Representatividad institucional, lucha contra la morosidad abusiva, flexibilidad laboral y fiscalidad diferenciada para las pequeñas y medianas empresas son los ejes principales de la acción de gobierno de Antoni Cañete, presidente de la Pequeña y Mediana Empresa de Catalunya (Pimec), elegido el mes de febrero de 2021 en sustitución del veterano Josep González Sala, después de haber hecho equipo con él durante más de 15 años como secretario general de esta patronal.
Cañete es una persona optimista, extraordinariamente sociable y activa, que entró a trabajar en Pimec el año 2001 y donde solo cuatro años más tarde, en septiembre de 2005, ya era nombrado secretario general. Con este bagaje y con una oposición prácticamente inapreciable, el delfín in pectore de González Sala logró una contundente victoria electoral ante el candidato impulsado por la Asamblea Nacional Catalana (ANC), una plataforma tal vez demasiada confiada en sí misma después de haber logrado una victoria, en aquel caso muy trabajada, en las elecciones de la
Cañete se convertía entonces en el segundo presidente de la Pimec después de la fusión con la Sociedad de Estudios Financieros, Económicos y Sociales (Sefes), producida en 1997, y en el primero que accedía después de un largo aprendizaje interno de trabajo de casi 20 años de duración en la propia institución.
Inicialmente, Sefes había sido una organización patronal creada bajo inspiración de Foment del Treball Nacional con un ámbito de acción centrado en la comarca del Baix Llobregat
A sus inicios, Sefes había sido una organización patronal creada bajo inspiración de Foment del Treball Nacional con un ámbito de acción centrado en la comarca del Baix Llobregat, que empezó funcionando como sociedad anónima hasta que en 1987 cambió sus estatutos y se convirtió en patronal. Su vinculación a Foment quedó suspendida en el momento que sus dirigentes quisieron superar su territorio original de referencia y actuar en otras comarcas de Catalunya.
La fusión fue producto de un pacto muy trabado entre ambas entidades, que, por un lado, modificó la evidente proximidad de Pimec, fundada en 1975, con la vieja Convergència Democrática de Catalunya, fundada por Jordi Pujol un año antes en el monasterio de Montserrat, y, por el otro, amplió el área de influencia de Sefes, hasta entonces poco presente en la ciudad de Barcelona. Sefes había sido fundada en 1976.
Según personas conocedoras de aquel proceso de fusión, Pimec aportaba una excelente red de relaciones institucionales, mientras que Sefes una economía suficiente saneada y una organización interna suficiente eficiente. La operación también sirvió para distanciar y distinguir liderazgos políticos de liderazgos empresariales, teniendo en cuenta que tanto el presidente Agustí Contijoch, que firmó la fusión con Sefes, como los tres presidentes de Pimec anteriores a la fusión (Carles Sumarroca, Sebastià Alegre y Josep Lluís Rovira) fueron empresarios de prestigio y militantes de primera hora de Convergència.
Entre los pactos acordados por el presidente González Sala en nombre de Sefes y Contijoch, fallecido en 2002, como presidente de Pimec, figuraba que la presidencia de la nueva organización pasaría a Sefes y que el nombre definitivo de la organización, pasado un tiempo, sería solo Pimec. González estuvo al frente de la organización hasta que las circunstancias permitieron dejar el cargo en manos de su hombre de confianza.
La eterna lucha por la representatividad
Actualmente, Pimec cuenta con unos 146.000 afiliados, se muestra satisfecha con el actual mapa patronal catalán, en el cual hay representadas dos organizaciones empresariales (Pimec y Foment) con el 50% de la representatividad y reclama que las pymes también estén representadas con voz propia en España.
El pacto catalán de representatividad data del año 2019, y fue firmado por Pimec, Foment del Treball (matriz de la CEOE) y el Departament de Treball de la Generalitat. Es debido a esta carencia que el presidente Cañete acusa a la CEOE de quererse atribuir la representación de todo el empresariado catalán y reprocha en unas recientes declaraciones "no haber hecho todavía la transición".
Cañete, junto con otros empresarios y empresarias de todo el país, ha impulsado Conpymes, una confederación de pymes a nivel estatal
Además de su trabajo en Catalunya, Cañete, junto con otros empresarios y empresarias de todo el estado español, ha impulsado Conpymes, una confederación de pymes a nivel estatal que ha conseguido éxitos significativos, como la entrada en el Consejo Estatal de la Pyme y el Observatorio Estatal de la Morosidad Privada.
Este movimiento marca un cambio en el panorama de la representación empresarial en España, tradicionalmente dominado por la CEOE y la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME), integrada a la CEOE y en competencia histórica con Pimec.
En este contexto, en el decurso de la última Asamblea General Ordinaria de la entidad celebrada el pasado mes de mayo, Cañete celebró que Pimec "sea la primera y única organización patronal de ámbito autonómico con representación en el Consejo Estatal de la Pyme", donde finalmente una patronal de ámbito autonómico podrá ocupar una vocalía.
Según Cañete, "un hito histórico y de justicia democrática con las pequeñas y medianas empresas catalanas, que nos permite estar presentes con voz propia a los espacios de toma de decisiones de la administración del Estado", que interpreta como un éxito del activismo empresarial que practicamos".
