La reciente medida del Banco Central Europeo (BCE) de bajar, por primera vez en ocho años, los tipos de interés es una muy buena noticia que tendrá repercusiones positivas en la economía, las empresas y las personas. En este artículo se analizan algunas consecuencias que se pueden producir.
Control de la inflación: La decisión de bajar los tipos de interés un 0,25% es una muestra del hecho de que el control de la inflación sigue dando sus frutos. La tasa de inflación, que aún es del 2,6% en Europa y del 3,3% en Catalunya, va muy lentamente en la dirección del 2%, que es el objetivo del BCE. Esta estabilización inflacionaria permite una mayor flexibilidad en la política monetaria, beneficiando así el crecimiento económico sin generar presiones inflacionarias excesivas.
Estimulación de la inversión y el consumo: La bajada de tipos de interés puede ser un buen impulsor de la economía, ya que estimulará la inversión y el consumo. Las empresas y las familias podrán aumentar su endeudamiento, que se ha reducido mucho en los últimos años. Los costes de financiación más bajos facilitan el acceso al crédito, permitiendo a las empresas expandirse, innovar y aumentar su capacidad productiva. Asimismo, las familias tendrán más renta disponible porque las cuotas de las hipotecas tenderán a bajar, aliviando su carga financiera y aumentando su poder adquisitivo. Aquí será necesario que los bancos trasladen a los clientes la bajada de tipos con la rapidez que hicieron lo contrario cuando los tipos subieron en 2021 y 2022.
La estabilización inflacionaria permite una mayor flexibilidad en la política monetaria, beneficiando así el crecimiento económico
Para las empresas, la reducción de los tipos de interés se traducirá en menos gastos financieros y, por tanto, más beneficios. Además, se reducirá la morosidad, ya que las condiciones de financiamiento serán más favorables. Este contexto favorece un entorno empresarial más estable y próspero, fomentando nuevas inversiones y la creación de puestos de trabajo. La disparidad con la política monetaria de la Reserva Federal (Fed) estadounidense puede provocar movimientos de capital que afecten el tipo de cambio entre el euro y el dólar, encareciendo las importaciones, pero abaratando las exportaciones de las empresas europeas, por lo que también estimulará la actividad.
Beneficios para la bolsa: La renta variable (acciones de empresas cotizadas) tendrá más atractivo, beneficiando así a la bolsa. Los inversores buscarán alternativas a los menores rendimientos de los productos de ahorro, dirigiéndose hacia el mercado de valores. Este aumento en la demanda de acciones puede elevar los precios, generando un efecto positivo en la riqueza financiera de las empresas y los particulares.
Habrá que seguir con atención lo que hace la Reserva Federal estadounidense, que de momento no ha bajado los tipos de interés
Riesgos potenciales: Sin embargo, hay riesgos adicionales a tener en cuenta. Uno es que la inflación vuelva a subir, como ha ocurrido los meses de abril y mayo, lo que requeriría una respuesta rápida y, posiblemente, restrictiva por parte del BCE. Habrá que seguir con atención lo que hace la Reserva Federal estadounidense, que de momento no ha bajado los tipos de interés. El otro riesgo es la mayor incertidumbre política en Europa después de las últimas elecciones europeas, que podría afectar la confianza de los inversores y la estabilidad económica.
Perspectivas de crecimiento: A pesar de estos riesgos, la previsión es que la actividad económica siga aumentando, posiblemente más de lo que se había previsto a principios de año. Esto podría traducirse en un crecimiento del PIB en Catalunya de alrededor del 2% en 2024, un porcentaje superior al que se preveía hace unos meses, lo cual es una muy buena noticia. Un crecimiento sostenido reforzará la confianza de los consumidores y las empresas, creando un círculo virtuoso de prosperidad económica.
Habrá que ver cómo evolucionan los riesgos geopolíticos que nos rodean
En definitiva, la decisión del BCE de bajar los tipos de interés estimulará la economía europea, pero también comporta riesgos y, por tanto, habrá que confirmar en los próximos meses que el crecimiento económico es lo suficientemente sólido. También habrá que ver cómo evolucionan los riesgos geopolíticos que nos rodean. Ante los riesgos de hiperinflación que hubo en 2022, cuando la inflación superó el 10%, este será uno de los primeros momentos en muchas décadas en que las autoridades económicas logran un aterrizaje suave evitando la crisis económica y sentando las bases para un crecimiento sólido. Crucemos los dedos.