Más tecnología, sí, pero como afecta esto el futuro del trabajo? Con esta pregunta abierta el periodista Martí Saballs ha inaugurado la mesa redonda de la MWeek BCN sobre el mercado laboral a la era digital. "Soy periodista y no sé muy bien qué es", ha bromeado. Ante una actualidad incierta regida por la deslocalización, la automatización y la economía colaborativa, la CEO de Social Caro, Mar Alarcón, tiene muy claro cómo será el futuro: "No hablaremos de trabajos sino de fuentes de ingresoso actividades económicas". Aquello de un trabajo por toda la vida ha quedado obsoleto.
"Nos tenemos que preocupar? Nos tenemos que ocupar y pensar qué somos", ha reflexionado Joan Clotet, responsable de innovación en talento de Ferrovial. Mucho en la línea humanista de la conversació previa entre Aleix Valls y Marc Vidal (humanos más humanos y máquinas más máquinas), el socio fundador de Future For Work Institute, Jordi Serrano, defiende que "se tiene que apostar por trabajos de valor añadido" y recuerda que las asignaturas de humanidades ya son obligatorias en el Massachusetts Institute of Technology (MIT).
Clotet: "No tenemos que sacar el trabajo a los robots"
Parece una paradoja pero no lo es, Clotet se muestra convencido que "el primero que tenemos que hacer es no sacar el trabajo a los robots" a la vez que invertir en las personas en cuanto que personas. Su pronóstico es bastante claro: "Nuestros hijos trabajarán en cinco lugares diferentes". La metáfora de Serrano también: "El trabajo está cambiandode autopista a montaña rusa".
Lehman Sisters
La CEO de Social Puesto que coincide con este juego de palabras de poner la ocupación por ante la preocupación. "Nada es fácil ni nada es gratis pero nos tenemos que crear oportunidades", ha asegurado. Consciente de todo el que tiene que llegar, Alarcón ha creado una compañía "adaptable" que permite compaginar la vida de los trabajadores con sus respectivas aficiones. Empezando por la suya: "Tengo una startup, tres hijos y estudio un máster en criptomonedes".
Una declaración que la consultora independiente Mar Gaya ha aprovechado para situar las mujeres al epicentro del azulejo tecnológico. "El mercado discrimina por razón de género y según como podemos a llegar a crear algoritmos con sesgo", ha alertado. Los datos ponen de manifiesto que las mujeres suponen un 60% del total que finaliza una carrera universitaria pero en tecnología sólo llegan al 20%. "La meritocràcia pura no existe y no partimos todos del mismo lugar", ha añadido.
Gaya: "Hubiera pasado todo el que ha pasado si en lugar de Lehman Brothers fuera Lehman Sisters?"
Y para conseguir transformar esta situación, Gaya apuesta para romper con el estereotipo de género que con sólo 5 años ya hace su trabajo: "Empezamos a trabajar la educación desde P3 y no a los 16 años". Ni dinosaurios por los niños ni princesas para las niñas, tecnología para todos. Casualidad o no, a Social Puesto que el primer desarrollador fue una desarrolladora.
En clave de género, con ironía y entre aplausos, la consultora independiente ha preguntado: "Habría pasado todo el que ha pasado si en lugar de Lehman Brothers fuera Lehman Sisters?"
Cuchillo, sofrito y sangria
"La tecnología es un cuchillo que puede hacer un gran sofrito o matar alguien", ha espetado Gaya. Según la consultora, no se trata de conciliación sino de equilibrio puesto que el 90% de la reducción de jornada es femenina y no descarta que se acabe hablando de triple o quatriple jornada si no se hace nada para pararlo. De este modo, ha expuesto que "si no damos un paso previo de responsabilidad de cura entre hombres y mujeres, la tecnología puede ser peor".
Raventós: "No sabemos qué lugares de trabajo se crearán pero sí los que se destruirán"
Igual de crítico con la alabanza utópica a la tecnología se ha mostrado el doctor en Economía de la Universitat de Barcelona, Daniel Raventós, que ha advertido que "un profesor de informática también se tendría que preocupar por su futuro". Y es que, a su parecer, la revolución de la automatización del trabajo pone en riesgo los lugares de trabajo menos cualificados pero también los más calificados. "No sabemos qué lugares se crearán pero sí los que se destruirán", ha añadido.
Partidario de la renta mínima garantizada, Raventós ha recordado aquella máxima de John Maynard Keynes que emplaza a los trabajadores a "hacer trabajos interesantes y no cosas estúpidas". Y sobre hacer pagar impuestos por los robots, la respuesta ha sido contundente: "Mientrashaya paraísos fiscales ya podemos hablar de robots y cachondeos de estas. Los paraísos son una auténtica sangria".
Contagio de curiosidad
Para todo ello, l'educación también es clave. En muchos sentidos: tanto para reducir el sesgo de género como para luchar contra la precariedad o el fraude o reducir la desigualdad a las ciudades. A guisa de ejemplo, la esperanza de vida entre nacer en un barrio u otro de Barcelona es de 11 años. Precisamente por eso, Sara Díaz en representación de Barcelona Activa ha reivindicado que "tenemos que despertar el pensamiento TIC y hay de haber mucha más dialéctica entre instituciones, empresas y universidades".
Entre las competencias más muy valoradas se encuentran el pensamiento crítico, el trabajo en equipo o la curiosidad. De la mano de un estudio de Future For Work Institute en colaboración con InfoJobs y Factor Humano, Serrano ha asegurado que "la curiosidad es contagiosa". O el que es el mismo, más formación implica también más curiosidad que a la vez también afecta el mercado laboral. "Ocuparse quiere decir formarse, tener curiosidad y ser inquieto", ha añadido Alarcón.
Mientras tanto, una artista como Maria Calvet no ha perdido de vista ninguno de los expertos y ha hecho valer curiosidad y creatividad para ilustrar el trabajo a la era digital para la posteridad. Y esto que como decía el físico Niels Bohr: "Hacer predicciones es muy difícil, especialmente cuando se trata del futuro".