"Los abusos de poder"
Es desde esta instancia, como desde todas partes donde llega su palabra, que el presidente de Pimec pretende luchar con más eficiencia contra "las condiciones que impiden que las pequeñas y medianas empresas puedan crecer y hacerse grandes", tal y como explicaba a La Vanguardia al cabo de 100 días de iniciar su mandato, señalando que el valor de las facturas pendientes de pago por encima de 60 días en el mercado continuo era de más de 80.000 millones de euros, según datos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Otras condiciones negativas que frenan el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas son, según asegura, una morosidad calculada en una media de 193 días, un precio de la energía un 25% más cara que a Portugal, una fiscalidad inversamente proporcional al volumen de las empresas ("cuanto más pequeñas, más pagan") y un escaso porcentaje del 19% en contratación pública "cuando Europa dice que tendría que ser del 60%".
El presidente considera que cobrar facturas "a 200 días" supone un abuso de poder por parte de las empresas e instituciones que tienen una posición dominante en el mercado, que de este modo disponen de un magnífico flujo de caja, mientras las "perjudicadas" pierden margen, liquidez, competitividad, y en definitiva, viabilidad. Por eso valora el hecho de tener voz propia en el Consejo Económico y Social, que "es el Parlamento de la sociedad civil, por donde pasan las leyes de contenido económico y social antes de ir al Congreso de los Diputados", según sus palabras.
Los informes previos del Consejo, a pesar de no ser vinculantes, son obligatorios y tienen una indiscutible influencia a la hora de legislar
Efectivamente, los informes previos del Consejo, a pesar de no ser vinculantes, son obligatorios y tienen una indiscutible influencia a la hora de legislar. En este aspecto, celebra que Catalunya haya conseguido homologarse con Europa, pero califica de "anomalía" el hecho que en España, donde "el 99,8% de las empresas son pequeñas y generan un 70% de la ocupación y un 60% del PIB, su representatividad todavía no esté lo bastante reconocida".
Cañete, que también preside desde 2013 la Plataforma Multisectorial Contra la Morosidad (PMcM), con sede en Madrid, también celebró en la asamblea general de Pimec del pasado mes de mayo la aprobación del reglamento europeo contra la morosidad por parte del plenario del Parlamento de la UE. Una decisión que facilitará "el final de los plazos abusivos que minan la competitividad y la viabilidad de las pymes, afectando su productividad y capacidad de creación de ocupación", según declaró a la asamblea.
La PMcM es una confederación de patronales creada en 2008, centrada en el objetivo de combatir la morosidad e impulsar una cultura ética sobre el cumplimiento de los plazos de pago, en aplicación de la directiva europea de lucha contra la morosidad en las operaciones comerciales. La plataforma reúne alrededor de un millón de empresas españolas, con una cifra de negocio próxima a los 150.000 millones de euros, que dan trabajo a más de 4,5 millones de trabajadores y autónomos.
Otros aspectos en los que Pimec reclama reformas en profundidad son el fiscal y el laboral. En el primer caso, Cañete usa un ejemplo bastante explícito: "Si un hotel de 20 habitaciones tiene que estar sometido a la misma fiscalidad que uno de 1.000, será muy difícil que el hotel pequeño pueda crecer", tal y como manifestó a La Vanguardia.
La flexiseguridad como herramienta de competitividad
En el aspecto laboral, Pimec defiende la implantación de un sistema de flexiseguridad como instrumento capaz de potenciar la competitividad de las empresas y sus posibilidades de convertirse en más grandes, "como pasa en el resto de países europeos". La flexiseguridad, acrónimo de flexibilidad y seguridad, es un modelo de organización del mercado de trabajo, bastante desarrollado en Dinamarca, que requiere un apoyo proactivo por parte del estado y las administraciones públicas. Tiene el objetivo de garantizar la viabilidad económica de las empresas y la protección social de los trabajadores afectados.
El sistema se basa en tres principios básicos: una flexibilidad contractual pactada y fiable, un alto grado de protección social de los trabajadores temporalmente desempleados y una política de formación y reinserción laboral permanente capaz de asegurar la adaptabilidad continua de los trabajadores.
Esta apuesta, asegura Pimec, responde a la necesidad de construir un mercado laboral más adaptativo y seguro, compatible con los cambios tecnológicos y las necesidades de crecimiento de las empresas pequeñas y medianas.
Cañete se ha reclamado siempre como un dirigente empresarial independiente con voluntad de representación global por encima de ideologías o intereses de partido
Desde el punto de vista institucional, Cañete se ha reclamado siempre como un dirigente empresarial independiente con voluntad de representación global por encima de ideologías o intereses de partido, y ha desarrollado alianzas estratégicas con diferentes gobiernos e instituciones. Así lo hizo durante el mandato de
Su visión de futuro es clara: legislar en pequeño para poder hacerse grande, una frase que sintetiza su enfoque hacia una legislación más ajustada a las necesidades reales de las pymes, permitiendo así que estas puedan crecer y competir en igualdad de condiciones con las otras empresas.
Es decir, con las más grandes.