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Arándanos, las bayas más caras del mercado

Un kilogramo de esta fruta de alta montaña llena de antioxidantes puede llegar a costar 200 euros

 Solo entre un 3% y un 10% de los arándanos son salvajes | iStock
Solo entre un 3% y un 10% de los arándanos son salvajes | iStock
09 de Febrero de 2023

El arándano es una fruta que crece en unos pequeños arbustos en alta montaña, a partir de 1300 metros de altitud. Contienen gran cantidad de antioxidantes y un kilo de estas pequeñas exquisiteces cuesta a partir de 20 euros. Pero los más caros son los arándanos nórdicos salvajes, pueden llegar a costar diez veces más. ¿Por qué son tan caras estas bayas?

Este tipo de fruto normalmente crece de manera salvaje y es muy frágil. En este sentido, solo dos días después de recogerlos empiezan a perder gran parte de los antioxidantes que contienen. Para asegurarse que estos frutos mantienen sus preciosos antioxidantes, las compañías que se dedican a producirlos pasan días enteros congelándolos en el momento preciso. Y es que estas bayas son altamente apreciadas en la industria de la alimentación. De hecho, la mayoría de estas frutas se venden en forma de zumos o suplementos alimentarios que pueden llegar a costar más de 200 euros por kilogramo.

Para asegurarse que estos frutos mantienen sus antioxidantes, las compañías pasan días enteros congelándolos

De arándanos hay de muchos tipos, pero dentro de cada especie lo que se tiene en cuenta para discernir la calidad es la medida. Si en el supermercado los encontráis y son gruesos, veréis que su interior es blanco, y no son tan gustosos como los más pequeños, que normalmente en el interior son más bien rojizos. La diferencia suele ser la procedencia, en el caso de los gruesos es probable que sean arándanos cultivados. En estos casos los arbustos llegan a hacer dos metros de altura. En el caso de los arándanos más pequeños es probable que sean salvajes y su precio también sea más elevado. De hecho, en libertad este arbusto no supera los cuarenta centímetros. Los arándanos salvajes tienen cuatro veces más antioxidantes que los de plantación.

En estos casos solo se pueden recoger los arándanos a mano. Y esto comporta mucha mano de obra, herramientas especializadas y un conocimiento que no todo el mundo tiene: se tiene que ir con mucho cuidado para no echar a perder la planta, ni hacerse daño en la espalda.

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Solo entre un 3% y un 10% de los arándanos son salvajes | iStock

Un recolector experimentado puede llegar a recoger un kilogramo de arándanos en diez minutos, si la producción es buena, cada trabajador podrá recoger más de cien kilogramos en un día.

Y este es un trabajo que se tiene que hacer en un entorno que normalmente es próximo a ríos y lagos y que dura solo un par de meses. Después se seleccionarán por medida y calidad.

Un recolector experimentado puede llegar a recoger un kilogramo de arándanos en diez minutos

Una vez recogidos solo pasan de siete a nueve días en las instalaciones de procesado y estarán durante dos días congelándose a -40 grados. Después pasarán a unas neveras a una temperatura de 20 grados negativos hasta que se envíen a algún cliente. Cualquier aumento de la temperatura puede tener un efecto terrible sobre el producto.

La demanda de arándanos no para de crecer año tras año, su popularidad ha ido muy ligada a estilos de vida y de nutrición saludable. En solo diez años desde el 2001 hasta el 2010 el valor de las exportaciones de esta fruta se ha triplicado hasta 370 millones de euros. Además, la guerra de Ucrania ha marcado un incremento del precio de estos frutos. Antes de la guerra, el país producía 20 millones de kilogramos de arándanos para la industria alimentaria europea. Con la cadena de suministro rota, la demanda en uno de los grandes productores, Finlandia, se ha disparado. Hasta el punto que un informe del grupo neerlandés Rabobank calcula que la demanda de arándanos en Europa crecerá un 200% hasta el 2027.

Ahora bien, se calcula que solo entre un 3% y un 10% de estas bayas son salvajes. Solo una cantidad muy pequeña de arándanos son de la calidad más alta que llega a costar a precio de oro.