Donald Trump nos afecta a todos. Si el 4 de julio es el Día de la Independencia de los Estados Unidos, el día siguiente es la jornada de reflexión: de donde venimos y hacia donde vamos. "El presidente Donald Trump es la consecuencia natural del impacto de la gran recesión de los Estados Unidos", ha asegurado el economista y colaborador de VÍA Emprendida, Ivan Aguilar, en un almuerzo organizado por el diario digital e IberCaja al emblemático edificio del Gremio de Fabricantes de Sabadell. Desde buen comienzo, se ha servido el déficit comercial, la inmigración y la relación entre los Estados Unidos y Cataluña como platos fuertes.
Aguilar: "El miedo que hay es que Trump cumpla y si lo hace, entraremos seguro en recesión"
Las grandes crisis económicas lo hacen temblar prácticamente todo: el sistema financiero internacional cayó, el crédito bancario se quedó sin liquidez y el comercio internacional seresintió. La bandera norteamericana siguió ondeando y después de dos mandatos del expresidente Barack Obama, el empresario Donald Trump llegó oficialmente a la Casa Blanca el 20 de enero de 2017. Cargado de prometidas, con barras y estrellas, entre las cuales destaca una reducción del déficit comercial del 25% a través de aranceles.
En este sentido, Aguilar apunta que "el miedo que existe es que Trump cumpla y si lo hace, entraremos todos seguro en recesión". De momento, el presidente norteamericano ya ha puesto en marcha la maquinaria para validar su poder, aplicar políticas arancelarias con cualquier aliado o enemigo y romper así con el reglamento de la organización mundial de comercio.
"Los superávits y los déficits comerciales se han puesto en el centro del debate político", ha recordado el economista ante la atenta mirada de representantes de las patronales y empresas más importantes de Sabadell cómo son el Gremio de Fabricantes, el Centro Metalúrgico, Ceisc, Texfor o Mikalor, entre otros.
El gol del comercio
Partidario de romper tópicos y también relatos mediáticos, Aguilar critica que "hay la manía de convertir el comercio en un equipo de fútbol". Y además, con resultado equivocado: ni los países con superávit comercial son los bonos, ni aquellos con déficit comercial son los malos. No se tienen los flujos comerciales o los salarios en cuenta. Pero, a parecer suyo, es precisamente esta máxima "de orgullo nacional" la que activa el populismo de derechas y acaba hablando de inmigración.
Aguilar: "Hay la manía de convertir el comercio en un equipo de fútbol"
"La inmigración es clave por la innovación", alerta. Por qué? El especialista en bancos centrales y sistemas monetarios lo tiene muy claro: la inmigración es el capital humano que se tiene y el capital humano es clave para innovar. Dedo así, parece una sencilla regla de tres capaz de hacer levantar todo Silicon Valley como estadio más emprendedor y rupturista de todo el mundo. "Si no tienes una sociedad muy abierta con la inmigración, no es posible encontrar las habilidades adecuadas para innovar", insiste.
El precedente del Japón es bastante significativo: "del banco del mundo" pasó a "uno de los déficits comerciales más grandes del planeta". Cómo era de esperar, hubo entremedias una crisis bancaria capaz de convertir en doliendo aquel país que era considerado como bono y en sólo tres meses. Desafortunadamente por sus intereses, nofaltaron un tipo al 0% como tampoco un efecto envejecimiento capaz de reducir la base de capital humano después de la generación baby boom y de retruque, la innovación.
Quién sabe si el pasado japonés acaba siendo el futuro presente de los Estados Unidos y por contagio, de la Unión Europea... Mientras tanto, el Brexit también juega su propio partido con "negociación compleja", inestabilidad política y puntualidad británica.
De los Estados Unidos en Cataluña
En Cataluña, el comercio también hace goles en forma de superávit. "No hay nada mejor a la vida que poder facturar sin endeudarse", predica Aguilar. La economía catalana "crece a buen ritmo" pero el paro sigue siendo elevado, a pesar de que por debajo del 12%. Precisamente esto es el que hace difícil subir los salarios, tal como se hace en los Estados Unidos a partir del 6% o el 7%.
Con los datos en la mano, el analista recuerda que el 50% de todas las exportaciones catalanas dependen de un total de 30 empresas, entre las cuales figuran Seat, Covestro, Basf o Grífols. De hecho, hay una especial concentración en el sector manufacturer. Todavía más: Cataluña exporta por valor de más de 200 millones de euros en los Estados Unidos, el que supone alrededor de un 5% del total catalán.
El 50% de todas las exportaciones catalanas dependen de 30 empresas
Así pues, según Aguilar, los efectos de la política Trump en Cataluña vendrían por dos lados: efectos localizados que harían collar precios a proveedores o no directamente no vender en los Estados Unidos a la vez que efectos de segunda ronda por la unión monetaria. Es decir, las relaciones entre los dos máximos socios industriales catalanes como son Francia y Alemania con los Estados Unidos afectarían también en Cataluña. Por si acaso, la Comisión Europea ya ha publicado un documento sobre las posibles represalias quehabrá si Trump pasa de la amenaza arancelaria a una realidad de barreras.
Y de cara a los emprendedores, Aguilar aconseja "mirar más en Frankfurt y Londres" que a Silicon Valley. Las comparaciones son odiosas pero son: la diferencia de salarios medianos entre San Francisco y Barcelona en una empresa tecnológica puede rondar los 260.000 euros. Y augura: "La disrupción de verdad vendrá con la inteligencia artificial Y la programación cuántica".
Por mal de muchos y consuelo de pocos, una (grande) guerra comercial is coming... Y vale más poner de fondo The American Amnesia y recordar la crítica que el profesor norteamericano de Yale, Jacob S.Hacker, ha hecho por VÍA Emprendida: "La visión de Trump del Make America Great Again es diametralmente opuesta a cómo América se ha hecho grande". De nuevo, más barras y algo menos de estrellas.
El arte de convencer Trump
"Donald Trump es imprevisible", espeta Aguilar de nuevo. Tan imprevisible que se puede pelear al mismo tiempo con la UE, México, el Canadá y la China por una cuestión de aranceles. Tan imprevisible que le puede regalar una foto y un apretón de manos de manso a Kim Jong-Uno "sin nada a cambio". Tan imprevisible que el también analista de Trumponòmics, incluso considere "la posibilidad que todo ello esconda una presión de Trump sobre la China por Corea del Norte".
Con Obama esto no pasaba, que dirían desde la tribuna del mundo. Al menos, una guerra comercial a gran escala era "impensable". Según Aguilar, "las relaciones internacionales son poder en estado puro y confianza. Las guerras empiezan cuando la confianza se rompe..." Y esto que tanto a la diplomacia como la vida, la confianza es difícil de ganar y muy fácil de perder.
Así pues, cuáles son las claves para traerse bien con Trump? El colaborador de VÍA Emprendida lo tiene claro: "Siempre se tiene que quedar con la sensación que es él quien manda. Tienes que conseguir que fàci aquello que quieres pero que piense que sigue mandando". Si el filósofo alemán Arthur Schopenhauer que publicó una serie de obras bajo el nombre del arte de... sepusiera a reflexionar, seguramente escribiría El arte de convencer Trump y hacerle creer que manda.