El mundo de la cultura se ha instalado este año 2020 en un permanente estado de incertidumbre. Esta es la primera palabra que sale de la boca de cantantes, actores y artistas que están sufriendo los efectos colaterals de la pandemia de la Covid-19. El confinamiento, el cierre de espacios culturales, la reducción de aforos y las limitaciones de movilidad están teniendo un fuerte impacto en su actividad habitual. Desde el mes de marzo han visto cómo se cancelaban actuaciones, giras y bolos, y reprogramarlos se ha convertido en una tarea casi heroica, siempre pendientes hasta el último minuto de si se podrán llevar a cabo.
El pasado verano se pudieron llevar a cabo algunas iniciativas como el festival Cruce XXS o las fiestas de la Merced, donde se priorizó la contratación de artistas locales. Pero el otoño ha sido complicada, marcada de nuevo por las restricciones. Por eso, para muchos artistas, las fiestas de Nadal se presentan como una pequeña oportunidad de recuperarse en un año que está siendo dramático por el mundo de la cultura. Con las salas de teatro y de conciertos de nuevo abiertas, se han podido programar conciertos y temporadas de Nadal, un auténtico oasis en un año desértico. "El diciembre está siendo una locura, porque todo el mundo intenta hacer todo el que puede este mes", explica Helena Bagué, una de las componentes del grupo infantil El Bote Pequeño. Ellos son unos de los "afortunados" que viven Navidad como la oportunidad de rehacerse de un año en que han visto cómo se los cancelaban más de un centenar de actuaciones de una gira que antes del inicio de la pandemia ya tenían cerrada.
"La situación nos ha afectado mucho. Reprogramamos conciertos de marzo en mayo, que también se anularon, y también nos hemos pasado todo el mes de noviembre parados. Algunos conciertos los hemos reprogramado 3 y 4 veces", explica. Todos estos cambios y cancelaciones los han supuesto unas pérdidas del 75% de los ingresos respecto de los que hicieron en 2019. Y si bien han intentado probar nuevas fórmulas como los conciertos en linea, la realidad es que la situación se ha hecho especialmente grave por los músicos y técnicos que los acompañan, algunos de los cuales se han tenido que buscar otros trabajos para poder subsistir.
"Nosotros aprovechamos el confinamiento para escribir nuestro segundo libro 'Piratas rodamons', que ha sido un éxito de ventas", explica Helena del Bote Pequeño, "y ahora tenemos la esperanza de poder hacer la temporada al Poliorama, del 26 de diciembre al 10 de enero", añade, recordando que a pesar de todo, el aforo sólo será del 50%.
"Con la mitad de aforo, quién puede sobrevivir?", se pregunta la actriz Rosa Andreu, secretaria de la Asociación de Actores y Directores Profesionales de Cataluña. Desde el sector de las artes escénicas ven con preocupación la reducción de aforos y las restricciones de movilidad, que están haciendo echar atrás mucha gente que iría al teatro y no lo hace por estos impedimentos. "En Barcelona todavía podemos, con suerte, hacer un mes y medio de temporada, pero todas las giras y bolos por Cataluña han caído", explica. Y a todo esto hay que añadir el miedo de muchas personas y también la confusión ante los mensajes que, por un lado, recomiendan no salir de casa y, por la otra, animan a apoyar a la cultura. En octubre, el sector de las artes escénicas registró una caída del 60% en las ventas de entradas anticipadas.
Los artistas critican la confusión ante los mensajes que, por un lado, recomiendan no salir de casa y, por la otra, animan a apoyar a la cultura
Por su parte, la cantante Magalí Sare asegura sentirse "una afortunada" porque ha podido seguir haciendo conciertos cuando las medidas lo han permitido. "Mi perfil no es el de mover masas sino de conciertos de pequeño formato, y gracias a esto he podido salvar el verano", explica Sare, que ha sido la voz del tema musical del anuncio de Estrella Damm.
Sare también tiene programadas algunas actuaciones durante Nadal, en solitario y con su Cuarteto Mèlt. Pero la reducción de aforos en salas que habitualmente ya tienen poco público, hace que muchos bolos acaben siendo inviables. En este sentido, lamenta que algunas decisiones del Gobierno "sean erráticas y apresuradas" y que no haya bastante ayudas por el mundo de la cultura. Y a consecuencia de esto, también está observando cómo muchos músicos y técnicos están empezando a trabajar en otros sectores.
