El Banco de España ha publicado un informe donde ha alertado de los principales riesgos asociados a la transición ecológica, entre los cuales destacan las presiones inflacionistas. En el documento La economía española ante el reto climático, la institución ha advertido que el previsible incremento en el precio de los servicios más contaminantes incidirá de manera más acusada sobre los hogares con menos ingresos, los más numerosos, los que residen en zonas rurales, los que tienen un nivel educativo más bajo y los que están encabezados por personas de entre 35 y 45 años. En este sentido, la entidad ve "conveniente" que las políticas públicas articulen "mecanismos para compensar, con carácter temporal, a los hogares más vulnerables por los costes más grandes que la transición ecológica les podría suponer".
Según el Banco de España, "una parte de la inflación reciente podría ser debida a la transición climática en curso", puesto que "ha sido parcialmente asociada a la escasez de suministros producida por el cierre de algunas fábricas muy contaminantes en China". Además, se ha atribuido al incremento de la demanda de gas al acelerarse el abandono del carbón y a "crecimientos muy fuertes" en los precios de algunas materias primeras, como el litio, que se usan en la fabricación de las baterías eléctricas.
En su estudio, el Banco de España señala que las empresas más pequeñas se muestran más vulnerables que el resto de las empresas a los problemas que el cambio climático podrían suponer en términos de financiación y de pérdida de competitividad. Más allá de las diferencias por medida, también destaca que las compañías de nueva creación están "especialmente preocupadas por la potencial pérdida de valor de sus activos". Por otro lado, otro de los principales riesgos asociados a la transición energética que identificaron las empresas fue la posibilidad de sufrir unas cargas administrativas más grandes vinculadas a nuevas obligaciones de provisión de información.