Más allá de la fama lograda por la película de Carla Simón, que refleja la realidad de las explotaciones de fruta, Alcarràs, en la comarca del Segrià, presenta otro dato muy significativo: es el segundo municipio europeo con más densidad ganadera. La cifra, que podría ser tratada como un problema, ha servido de empujón para afrontarla como una oportunidad. Es parte del viaje que ha hecho la Sociedad Agraria de Transformación (SAT) Alcarràs Bioproductors, formada por 150 familias ganaderas del Segrià, dedicadas al porcino y al vacuno, que representan a 160 granjas. De la necesidad de gestionar los excedentes de los animales, en forma de purines o deyecciones ganaderas, la asociación constituyó hace más de una década una planta de compostaje. Ahora, el foco lo ponen en construir una de biogás, iniciativa que ha contado con un préstamo del Instituto Catalán de Finanzas (ICF). El apoyo del organismo de la Generalitat de Catalunya facilitará la transformación de los residuos ganaderos en subproductos o se utilizarán como base para producir energía renovable.
"Desde un inicio nos planteamos la necesidad de resolver una problemática que teníamos con las deyecciones y lo hicimos dándole una vuelta, comprando una finca de 10 hectáreas para abocar los purines". Así explica los inicios de Alcarràs Bioproductors su administrador, Jordi Jové. "Nuestros técnicos nos recomendaron que la mejor instalación posible en aquel momento para gestionarlos era una planta de compostaje". Aquella actividad ha permitido que la agrupación de ganaderos transforme el residuo inicial en un biofertilizante, autorizado por el Ministerio de Sanidad. Este nuevo producto, que se puede transportar porque ya no es contaminante, está englobado en la gamma Prémium, que la agrupación comercializa en un radio de 100 kilómetros del Segrià, pero también exporta a Francia o al norte de África.
Los subproductos que elabora Alcarràs Bioproductors se han posicionado incluso en el mundo de la jardinería, donde han encontrado un nicho de mercado y valor añadido. Paralelamente, la entidad colabora y ha efectuado alianzas con universidades y centros de investigación para investigar nuevos usos de estos elementos derivados de las deyecciones ganaderas.
Alcarràs Bioproductors está trabajando en la construcción de una planta de biogás, que ayude a convertir el gas de las deyecciones ganaderas en electricidad
Del biogás al biometano
Después de que se haya consolidado el model de la planta de compostaje, Alcarràs Bioproductors está trabajando en la construcción de una planta de biogás, que ayude a convertir el gas de las deyecciones ganaderas en electricidad. Para hacerlo posible, a través de la cogeneración, la agrupación se está constituyendo como comunidad energética local. Jové explica que "la normativa actual solo permite compartir la energía generada en un entorno de 500 metros, mientras en otros países europeos se puede hacer en un radio de 20 kilómetros". El objetivo, en el momento en que se flexibilice la legislación, es que todos los socios de la SAT se puedan beneficiar de la producción energética.
En el marco de este propósito es donde se enmarca el préstamo de tres millones de euros otorgado por el ICF, destinado a la construcción de una planta de biogás. El proyecto, que parte del mundo local y es dirigido a un entorno de proximidad, aspira a reconvertir 70.000 toneladas anuales de subproductos generados por el ganado en energía que nutrirá tanto la red eléctrica como las mismas explotaciones familiares.
En relación con el préstamo, Jordi Jové señala que "supone un aval de confianza para sacar adelante el proyecto". De hecho, la financiación del ICF representa un 75% del importe total de la planta de biogás. Respecto a las posibilidades que ofrece la banca tradicional, el administrador de Alcarràs Bioproductors indica que "valoramos los plazos más flexibles y dilatados en el retorno de los préstamos, lo que denota una inquietud de carácter social y de interés general hacia el proyecto". Además, Jové habla "de un trato profesional, resolutivo y próximo".
Jordi Jové: "El préstamo del ICF supone un aval de confianza para sacar adelante el proyecto"
Con el objetivo de lograr una rentabilidad más alta, la agrupación de ganaderos quiere dar un paso adelante y crear una instalación complementaria: una planta de biometano, que ofrecería una estabilidad de precios superior a la de la electricidad. Así, el biogás y el biometano proceden de la misma materia prima: el gas. En el primer caso, la energía se obtiene de la quema, mientras que en el segundo lo hace mediante la purificación. A la vez, Alcarràs Bioproductors analiza la posibilidad de transformar el gasóleo que consumen los tractores de los ganaderos en biometano.
Jové defiende un modelo de actividad transformadora, innovadora, que impulsa la conversión de 70.000 toneladas de deyecciones ganaderas, sin generar residuos y erigiéndose en un ejemplo total de la economía circular. En este sentido, recuerda que las diferentes plantas, tanto la de compostaje como la de biogás, no tienen ningún tipo de oposición política o vecinal. La previsión es que la de biogás se ponga en marcha durante el mes de septiembre, mientras que la de biometano lo haga en 2025 o 2026. Hasta que se resuelvan los trámites burocráticos y los plazos administrativos, hay 150 familias ganaderas que ya ceden entre un 40 y un 50% de sus residuos para producir energía renovable. El resto, además de servir para abonar los campos de cultivo, también se utilizan para la elaboración de subproductos de alto valor añadido con vocación exportadora.