Las nuevas generaciones siempre acumulan un listado de agravios contra quienes los precedieron, pero el número de reproches que acumulan los millennials y sucesores contra los baby boomers va camino de ser insuperable. El próximo motivo de queja puede ser la supervivencia de las pensiones. "Tenemos que estar preparados por la bomba demográfica que llegará sobre el 2025, cuando los baby boomers se jubilen. Son personas que han tenido pocos hijos y que vivirán mucho, por lo que aportan pocos contribuyentes al sistema y dispararán la tasa de dependencia", explicaba la profesora de Economía de la UB, Concepció Patxot, en la jornada El modelo público de pensiones en España. Particularidades en Catalunya y otros modelos existentes, organizado por el Colegio de Economistas de Catalunya (CIEGO).
Patxot: "En la era de bonanza tuvimos una oportunidad para acumular dividendo demográfico y garantizar las pensiones; no se hizo y ahora tenemos un problema"
La situación ha dado un tumbo en sólo veinte años. Hasta 2007, el Estado se movía en las mejores ratios de dependencia en dos siglos gracias a la reducida tasa de paro que había. En 1996, por ejemplo, en España sólo había un jubilado por cada cuatro personas activas. La proyección de cara al 2050 es que habrán dos jubilados por cada tres trabajadores. "En la era de bonanza tuvimos una oportunidad para acumular dividendo demográfico y garantizar las pensiones; no se hizo y ahora tenemos un problema", resume Patxot.
El problema viene generado por la inversión de la pirámide poblacional que se va gestando desde el siglo XIX. El año 1800 había una esperanza de vida de 30 años y cada mujer tenía, de media, unos siete hijos. Hoy, las personas viven unos 80 años y en España las familias tienen menos de dos hijos. Una combinación de elementos que trae al envejecimiento de la población y al que Patxot denomina una "crisis del sistema de reparto".
La solución a esta crisis pasa, según la experta, por iniciar una transición hacia un modelo de pensiones diferente. Si el sistema actual se basa en la recaudación de activos generados por los trabajadores y su traslado a los pensionistas actuales –válido para periodos de crecimiento poblacional y paro bajo-, Patxot propone iniciar el camino hacia un sistema de capitalización, en el que se obligaría los contribuyentes a ahorrar por su cuenta. Este modelo puede ser privado, por el que cada individuo genera un ahorro que en el futuro tendrá como pensión y así desaparece del sistema contributivo, o público, en el que el ahorro recae en una caja común y la distribución depende de los factores que determine el estado.
Al margen de las discusiones ideológicas sobre la conveniencia de estos modelos, la profesora apunta a un conflicto ocasionado por esta transición hacia un modelo de capitalización de las pensiones. "El gran problema es que las generaciones que hoy estan en el mercado laboral tendrán que pagar dos veces: una por el modelo antiguo y otra por el nuevo modelo".
"El gran problema es que las generaciones que hoy estan en el mercado laboral tendrán que pagar dos veces: una por el modelo antiguo y otra por el nuevo modelo"
A pesar de los problemas que se pueden generar con esta transición, Patxot insiste en que el modelo actual es inviable por un simple motivo: "El sistema español es contributivo y te promete que cobrarás una pensión en función de lo que has puesto en el sistema, pero la realidad es que la contribución ya no existe en caja".
La parte buena: bajará el paro
Entre todas las malas noticias encontramos una de buena. Con la jubilación de los baby boomers se acumulará toda una serie de nuevos pensionistas en el sistema, pero, a la vez, mejorará el paro. "Esta generación ha saturado el mercado de trabajo y, con su jubilación, se abrirán las puertas para los jóvenes", explica Patxot, que cree que con esta mejora del mercado de trabajo se arreglaría el 75% del problema. Pero el 25% restante sólo se podría reconducir bajando las pensiones.
Una bajada de pensiones que parece tabú en España. En los últimos 20 años, las pensiones se han subido más que los salarios. Un modelo que tenía sentido cuando no había mucha gente a cubrir, pero que ahora desestabiliza el sistema. La investigadora recuerda como varias reformas políticas han querido poner límites al crecimiento de las pensiones, pero, según su parecer, "la presión a las calles ha hecho que volvamos a estar bajo un modelo insostenible".
El tiempo corre y Patxot considera que el Estado necesita con urgencia un nuevo sistema de pensiones sostenible en el tiempo. "Hay que pensar en políticas que ayuden a sobrevivir al envejecimiento de los baby boomers; si no lo conseguimos, ahogaremos a una generación que tendrá que pagar las pensiones de sus padres y sostener a sus hijos".