La Federació de Cooperatives Agràries de Catalunya ha emitido un grito de alerta por el impacto de la sequía. El organismo apunta que la falta de agua provocará una reducción de la producción de uva de un 60% de media en toda Catalunya. Esta cifra se incrementa hasta el 80% en las comarcas del Penedès y el Alt Camp. El escenario es más favorable en el Empordà y la Terra Alta, donde los efectos de la sequía pueden ser insignificantes, según los cálculos de la FCAC.
En este sentido, el organismo apunta que el estrés hídrico es el principal causante de la muerte de las cepas y el consiguiente abandono de las plantaciones. El sector denuncia que menos uva es igual a mayores costes fijos y dudas sobre la viabilidad del negocio. Los colectivos afectados solamente contemplan aportaciones directas de la Generalitat para acabar con el endeudamiento de los viticultores.
Para minimizar el impacto, la Federació de Cooperatives Agràries de Catalunya insta a las administraciones a prever y establecer ayudas directas para combatir la falta de producción y, a la vez, garantizar la sostenibilidad del tejido productivo. En otro orden, Unió de Pagesos advierte que las bodegas llegan a la actual situación con un bagaje de tres años de reducción de la producción. La previsión es que muchos viñedos lleguen a la cifra de 4.000 kg/hectárea, lejos de una explotación de 10.000 kg.