de momento, no hay que alarmarse”. Ahora ya ha vuelto la calma y en las últimas semanas el IBEX ha recuperado casi toda la pérdida, situándose alrededor de los 11.087 puntos, solo un 1% por debajo de los niveles de finales de julio.

¿Y qué puede pasar a partir de ahora? Como siempre, hay que recordar que los economistas no tenemos una bola de cristal para acertar el futuro y, por tanto, hacer previsiones es una actividad de mucho riesgo. En cualquier momento pueden producirse hechos que hunden las previsiones. Como decía el Premio Nobel de Economía Niels Bohr en una frase que también se atribuye a Mark Twain: “Prever es muy difícil, especialmente si se trata del futuro". Con estas dosis de humildad, se pueden apuntar algunas estimaciones.

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A escala global, las tensiones geopolíticas continúan siendo un gran factor de riesgo para los mercados. Los datos de crecimiento económico en Estados Unidos han mostrado signos mixtos, con una economía que aún crece pero a un ritmo más moderado. Esta situación ha hecho que muchos inversores estén a la espera de la decisión de la Reserva Federal Norteamericana (Fed) sobre los tipos de interés que, de momento, ha mantenido en niveles altos.

En Europa, la economía está mostrando signos de desaceleración, especialmente en Alemania, que ha sido tradicionalmente el motor económico del continente. Esto explica que estén bajando las exportaciones. De todas maneras, el Banco Central Europeo (BCE) ya inició hace unos meses una tímida bajada de los tipos de interés, que ha ayudado a mantener un cierto nivel de confianza.

El BCE ya inició hace unos meses una tímida bajada de los tipos de interés, que ha ayudado a mantener un cierto nivel de confianza

En Catalunya, la actividad económica está creciendo por encima de lo previsto, con buenos datos del turismo y creación de empleo, pero las exportaciones del primer semestre son un 5,3% menores a las del mismo período de 2023. Por otro lado, el índice de precios al consumo (IPC) ha mostrado una tendencia a la baja, lo cual es positivo.

De cara a los próximos meses, la evolución de los mercados bursátiles estará muy ligada a las decisiones de las principales autoridades monetarias, especialmente la Fed y el BCE. Mañana en Jackson Hole (Wyoming, Estados Unidos) Jerome Powell, presidente de la Fed hará una importante intervención. Si comunica que prevé bajar pronto los tipos de interés, podríamos ver un nuevo impulso en los mercados. Esto podría compensar los factores de riesgo actuales, como la desaceleración económica en Europa y las incertidumbres geopolíticas.

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En este contexto, es probable que la volatilidad continúe siendo una constante, pero con un sesgo positivo si las condiciones económicas y las políticas monetarias se mantienen favorables. En definitiva, aunque este agosto ha comenzado con turbulencias, el panorama a corto plazo se ha tranquilizado. Habrá que seguir de cerca la evolución de la actividad económica, la inflación y los tipos de interés, los riesgos geopolíticos (Ucrania-Rusia, Israel-Hamás...) y si no empeoran de manera significativa, podríamos ver una evolución favorable en los mercados. De todas maneras, habrá que ver qué pasa en septiembre, que habitualmente no es un mes bueno para las bolsas. Como decía Benjamin Graham: “Mr. Market es un loco a corto plazo, pero recupera su cordura a largo plazo”. Crucemos los dedos.

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