El sector de la banca cooperativa, que esta semana celebra el Día Internacional de las Cooperativas, tiene un fuerte arraigo en el sector bancario en general, especialmente en Europa. Cuenta con más de 2.500 entidades, el 22% de la cuota del mercado bancario europeo, con 210 millones de socios y un equipo de profesionales de 718.000 personas. No es solo una alternativa a otros modelos bancarios, sino que ha demostrado durante más de un siglo que esta "manera diferente de hacer y entender las finanzas" aporta un impacto positivo, tanto social como económico, tangible en el tiempo. ¿Un ejemplo en nuestro territorio? La Caixa d'Enginyers, que "sin fusiones ni adquisiciones" ha crecido desde el 2008 muy por encima de la media del sector bancario tanto en número de oficinas, como de trabajadores y de volumen de negocio.
La crisis económica de 2008 causó una profunda transformación del sector bancario nacional; desde la caída de Lehman Brothers han desaparecido más de 45 grupos bancarios en España, cerca del 50%. También se han cerrado más de 26.000 oficinas y se ha reducido el empleo generado por el sector bancario hasta en un 41%. No es el caso, sin embargo, de la banca cooperativa.
En el caso catalán, la Caixa d'Enginyers consiguió sostener una evolución positiva en el tiempo. Desde 2008 ha pasado de tener 14 oficinas a tener 33, un incremento del 136% que contrasta con la tendencia del sector bancario tradicional, en el cual se han reducido un 61%. El mismo contraste se ejemplifica en el número de trabajadores: mientras la cooperativa catalana ha aumentado un 63% su plantilla, en el sector bancario se han reducido en un 43%. Y un tercer indicador, el volumen de negocio, ha crecido un 148%, en comparación con la caída del 12% que vive el sector. Una última cifra: el año 2023 cerró con los mejores resultados de su historia, con un beneficio neto de 19,6 millones de euros, un 71% más que el año anterior.
Cavallé: "Estos resultados los obtuvimos sin hacer ninguna fusión ni adquisición, sino socio a socio"
"Y estos resultados los obtuvimos sin hacer ninguna fusión ni adquisición, sino socio a socio", indica Joan Cavallé, director general de la Caixa d'Enginyers, exhibiendo el crecimiento orgánico de su entidad. Lo hace en un encuentro con los medios de comunicación para compartir los 10 principios de la banca cooperativa, del informe de la European Association of Co-operative Banks (EACB), la principal asociación europea de la banca cooperativa, que cuenta con más de 89 millones de miembros.
De los 10 principios y de los resultados, se extrae una influencia: la banca cooperativa tiene mucho que decir en el mercado europeo, y no solo en el bancario. Los países que encabezan esta influencia, con mayor cuota de cooperativas en el sector, son Francia (donde representan el 63% del mercado), Finlandia (39%), Austria (38%) y Alemania (23%). Son, de hecho, los mismos que están a la cabeza de la competitividad europea. Y tal vez tenga una relación: el mismo Enrico Letta, exprimer ministro italiano y presidente del Instituto Jacques Delors, señalaba el pasado mes de abril que "la falta de integración en el sector financiero, energético y de las telecomunicaciones es una de las principales razones del declive de la competitividad europea".
"Otro ejemplo de este caso de éxito lo vemos en la historia: ninguna banca cooperativa ni en España ni en Europa necesitó dinero público durante la crisis financiera de 2008", asegura Cavallé, advirtiendo, sin embargo, que en esta muestra de buenos resultados económicos lo más importante para ellos es la satisfacción del socio; no del cliente. Y lo recuerda: "Somos una banca cooperativa que no tiene clientes: tenemos socios y socias, que son propietarios de esta entidad". Esta satisfacción, de hecho, tiene unas métricas también superiores a las del mercado bancario general: con 8,28 puntos en 2023, frente al 1,4 del sector.
"Ese es nuestro principal objetivo, y luego ya vendrán los resultados", explica Cavallé, y añade: "No tenemos conflictividad, no hacemos desahucios, no hemos vendido preferentes... Siempre buscamos que haya una consistencia, y que el socio no venga a quejarse, sino a buscar soluciones a sus problemáticas". Es la manera de entender el negocio bancario en el cooperativismo: las necesidades de las personas, y de los socios especialmente, se convierten en el eje central del modelo.
Cavallé: "Ninguna banca cooperativa ni en España ni en Europa necesitó dinero público durante la crisis financiera de 2008"
¿En qué puede influir la banca cooperativa? ¿Qué aporta de diferente?
Más allá de los resultados económicos, los principios de la EACB exhiben que la banca cooperativa "proporciona un sector bancario más estable", que sufre menos las fluctuaciones de los mercados financieros y de los ciclos económicos. Además, el hecho de tener el propósito de servir al socio hace que contribuya "a la diversidad del sector bancario europeo", que vele por "la salud financiera" de la sociedad y que tenga una visión a largo plazo, que no dependa de intereses accionariales; no está sujeta "a la presión cortoplacista del mercado de capitales".
La banca cooperativa no está sujeta "a la presión cortoplacista del mercado de capitales"
Este compromiso con la sociedad y su salud financiera, de hecho, es tangible en las actuaciones de los bancos. La Caixa d'Enginyers, por ejemplo, lo hace a través de su fundación. La inversión en acción social que hizo durante 2023 se destinó a proyectos de inserción social y laboral (22%), a proyectos de sensibilización y protección del medio ambiente (18%) y el 60% restante a becas universitarias y promoción de talento.
También son bancos que promueven inversiones socialmente responsables: el 94% del patrimonio de los planes de ahorro y pensiones gestionados por Caixa d'Enginyers Vida y Pensiones está ubicado en proyectos que promueven impactos positivos tanto medioambientales como sociales.
Para el director general de la Caixa d'Enginyers, "la banca cooperativa contribuye a la diversidad y a la resistencia empresarial, especialmente en tiempos de crisis. Además, busca la proximidad y ejerce una presión competitiva positiva en los mercados". Y añade también que "representan importantes fuentes de financiación para las pequeñas y medianas empresas, remuneran razonablemente a sus ejecutivos e impulsan comportamientos cooperativos positivos".
La gobernanza democrática basada en la propiedad de los socios garantiza un enfoque centrado en el consenso, en el beneficio de muchos -en lugar de unos pocos- y en el largo plazo, y estos son, sin ninguna duda, valores fundacionales clave de la Europa moderna que en estos meses de elecciones electorales están aflorando de nuevo en la mesa de debate.