Reprogramación y nuevos contextos
Otro caso es lo de los leridanos Uënsdei, un grupo de pop folc que también han visto como la mitad de los conciertos que habían programado para presentar su último álbum "Mudanza" han sido cancelados o aplazados. Durante todos estos meses, la principal batalla del grupo ha sido la de conseguir que las actuaciones canceladas se pudieran reprogramar. "Hemos mirado de mantener el contacto con los programadores e ir abriendo nuevas oportunidades", explica Mònica Guiteres, cantante del grupo.
Cómo tantos y tantos otros artistas, también han mirado de buscar nuevas iniciativas para mantener viva su presencia y el contacto con sus seguidores. Así, este año Uënsdei ha participado en una producción de 200 botellas de la cerveza artesana "Mudanza", que trae la portada del disco a la etiqueta. Así también han podido colaborar con productores locales y apoyarse mutuo. Además, el grupo, integrado por cinco personas, se ha adaptado a un formato de sólo tres para poder ofrecer su espectáculo en salas de pequeño formato o nuevos espacios donde poder actuar.
Una de las acciones que los han ayudado durante estas fiestas es la que ha llevado a cabo La Paeria de Lleida, que para promocionar los artistas de Ponente los ha invitado a participar en un Villancico cantado. "Es importante que pasen cosas y que nuestros seguidores sepan que, si no se pueden hacer conciertos, pueden conectar con nosotros otras formas", explica.
Iniciativas públicas para ayudar los artistas locales
En el ámbito público, se han llevado a cabo otras iniciativas como por ejemplo la recuperación del Barcelona Distrito Cultural, que promueve el Ayuntamiento de Barcelona y que ha servido para programar artistas locales en centros cívicos y otros espacios.
A principios de diciembre, la Asociación de Sales de Conciertos de Cataluña (Asacc) y la Consejería de Cultura de la Generalitat impulsaron el proyecto 'SALA CAT' para reactivar el circuito de conciertos en directo a sala. El objetivo de la campaña es "apoyar y generar actividad entre los agentes de la cadena de la música en directo. En el marco de esta campaña, se han programado más de 80 actuaciones de artistas como Albert Pla, Dani Nel·lo, Ebri Knight, Gemma Humet, Mazoni, Mishima, Myriam Swanson o Roger Mas a una cuadragésima de salas de 15 municipios de Catalinya, como por ejemplo La Mirona, Salamandra, Sidecar, Stroika, El Clap o El Café del Teatro. El departamento destina 250.000 euros, a través de una subvención excluida de concurrencia, y para recibir la ayuda las salas tendrán que hacer como mínimo dos conciertos y como máximo seis, con un aforo inferior al 50%.
También el Instituto de Cultura de Barcelona ha creado un espacio con toda la información sobre las medidas y el apoyo específico al tejido cultural ante la crisis generada por la covid-19, que se puede consultar en este enlace.
Por otro lado, el pasado mes de mayo, la directora gerente de Dagoll Dagom, Anna Rosa Cisquella, animó al sector empresarial a regalar entradas de teatro o equipamientos culturales a sus trabajadores por Nadal cuando se prevé que conciertos y teatros vuelvan a abrir definitivamente el telón.
Un inicio del 2021 que se presenta desierto
Pero el peor todavía está para venir. "El año que viene hace mucho miedo, porque se presenta desierto. De enero a marzo está todo parado, y las únicas cosas que tenemos previstas son reprogramaciones de conciertos que teníamos que hacer este año", explica Helena con evidente preocupación. "Tenemos que aprovechar la temporada alta de Nadal porque después se prevé que vendrá un valle y no sabemos qué pasará", añade Magalí Sare.
Sare: "El año que viene hace mucho miedo, porque se presenta desierto"
"Del futuro, nadie sabe nada", dice Rosa Andreu, que a pesar de que las últimas semanas ha podido hacer varias funciones del espectáculo 'Vida de pescado', de cara al 2021 no tiene el primero bolo hasta el 28 de febrero. Y hasta entonces, nada. En este sentido, también lamenta que, además de algunas campañas de apoyo a la cultura local, las administraciones no promuevan ayudas por el sector cultural.
Mònica Guiteres explica que su grupo tiene la esperanza de estar programado a los conciertos que se hacen durante la primavera y el verano, "pero ahora, de momento, no tenemos nada". Por la cantante de Uënsdei, es muy importante que se promuevan "los conciertos de pequeño formato, porque somos muchos grupos los que nos dedicamos, y estos se pueden seguir haciendo, y también al aire libre". Y sobre todo, reclama de las autoridades "más valentía a la hora de tomar medidas y que se valore la cultura como un espacio seguro".